Es deber de los periodistas ofrecer información confiable de manera clara y responsable al público en general. Durante una crisis de salud global, como la que enfrentamos hoy con la propagación de COVID-19 —la enfermedad causada por el nuevo coronavirus—, ese papel se vuelve más importante.
«Se forma tanta neblina alrededor de historias como esta que se hace necesario tratar de mirar a través de ella para tener una idea clara de lo que está pasando», dice el periodista Michael Standaert, quien reside en la ciudad china de Shenzhen y escribe para Bloomberg, The Guardian, Al Jazeera y otros medios. Standaert ha informado sobre el virus desde su brote en diciembre de 2019.
Durante este tipo de crisis, los periodistas deben encontrar un equilibrio difícil para informar sin instigar el miedo. «Necesitas evitar ser complaciente», dice el Dr. Stephen Morse, profesor de epidemiología de la Universidad de Columbia. Pero tampoco quieres instigar miedo o pánico infundados, agrega.
En China, esa tarea se vuelve todavía más difícil debido a la censura gubernamental. A Standaert le resulta cada vez más difícil conseguir fuentes on the record, ya que los ciudadanos chinos temen a las advertencias o amonestaciones del gobierno. «Es una locura y es preocupante que un ciudadano promedio piense que no puede decir lo que piensa sin la aprobación de los funcionarios del gobierno local», dice.
Por difíciles que sean las condiciones, profesionales como Standaert continúan publicando historias sobre el virus. Estén especializados en salud, economía, transporte u otros temas, periodistas de todo el mundo están informando sobre el nuevo coronavirus desde diversos ángulos.
Para ayudar a los periodistas a trabajar el tema de manera responsable, hemos reunido la siguiente lista de consejos:
(1) Observa el ánimo sobre el terreno y tradúcelo
en tu trabajo
Como ocurre con cualquier crisis global, hay muchísima información circulando,
y no toda es de calidad. La proliferación de información en internet puede
engañar al público, como la imagen de un hombre muerto en las calles de Wuhan,
rodeado de trabajadores médicos. The Guardian la llamó «la imagen que
captura la crisis del coronavirus en Wuhan», pero no hay pruebas de que el
hombre realmente muriera a causa del virus.
Contar con información visual sobre la crisis es importante, pero debe manipularse de manera responsable. Los reporteros deben asegurarse de que sus imágenes muestren con precisión lo que está pasando. Las fotos sensacionalistas, como el hombre de la calle, dan una imagen inexacta y difunden el miedo. “Las fotografías que salen de Wuhan siguen siendo importantes para crear una línea de tiempo y un archivo. Dada la desconfianza general hacia la información que se emite desde China, la gente realmente necesita ver lo que está sucediendo para creerla», dice Betsy Joles, fotoperiodista con residencia en Beijing.
Antes de comenzar a fotografiar o escribir, mira alrededor, habla con la gente y comprende el estado de ánimo en el terreno. Luego tradúcelo en tu trabajo y evita cualquier contenido que pueda contradecir lo que las personas realmente están experimentando.
«No creo que haya nada malo en transmitir miedo e incertidumbre en una historia, si ese es el estado de ánimo que impera», dice Standaert. «Pero debes tener cuidado si no estás en el lugar y cuentas con pocos testimonios».
(2) Haz reporteo, no análisis
La opinión y el análisis tienen un papel que cumplir, pero es demasiado pronto
para comprender realmente las ramificaciones a gran escala del virus» dice
Joles. «He tratado de evitar el análisis en esta etapa porque todavía hay
mucho reporteo por hacer».
No sigas los pasos del Wall Street Journal, por ejemplo, y no publiques un artículo de opinión que califique a China como el «verdadero enfermo de Asia», que fue ampliamente criticado por racista, y especula sobre la caída económica del país debido a la enfermedad. Es muy pronto para conocer los efectos financieros a largo plazo.
Standaert advierte contra piezas que intentan proyectar cualquier ramificación política, ya sea dentro o fuera de China. «Este es solo el comienzo; realmente no sabemos cómo se desarrollarán las cosas».
Cabe señalar además que China expulsó a tres periodistas del Wall Street Journal en respuesta a ese artículo; una acción preocupante en términos de libertad de prensa, a pesar de los aspectos criticables del artículo.
(3) Cuidado con tus títulos
Este consejo está dirigido a los editores: no engañes a los lectores con los
titulares. Con el enorme volumen de información y el ritmo veloz de las redes
sociales, muchas personas se informan solamente a través de los títulos. Nunca
sacrifiques los hechos por los clics, especialmente en medio de una crisis.
«Intento activamente sugerir titulares para mis historias que reflejen la situación y no sean sensacionalistas», dice Joles.
(4) Recuerda: no todas las cifras son precisas
Los periodistas confían en los números, y los datos son una parte crítica de
las coberturas. Pero los datos no siempre son confiables, advierte el Dr.
Morse.
«Cuando veas cifras de una epidemia o una enfermedad, siempre van a ser inexactas», afirma. «Y son más imprecisas al principio».
No descuides los datos que tienes a disposición, pero asegúrate de que tu audiencia comprenda las limitaciones e incertidumbres detrás de los números.
La infección tiene un período de incubación estimado de hasta 14 días, lo que significa que es posible que alguien contraiga el virus y no muestre ningún síntoma durante dos semanas. Esto supone un retraso en los números, explica.
