La guerra comercial iniciada por Donald Trump continúa golpeando duramente a la industria automotriz mundial, y Toyota Motor Corporation, el mayor fabricante de automóviles del mundo por volumen de ventas, se ha convertido en la empresa más afectada del sector. La compañía nipona ha anunciado un impacto negativo de 1,4 billones de yenes (8.150 millones de euros) para su ejercicio fiscal 2026, que se extiende de abril de 2025 a marzo de 2026, debido a las políticas arancelarias estadounidenses.
Primer trimestre fiscal: caída de beneficios del 36,9%
Durante el primer trimestre del ejercicio fiscal japonés (abril-junio de 2025), Toyota registró un impacto negativo de 450.000 millones de yenes (2.616 millones de euros) únicamente por los aranceles estadounidenses. Esta cifra contribuyó significativamente a la caída del 36,9% en el beneficio neto atribuido de la compañía, que se situó en 841.300 millones de yenes (4.891,3 millones de euros), comparado con los 1.333 billones de yenes del mismo período del año anterior.
El beneficio operativo también experimentó un descenso del 10,9%, alcanzando 1,16 billones de yenes (6.779 millones de euros), aunque superó las estimaciones de Reuters de 902.000 millones de yenes. El margen neto de Toyota se contrajo drásticamente del 11,3% al 6,9% en el primer trimestre, reflejando la presión que los mayores costos relacionados con los aranceles ejercen sobre la rentabilidad de la empresa.
Revisión a la baja de proyecciones anuales
Ante este panorama adverso, Toyota ha recortado sus previsiones de ingresos operativos para el año fiscal 2026 de 3,8 billones de yenes a 3,2 billones de yenes (de 22.141 millones a 18.631 millones de euros), una reducción del 16%. La empresa estima que su beneficio neto atribuido cerrará en 2,6 billones de yenes (15.482 millones de euros), un 14% por debajo de su pronóstico anterior y casi la mitad (-44%) de las ganancias obtenidas el ejercicio pasado.
«Debido al impacto de los aranceles estadounidenses y otros factores, los resultados mostraron una disminución de los ingresos operativos, por lo que la previsión se ha revisado a la baja», explicó Toyota en su informe de resultados. La compañía añadió que, a pesar del entorno externo desafiante, ha continuado realizando inversiones integrales y mejoras para minimizar los impactos negativos.
Impacto diferenciado de los aranceles del 25%
Los aranceles estadounidenses, que actualmente se sitúan en el 25% para todas las importaciones de automóviles, han afectado a Toyota de manera compleja debido a su estructura de producción global. La empresa, que tiene importantes operaciones en México y Canadá que exportan a Estados Unidos, registró pérdidas operativas en sus operaciones en Norteamérica durante el primer trimestre.
La política comercial ha impactado a Toyota más allá de los aranceles generales que afectan sus exportaciones desde Japón. La compañía ha tenido que asumir tanto los costos derivados de los aranceles que pagan sus proveedores como los efectos de las exenciones y reducciones arancelarias aplicables, afectando tanto a los vehículos terminados fabricados en Estados Unidos como a las piezas incluidas en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Ventas robustas contrastan con márgenes bajo presión
Paradójicamente, Toyota mantuvo un sólido desempeño comercial durante el primer trimestre, entregando 2.411 millones de vehículos en todo el mundo, un incremento del 7,06% respecto al mismo período del ejercicio anterior. Estados Unidos fue precisamente donde más aumentaron sus entregas, con un crecimiento del 12,7% hasta alcanzar 794.000 unidades, ya que la empresa, al igual que otras marcas como Mercedes-Benz, trató de vender la mayor cantidad posible antes de la entrada en vigor de los aranceles.
La facturación total de la compañía ascendió a 12,25 billones de yenes (71.343 millones de euros), un 3,5% más que en el mismo período del año anterior. En América del Norte, Toyota registró un aumento de ingresos del 6,2% anual, mientras que en Europa creció un 3,5%. Sin embargo, experimentó caídas en Asia (-4,4%) y Japón (-0,3%).
Perspectivas para el ejercicio completo
Para el conjunto del año fiscal 2026, Toyota prevé entregar 9,8 millones de vehículos en todo el mundo (11,2 millones incluyendo sus joint ventures en China), manteniendo a Estados Unidos como su principal mercado con 2,96 millones de automóviles. La empresa espera facturar 281.979 millones de euros (48,5 billones de yenes) durante el ejercicio completo.
«Sinceramente, es muy difícil para nosotros predecir qué sucederá con el entorno del mercado», comentó el director financiero de Toyota, Takanori Azuma, reflejando la incertidumbre que rodea las políticas comerciales de la administración Trump.
Expansión productiva: nueva planta en Japón
A pesar de los vientos en contra, Toyota mantiene sus planes de expansión. La compañía ha anunciado la adquisición de terrenos en el área de Teihoucho de la ciudad de Toyota, prefectura de Aichi, para establecer una nueva planta de fabricación de vehículos. Las operaciones de estas nuevas instalaciones están programadas para comenzar a principios de 2030, y los modelos de producción se determinarán en el futuro.
Esta nueva «planta del futuro» forma parte de la estrategia de Toyota para mantener una capacidad de producción de 3 millones de vehículos en Japón e incorporar nuevas tecnologías dependiendo de la demanda del mercado. La construcción incluirá la participación de la prefectura de Aichi y los residentes locales, en un esfuerzo por involucrar a todas las partes interesadas.
El sector automotriz japonés bajo presión
Toyota no es la única empresa japonesa afectada por los aranceles de Trump. Honda, el otro gigante nipón, reportó ganancias de 196.700 millones de yenes (1.143,8 millones de euros) en el primer trimestre fiscal, la mitad de lo obtenido en el mismo período del año anterior. Para el conjunto del ejercicio, Honda prevé una caída del beneficio del 49,8%, hasta 420.000 millones de yenes (2.442,7 millones de euros).
Nissan, sumida en su propia crisis y ahora comandada por el mexicano Iván Espinosa, registró pérdidas netas de 115.800 millones de yenes (674 millones de euros). La empresa enfrentó dificultades como menores volúmenes de ventas, fluctuaciones adversas en el tipo de cambio y el impacto de los aranceles estadounidenses.
Mazda, por su parte, registró pérdidas de 42.104 millones de yenes (244,87 millones de euros), en comparación con las ganancias de 49.814 millones de yenes del año anterior. Para el año completo, la compañía prevé un desplome de beneficios del 82,5%.
Ligero alivio en el horizonte
Aunque se espera que las exportaciones japonesas de Toyota a Estados Unidos experimenten cierto alivio tras un reciente acuerdo comercial entre Tokio y Washington, seguirán enfrentando un gravamen del 12,5% en dichas exportaciones. Las exportaciones desde México y Canadá continuarán enfrentando aranceles del 25% en los próximos meses.
El impacto de los aranceles de Trump en la industria automotriz global queda patente con las cifras de Toyota, que se suma a otros gigantes como Volkswagen y Stellantis, que han admitido impactos negativos de 1.300 y 1.500 millones de euros, respectivamente. Estas cifras posicionan a Toyota como la empresa más golpeada del sector, evidenciando la magnitud del desafío que representa la guerra comercial para el mayor fabricante de automóviles del mundo.
La capacidad de Toyota para navegar esta tormenta arancelaria, manteniendo sus volúmenes de venta mientras gestiona márgenes bajo presión, será crucial para determinar su posición competitiva en un mercado global cada vez más fragmentado por las tensiones comerciales.