En el corazón de Santa Fe, Nuevo México, la Capilla de Loretto alberga una estructura que ha desconcertado a arquitectos, ingenieros y fieles durante más de un siglo: una escalera en espiral que, por sus características únicas, ha sido calificada de «milagrosa». Pero, detrás de esta maravilla arquitectónica, hay una historia profunda de fe, oración y un supuesto milagro que ha marcado la historia de la Iglesia Católica.

Un pedido de fe que dio origen a la maravilla

La historia de la escalera comienza en el siglo XIX, cuando las hermanas de la Orden de las Hermanas de Loreto se embarcaron en la construcción de la capilla en 1873. Sin embargo, al completarse la edificación, se dieron cuenta de que no existía un acceso adecuado al coro, ubicado en el segundo piso. El diseño original de la capilla no había previsto espacio para una escalera, y no había manera práctica de llegar a esa zona elevada.

Desesperadas, las hermanas pidieron con fervor a San José, el patrono de los carpinteros, para que les proporcionara una solución. Fue una oración confiada en la que suplicaron por la intervención divina, y como respuesta a su devoción, ocurrió lo inexplicable.

El carpintero misterioso

Poco después de esa oración, un carpintero anónimo apareció en la capilla y ofreció su ayuda. Este hombre, que nunca se identificó, comenzó a trabajar en la construcción de la escalera en 1878, utilizando materiales desconocidos y técnicas que parecían estar por encima de su tiempo. La obra fue terminada en tan solo tres meses, y, al finalizarla, el carpintero desapareció sin dejar rastro, sin pedir ni un solo centavo por su trabajo.

Una escalera que desafía las leyes de la física

La escalera, de 6 metros de altura, realiza dos giros completos de 360 grados, lo que permite acceder al coro de la capilla sin necesidad de un soporte central visible. Este diseño desafía las leyes de la arquitectura tradicional, ya que una estructura de este tipo debería colapsar por su propio peso. A pesar de no contar con ningún eje central, la escalera se mantiene de pie gracias a un ensamblaje increíblemente preciso de maderas, sin el uso de clavos o adhesivos. La estructura parece un milagro de la ingeniería, y expertos han intentado, sin éxito, replicar su diseño con los mismos materiales.

Misterio en la madera

El material utilizado para la construcción de la escalera también resulta intrigante. Análisis posteriores revelaron que estaba hecha de abeto, una madera que no es originaria de la región de Santa Fe, lo que plantea más preguntas sobre cómo se obtuvo ese material. Algunos teóricos han sugerido que el carpintero pudo haber traído la madera de otro lugar o incluso que, de alguna manera, se obtuvo de un árbol especial, reforzando la idea de lo misterioso que rodea la escalera.

Un legado de fe y misterio

A lo largo de los años, la escalera de la Capilla de Loretto se ha convertido en un símbolo no solo de la devoción de las hermanas de Loreto, sino también de la fe católica. Para la comunidad católica, la escalera representa un milagro de San José, quien, según creen, intervino en respuesta a las oraciones fervientes de las hermanas.

Este prodigio arquitectónico ha sido testigo de innumerables peregrinaciones y continúa siendo un lugar de reflexión y asombro, invitando a quienes lo visitan a preguntarse sobre los misterios de la fe y la intervención divina en el mundo. La capilla y su famosa escalera nos enseñan que, en ocasiones, lo que parece imposible en el plano físico puede ser superado por la gracia y la providencia divina.

Un punto de conexión entre lo espiritual y lo inexplicable

Más que una simple escalera, este relicario de fe es un recordatorio de que, en ocasiones, las respuestas a nuestras oraciones llegan de formas misteriosas y sorprendentes. En la Capilla de Loretto, la fe y el milagro se materializan en una estructura que, aún hoy, desafía los principios de la arquitectura, creando un puente entre lo humano y lo divino. La historia de la escalera sigue viva, no solo en la iglesia, sino en el corazón de todos aquellos que visitan el lugar, buscando una conexión más profunda con lo espiritual y lo trascendental.