El presidente ruso, Vladímir Putin, ha intensificado su ofensiva diplomática en Asia con una visita oficial a Nueva Delhi que busca consolidar las relaciones energéticas y comerciales con India, mientras Moscú enfrenta el endurecimiento de las sanciones occidentales sobre su industria petrolera. La estrategia del Kremlin para mantener sus flujos de exportación se complementa con el fortalecimiento de lazos con Emiratos Árabes Unidos, configurando una red de alianzas que desafía el aislamiento económico impuesto por Occidente.

Garantías energéticas rusas frente a las sanciones estadounidenses

Durante su encuentro con el primer ministro indio Narendra Modi, Putin enfatizó la disposición de Rusia para mantener «envíos ininterrumpidos de combustible para la economía india», destacando que su país constituye «un proveedor confiable de petróleo, gas, carbón y de todo lo que se requiere para el desarrollo energético de la India». Esta declaración adquiere especial relevancia ante la entrada en vigor de sanciones estadounidenses contra las petroleras rusas Rosneft y Lukoil, medidas que amenazan con reducir el suministro de barriles rusos al gigante asiático.

El presidente ruso minimizó el impacto de las restricciones occidentales, asegurando que el volumen de negocios comercial de petróleo y productos derivados rusos experimentó únicamente «un ajuste menor» durante los primeros nueve meses de 2025. «El petróleo ruso fluye sin problemas en la India», afirmó Putin, reflejando la determinación del Kremlin por preservar este mercado estratégico.

El papel crucial de la infraestructura de refinación india

India se ha consolidado como el segundo mayor importador de petróleo ruso a nivel mundial, transformándose en un socio fundamental para Moscú tras el estallido de la guerra en Ucrania. Las refinerías indias, entre las que destaca Jamnagar —la más grande y productiva del mundo—, han proporcionado una salida estable al crudo ruso hacia los mercados internacionales, incluyendo Europa y Oriente Medio, mediante la transformación del petróleo en productos refinados legalmente en territorio indio.

Este mecanismo, conocido como «laguna de la refinería», provocó que Washington impusiera en agosto aranceles de hasta el 50% a productos indios, argumentando que Nueva Delhi facilitaba una puerta trasera para que el crudo ruso transformado siguiera llegando a Europa. La administración Trump añadió posteriormente un arancel adicional del 25% sobre productos indios, elevando la presión comercial total al 50%.

Transformación estructural de la dependencia energética india

La guerra en Ucrania redibujó radicalmente el mapa energético de India. Antes del conflicto, el régimen ruso apenas suministraba el 2% de las importaciones petroleras indias, proporción que se ha disparado hasta el 35% actual. Esta transformación responde tanto a las necesidades energéticas de una nación de más de 1.400 millones de habitantes como a la estrategia de Moscú de compensar la pérdida de mercados europeos.

El mensaje del Kremlin a Nueva Delhi durante los últimos meses ha sido claro: «Tenemos que proteger nuestro comercio de la presión extranjera». Esta convergencia de intereses ha fortalecido los vínculos bilaterales pese a las advertencias estadounidenses, con funcionarios indios reiterando que su país no tiene intención de detener sus compras de crudo, vinculándolas directamente a las necesidades energéticas nacionales.

Cooperación nuclear y diversificación energética

Más allá del petróleo, Putin anunció el desarrollo de «la mayor planta de energía nuclear de la India» en el sur del país, proyecto que contempla seis unidades de reactor. Dos de estas unidades ya se han conectado a la red energética, mientras las cuatro restantes permanecen en construcción. El presidente ruso subrayó que poner esta planta a plena potencia «supondrá una contribución impresionante a las necesidades energéticas de la India, ya que ayudará a abastecer a las empresas y hogares indios con energía barata y limpia».

Esta cooperación nuclear forma parte de una estrategia más amplia de diversificación energética que incluye pequeños reactores nucleares modulares, considerados más seguros, económicos y útiles para reemplazar centrales de carbón.

