Según el informe la tasa de desocupación podría alcanzar a más de 11,5 millones de personas en la región latinoamericana.
El trabajo en tiempos de pandemia: desafíos frente a la enfermedad por coronavirus (COVID-19) se denomina la 22ª edición del informe de coyuntura laboral que fue lanzado de manera virtual y simultánea En Santiago de Chile y Lima, Perú. La conferencia de prensa fue encabezada por la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, y el Director Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro.
El informe de la CEPAL y la OIT analiza la implementación de las políticas para precautelar los salarios de los trabajadores, la economía, ofrece estimaciones sobre la dinámica del mercado, el empleo formal e informal y la protección del sector productivo en los países de la región.
El informe aconseja la implementación de políticas para la reactivación económica; esto requerirá de componentes de financiación, educación y formación en seguridad y salud con protocolos en el trabajo que incorporen las medidas sanitarias esenciales mientras no exista una vacuna o tratamiento efectivo contra el virus.
Ambos funcionarios de Naciones Unidas señalaron que la crisis está forjando nuevos cambios en el mundo del trabajo que serán permanentes para lograr una “normalidad mejor”, ésta nueva normalidad debe apuntar a una con “mayor formalidad, equidad y diálogo social”, apuntaron.
Los efectos negativos en el mercado del trabajo son crudos principalmente por la reducción de horas e ingresos en el sector formal e informal a consecuencia del distanciamiento y prohibición de circulación. Los sectores más vulnerables son las mujeres trabajadoras y sectores como el turismo, comercio y entretenimiento, entre otros.
La caída del PIB se estima en 5,3% y una desocupación mínima de 3,4% que puede alcanzar un 11,5%. Las Micro y Pequeñas Empresas concentran el 46,6% del total del empleo en la región y tienen alto riesgo de experimentar quiebras.
La desocupación y el deterioro de la calidad del empleo serán profundos. Aproximadamente el 54% de los ingresos provienen del sector informal que es uno de los más vulnerables de la región, según la OIT.