La industria nacional, como cualquier otro sector económico, se vio afectada durante las restricciones más severas para mitigar la pandemia en el periodo de marzo y abril, no obstante, tras el reinicio paulatino de las actividades de producción, demostró su capacidad a la hora de mantener el abastecimiento en el mercado nacional, según destacó el presidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Gustavo Volpe, en conversación con ECONOMÍA.
Para Volpe, no hay dudas acerca de que la industria será uno de los motores que impulsen el arduo esfuerzo que supone la recuperación económica tras la crisis generada por el covid-19. De hecho, el titular de la UIP señala que actualmente la industria se encuentra entre los sectores económicos más importantes sólo detrás del sector primario y secundario, sumado al sector manufacturero, el de la construcción y el sector de energía eléctrica.
El titular del gremio industrial asegura que desde el inicio de la pandemia, cerca del 17 de marzo, ya contaban con un plan que abarcaba todos los aspectos para salvaguardar la economía industrial en una iniciativa profiláctica que ya preveía las graves repercusiones que generaría la situación sanitaria en Paraguay.
El plan incluyó medidas para el financiamiento de energía eléctrica, y en el ámbito financiero se encargó de buscar tasas de interés acordes a la coyuntura económica, así como plazos de gracia. Volpe destaca que muchas de las iniciativas del plan industrial se concretaron, ciertamente no con la rapidez que deseaban, pero se cumplieron y a la vez dejó en evidencia el problema de la informalidad económica del país, sobre todo en las micro y pequeñas empresas, que sufrieron dificultades al no poder acceder a los auxilios financieros por falta de documentación en regla.
“Ahí quedó al descubierto la gran informalidad que hay en el mercado, sobre todo en las micro y pequeñas empresas, que al no tener los documentos en regla, el sistema financiero no fue capaz de entregarle los créditos por las exigencias que son importantes en materia de documentación”, comentó.
Sobre el punto, Volpe manifestó la importancia de emprender una campaña “fuertísima” de formalización. Explicó que la Ley de Emergencia contempló que el país adquiera una deuda por USD 1.600 millones, de los cuales una parte importante se destinó a programas para subsidios al sector informal. Sin embargo, la UIP, en un trabajo en conjunto con el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, lograron que se incluya a aquellos empleados que quedaron suspendidos o aquellos que fueron despedidos durante la cuarentena estricta, recibiendo un porcentaje del salario mínimo que les permitió tener ciertos ingresos.
Contrabando
Sobre la situación del contrabando durante la cuarentena, Volpe explicó que en el periodo de fase cero, el periodo más estricto de la cuarentena en Paraguay, el contrabando disminuyó considerablemente debido al cierre de las fronteras, lo que produjo una “primavera” a muchas industrias al no tener que competir contra el contrabando.
De la misma forma, esta “primavera” industrial se vio favorecida con la reducción de las importaciones, sector también afectado por la priorización del mercado interno en los países exportadores y el cierre de fronteras.
“Ahí es donde la industria paraguaya se puso los pantalones largos y suplió la importación, por ejemplo en la industria de domisanitario y la industria alimenticia, que se venden en los supermercados”, destacó.
En ese sentido, el presidente de la UIP manifestó que estos fenómenos demuestran “a todas luces” el perjuicio que hace la industria al contrabando, ya que sustituye con productos legales a los importados ilícitamente. No obstante, reconoció que actualmente luego de la reapertura de fronteras el contrabando volvió a hacerse sentir, lo que disminuyó la cantidad de productos que habían aumentado durante el periodo de cierre de límites fronterizos.
Políticas para impulsar la industria
Con relación a la existencia de un Plan de Desarrollo Industrial, Volpe explicó que no existe ninguno porque “no había un convencimiento sobre lo que era la industria” y criticó que el país “siempre privilegió mucho al sector importador”.
A pesar de ello, Volpe se ratificó en que la industria hasta el momento demostró lo que puede producir y manifestó que el gremio de supermercados puede dar fe de cómo sostuvo sus suministros en la pandemia.
Asimismo, apuntó a la importancia de que el Paraguay tenga una política de desarrollo industrial que contemple todos los aspectos importantes para el efecto, y aseguró estar convencido de que, si se generan las condiciones, el sector industrial podrá ser el motor de reactivación económica. Así mismo manifestó que la industria sigue creciendo a pesar de la problemática latente que implica la competencia desleal como el contrabando.
Explicó que, actualmente, la industria brinda trabajo a 660.000 trabajadores de forma directa, beneficiando indirectamente a cerca de 2.400.000 personas, por lo que el sector necesita un apoyo para que se puede desarrollar y beneficiar a aún más personas.
Mencionó que el porvenir de la industria es prometedora porque llega al país una inversión de USD 3.300 millones para el departamento de Concepción, en donde se erigirá una planta industrial que se dedicará a la fábrica de pasta de papel. Según Volpe, el primer departamento tendrá el producto interno bruto más grande del país de la mano de esta inversión, beneficiando laboralmente a cerca de 40.000 personas de la zona.
“El sector industrial está por ponerse los pantalones largos de este país, porque va a venir una inversión de 3300 millones de dólares que va a afincarse en el norte del país, en un departamento que siempre fue olvidado, que es Concepción”, recalcó.
La planta requerirá de la plantación de 150.000 hectáreas de eucaliptos, lo que también posicionará al Paraguay como un país captador de dióxido de carbono (CO2), que implicará también el acceso a créditos blandos de países emisores que tienen la obligación de ayudar a los países que emiten bajos niveles de CO2.
“Paraguay tiene condiciones que otros países no hay, en 7 años el eucalipto ya puede empezar a producir sin embargo, en otros países es de 10 a 14 años. Paraguay va a pasar de ser productor de CO2 a ser captador de CO2”
Cambio de mando en el Ministerio de Industria y Comercio
Al ser consultado acerca de la salida de la exministra de Industria y Comercio, Liz Cramer, y la llegada de Luis Castiglioni como nuevo titular de la cartera estatal, el presidente de la UIP no se guardó su satisfacción por el cambio y aseguró que es “una suerte” la salida de Cramer.
Para Volpe, la administración de Cramer no dio suficiente importancia a la industria y su enfoque estuvo más orientado al área comercial.
“Yo como presidente de la UIP era el imán que recibía todos los rayos de todos los sectores que tenían problemas y que no estaban de acuerdo con la gestión de la ministra porque ella se enfocaba más a los problemas comerciales y de servicio y no a la industria y es un sector qué necesita de atención y necesita medidas rápidas y no sentíamos eso”, aseguró.
Asimismo, enumeró sus errores durante los inicios de la cuarentena al obligar a las industrias a parar, tomando como ejemplo a las metalúrgicas que tuvieron millonarias pérdidas a ser obligadas a “parar los altos hornos”.
“Sabemos el altísimo costo para las empresas que fueron obligadas a detener altos hornos y eso es por una impericia, por una falta de conocimiento, porque el problema es que inclusive a la empresa estatal INC que tiene altos hornos no se les obligó a parar”, manifestó.
En cuanto a Castiglioni, el titular del gremio industrial señaló que, al ser el nuevo ministro de profesión ingeniero, este “entiende por naturaleza lo que es la industria”, por tanto considera que “va a traccionar para ayudar bastante” al sector industrial del Paraguay.
Aseguró que están trabajando con el Ministerio de Industria y Comercio “como tiene que ser” y se presentarán los planteamientos de qué se necesita en materia de crédito, energía y en los aspectos importantes para hacer una política industrial saludable para el sector.