Acuerdos militares y cooperación estratégica

La visita de Putin a Nueva Delhi, donde fue recibido personalmente por Modi en el aeropuerto, se centró también en la renovación de acuerdos de compra de armas. Nueva Delhi es, con diferencia, el mayor comprador internacional de armamento ruso, y se espera que ambos líderes firmen múltiples contratos que incluyen sistemas de defensa antiaérea S-400, aviones de combate Sukhoi-57 de quinta generación y pequeños reactores nucleares modulares.

El gobierno de Modi desmintió informaciones sobre un «nuevo acuerdo» de arrendamiento de submarinos nucleares, aclarando que se trata de un contrato ya existente firmado en 2019, cuya entrega estaría programada para 2028. Funcionarios indios visitaron un astillero ruso en noviembre para revisar el progreso de la construcción, aunque medios locales señalan que el sumergible se incorporaría a la Armada india estrictamente con fines de entrenamiento, sin posibilidad de despliegue en combate activo.

La estrategia de no alineación india bajo presión estadounidense

India ha mantenido con firmeza su tradicional postura de «no alineación» con ningún bloque, heredada de la Guerra Fría, continuando sus malabarismos diplomáticos entre Washington y Moscú. Esta posición ha generado fricción con la administración Trump, que nunca ha ocultado su malestar. «A ellos (India) no les importa cuántas personas en Ucrania están siendo asesinadas por la maquinaria de guerra rusa», declaró el presidente estadounidense, evidenciando su frustración ante la política energética india.

En octubre, Trump aseguró que sus presiones habían funcionado y que India dejaría de comprar petróleo ruso. Sin embargo, los funcionarios indios han rechazado estas afirmaciones, defendiendo la continuidad de sus importaciones. Putin, en entrevista con India Today, comentó sobre la resistencia del primer ministro indio: «El primer ministro indio no es alguien que ceda a la presión».

Expansión de la cooperación con Emiratos Árabes Unidos

Paralelamente, Rusia ha consolidado sus lazos con Emiratos Árabes Unidos en el sector energético. Las tecnologías y equipos para la industria del petróleo y gas han sido seleccionados como área prioritaria para la cooperación bilateral, según comunicado del Ministerio de Industria y Comercio de Rusia tras la reunión entre el ministro Antón Alijánov y el embajador emiratí Mohamad Ahmad Al-Jaber.

Hasta la fecha, ambos países han acordado 51 estándares para equipos del complejo de energía y petróleo. El reconocimiento de estos estándares ha abierto el acceso de los fabricantes rusos a licitaciones de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dhabi, con 11 empresas rusas habiendo pasado ya la preclasificación.

Diversificación comercial y crecimiento bilateral

La cooperación entre Rusia y Emiratos se extiende más allá del petróleo. Ambos países interactúan exitosamente en el campo de la energía nuclear, mientras que la farmacéutica ha emergido como un área prometedora, con representantes del sector empresarial ruso considerando la posibilidad de localizar la producción de algunos medicamentos en territorio emiratí.

La dinámica de las relaciones comerciales entre ambos países muestra un crecimiento constante. Según el ministro Alijánov, el volumen de comercio mutuo entre Rusia y Emiratos Árabes Unidos superará los 10.000 millones de dólares al final de 2025. Durante los primeros nueve meses del año, los indicadores crecieron hasta alcanzar los 8.900 millones de dólares.

Implicaciones geopolíticas y advertencias sobre Ucrania

La visita de Putin a Nueva Delhi, realizada con una amplia delegación integrada por nueve ministros de su gabinete y varios directores ejecutivos de empresas estatales, trasciende lo puramente comercial. Antes de partir hacia India, el presidente ruso concedió una entrevista a India Today en la que abordó la guerra en Ucrania con tono contundente: «Rusia se apoderará del Donbás, así como de las regiones del sur y el este de Ucrania, de una forma u otra».

Esta declaración refleja la determinación del Kremlin de mantener sus objetivos militares mientras fortalece sus alianzas económicas en Asia, configurando una estrategia que busca sostener su maquinaria de guerra mediante flujos comerciales que eluden las sanciones occidentales. La conexión entre la necesidad de Moscú de apoyo económico indio y la insaciable demanda energética de India evidencia una convergencia de intereses que desafía los esfuerzos de Washington por aislar económicamente a Rusia.