El 18 de septiembre del 2015 fue destapado el escándalo de las emisiones del fabricante de automóviles de origen alemán Volkswagen (VW) por la Junta de Recursos del Aire de California (CARB), en esa oportunidad la agencia escribió una carta a Volkswagen en Estados Unidos pidiendo una explicación del por qué sus coches diesel mostraban, en situaciones de prueba, emisiones de óxido de nitrógeno muy bajas mientras que en condiciones normales tienen una alta emisión.
Después de esto la compañía automotriz tuvo que admitir que se había instalado un software de desactivación en millones de sus automóviles para controlar sus niveles de emisiones, este software es capaz de desconectar el sistema de control de emisiones de un coche mientras se conduce de forma normal y volver a activarlo en los periodos de pruebas.
Las manipulaciones fueron conocidas como el “Dieselgate” de Volkswagen y se calcula que han afectado a más de 9 millones de coches de las marcas Volkswagen, Audi, Seat y Skoda que fueron vendidos y repartidos por todo el mundo entre el 2006 y el 2015.
Desde el 16 de septiembre del 2021 los jueces de Braunschweig escucharán las pruebas contra cuatro exempleados de VW porque se sospecha que los acusados conocían el software y que ayudaron a desarrollarlo.
Los cargos presentados contra los acusados incluyen fraude comercial organizado y evasión fiscal debido a que miles de clientes de VW pudieron reclamar deducciones fiscales en Alemania por los supuestos bajos niveles de emisiones de los vehículos.
Mientras que el ex director ejecutivo Martin Winterkorn sigue manteniéndose en silencio frente a la opinión pública y a la Fiscalía, en donde luego de que estalló el escándalo de las emisiones el CEO de Volkswagen negó cualquier irregularidad y dimitió de su cargo.