(5) Habla con tantas personas como te sea posible
El virus afecta a ciudadanos de todos los países, ciudades y estratos sociales.
La experiencia de los afectados en China no es la misma que la de Singapur, que
a su vez no es la misma que la de Italia. Incluso dentro de un país o ciudad,
existen grandes diferencias.
“Las personas en cuarentena no están todas enfermas ni moribundas. Algunas simplemente están aburridas”, dice Joles.
Los periodistas tienen la responsabilidad de hacer todo lo posible para capturar las diferentes realidades en las que se vive. «Es necesario que los periodistas abran su red tanto como puedan, para buscar fuentes en todos los estratos sociales», agrega.
Standaert remarca la importancia de hablar con la mayor cantidad de personas posible, especialmente en países donde la censura es más pronunciada. En su caso, cada vez le resulta más difícil localizar fuentes que le den en una imagen precisa de la situación en China.
“Por ejemplo, sabemos que hay numerosas fábricas que están teniendo dificultades para reiniciar su trabajo, pero intentan ocultarlo”, dice. «Necesitas hablar con las empresas, debes hablar con sus trabajadores y tienes que mirar desde muchos ángulos diferentes para ver qué está pasando».
(6) Evita expresiones racistas
Las epidemias mundiales tienen un historial de propagación de racismo y xenofobia,
y el COVID-19 no es una excepción. Hace solo unos días, un hombre de
ascendencia china de Singapur fue atacado en Londres, y sus agresores le
dijeron que no querían «su coronavirus».
Los barrios chinos en ciudades de los Estados Unidos, incluyendo San Francisco, Los Ángeles y Nueva York, también han perdido negocios.
Los medios deben tener cuidado de no alentar los estereotipos o promover inadvertidamente interpretaciones racistas. La Asian American Journalists Association publicó una lista de recomendaciones para periodistas. Entre sus sugerencias: sumar contexto a las fotos de personas con mascarillas faciales, evitar imágenes de Chinatown a menos que estén directamente relacionadas con la historia, y no usar referencias geográficas en el nombre del virus.
(7) No confíes ciegamente en los expertos
Puede que seas un escritor fenomenal, pero si no encuentras las fuentes
correctas, tu trabajo lo padecerá. Haz una investigación para encontrar los
expertos que necesitas y busca sus puntos de vista.
«El problema no es solo encontrar un buen experto», dice el Dr. Morse: «es encontrar personas que sean lo suficientemente capaces de distanciarse de sus propios prejuicios —o de declarar que tienen prejuicios. Todos tenemos sesgos».
Una vez que identifiques a un experto, pregúntate y pregúntale por sus prejuicios y no tomes su visión al pie de la letra. Esto no solo te ayudará a comprender su cosmovisión, sino que también fortalecerá tu historia.
Muchos periodistas también confían en los modelos predictivos para comprender cómo se propagará una enfermedad. Pero los modelos se basan en suposiciones, dijo la Dra. Seema Yasmin, periodista y becaria JSK, durante un webinario del Center for Health Journalism (CHJ). Siempre pregúntate en qué suposiciones se basan dichos modelos.
(8) No todas tus coberturas serán emocionantes
La propagación global del nuevo coronavirus se presta a coberturas fuertes e
investigaciones en profundidad. Sin embargo, no todas las historias que vayas a
escribir serán dignas del Pulitzer, dijo Emily Baumgaertner, periodista médica
del Los Angeles Times, durante el webinario del CHJ. Tal vez te toque escribir
una página completa sobre el lavado de manos, por ejemplo, y eso está bien.
Concentra tus esfuerzos en responder las preguntas de tu audiencia. Utiliza Google Trends para comprender mejor qué tipo de información buscan las personas, y luego produce contenido de calidad al que puedan recurrir para encontrar respuestas.
(9) Fija límites
Es posible que en estos días tus editores te pidan más historias. A veces es
importante decir que no, por tu bien y por el bien de tu trabajo. Standaert
recomienda tomarse 24 horas lejos de la computadora y del trabajo, lo que te
ayudará a regresar descansado mentalmente y con capacidad para buscar nuevos
ángulos de investigación. «Un buen fuego necesita espacio entre los
troncos», dice.
Bajar la velocidad para evaluar qué historias contar ayudará a que no te vuelvas esclavo de las prisas. De ese modo podrás concentrarte en contar bien las cosas, dice Joles. Y si bien las redes sociales pueden ser una herramienta útil para conectarse con personas en otras partes del país, especialmente si hay que evitar viajes o aglomeraciones, a veces pueden causar más daño que bien.
(10) Cuando las cosas se calmen, no abandones la
cobertura
Eventualmente las cosas se calmarán, pero eso no significa que tu trabajo haya
terminado. «Pasan muchas cosas después de una epidemia, y deben ser
contadas», dijo Yasmin.
Evalúa la forma en que los funcionarios políticos y de la salud manejaron la crisis, identifica las lecciones aprendidas, determina si los sobrevivientes viven con el estigma de la infección y explora lo que significa volver a la «normalidad», sugirió.
La expertise de Yasmin, de hecho, despegó al cubrir la crisis del ébola de 2014-2016. Sus historias posteriores ofrecen un marco para otros periodistas, incluyendo «Por qué los sobrevivientes del ébola lidian con nuevos síntomas», para PBS NewsHour, y «Una mujer sobrevive al ébola pero no al embarazo en África», que se publicó en Scientific American.