Una solución rápida al problema surgido con el cobro de aranceles exigidos por la Receita Federal de Brasil al rubro de autopartes fabricados en Paraguay sería que las autoridades del país vecino acepten el pedido de prórroga de la aplicación de la medida para el ingreso de las mercaderías al territorio brasileño, sugirió Rubén Jacks, presidente de la Cámara de Comercio Paraguay Brasil.
Jacks agregó que un punto fundamental es que Paraguay se comprometa a cerrar el acuerdo automotor con Brasil, un punto que considera inexorable para destrabar el conflicto que le sobrevino a la actual administración de Mario Abdo Benítez, a causa de que el anterior gobierno no encaró las negociaciones como debía, sostuvo.
“Es un desafío importante para el Gobierno de Marito lidiar con el tema automotor, pero tenemos que entender que estamos dentro de un bloque comercial, y que es un requerimiento del Mercosur terminar con la importación de los autos usados. Incluso Bolivia no importa autos con más de 5 años de antigüedad, porque estos vehículos son básicamente vendidos como chatarra y no tienen un valor comercial”, expresó Jacks.
El presidente de la Cámara Paraguay Brasil señaló ser consciente de que estos autos usados resultaron una solución en su momento para la clase media paraguaya, y que no se puede hacer nada con los vehículos que ya ingresaron en este tiempo, pero sentenció que la importación se debe ir regulando de ahora en más hasta llegar a cero.
“Cuando la tendencia es global, es imposible ir contra la corriente, esto es irreversible, es un camino de una sola vía, se va a acabar tarde o temprano, es un tema de solución a mediano plazo”, sentenció.
Agregó que las gestiones que están haciendo ahora el embajador paraguayo, la Cancillería, el MIC y la Presidencia de la República es porque entendieron el problema y tomaron cartas en el asunto.
“Pero se debe entender también que este no es un problema de este Gobierno, sino que es una pelota tatá, que se pasó de un gobierno a otro”, señaló Jacks.
Alegó que lo preocupante del cierre de fábricas y la pérdida de empleos es que estas acciones ponen en riesgo la marca país, que tanto esfuerzo costó conseguir el respeto de los demás naciones hacia la nuestra, porque siempre nos veían como un país pirata. “Aquí lo más grave de todo es la marca país; se ha conseguido instalar en Brasil que Paraguay es un destino de inversión, un país que puede ser un socio estratégico para que los brasileños pueden venir a invertir aquí porque es una ventaja competitiva y todo se irá por la borda ahora. Ese, creo, es el peor de los daños”, dijo Jacks.
ÚH