Presidentes latinoamericanos solicitaron a los organismos financieros internacionales la aplicación de medidas adicionales de apoyo para la región, que contemplen préstamos de largo plazo y donaciones para fortalecer la salud y garantizar la asistencia a los sectores más afectados de la población.
En el encuentro se realizó este martes a través de una videoconferencia del que participaron los mandatarios de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Perú, Paraguay, República Dominicana y Uruguay.
Igualmente estuvieron el presidente del Banco de Desarrollo de América Latina, Luis Carranza, el presidente del Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Dante Mossi, la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan y la secretaria general de Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) Alicia Bárcena.
En la declaración, los firmantes expresan que “América Latina y el Caribe se enfrentan a la peor recesión económica de las últimas décadas como consecuencia de la pandemia de la covid-19” y que, de acuerdo con las previsiones de los principales organismos internacionales, los países latinoamericanos y del Caribe sufrirán de manera especialmente aguda las consecuencias de esta crisis.
“Es previsible que sus efectos económicos y sociales sean profundos y provoquen un aumento considerable de las tasas de pobreza y desigualdad en toda la región”, refiere la declaración.
Por otra parte, consideran necesario adoptar un enfoque “innovador y ambicioso” que permita mitigar el impacto de la crisis y recuperar la senda de un crecimiento sostenible e inclusivo que promueva el progreso económico y social “sin dejar a nadie atrás”.
En ese sentido, menciona el documento que los gobiernos decidieron poner en marca la iniciativa “Juntos por una Respuesta para América Latina y el Caribe ante la Covid-19” que pretende impulsar un mayor apoyo financiero y técnico a los países de América Latina y el Caribe y ayudarles a dotarse de los recursos necesarios para afrontar con éxito el desafío de la covid-19 y sus consecuencias sanitarias, sociales, económicas y financieras.
En ese sentido, refiere la declaración que las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) han respondido de forma oportuna y decidida, aumentando los recursos destinados a la región, flexibilizando sus instrumentos, y agilizando los procesos de desembolsos, entre otros. Sin embargo, esta crisis sin precedentes exige una respuesta aún más contundente, coordinada y adaptada a las necesidades de los países.
Los firmantes hicieron un llamado a las Instituciones Financieras Internacionales para que, en este momento histórico y en coordinación con el resto de actores económicos y sociales regionales e internacionales, consideren medidas adicionales de apoyo para “ayudar a los países de América Latina y el Caribe, independientemente de su clasificación por nivel de renta y con especial énfasis en los más vulnerables, a superar con éxito esta crisis”.
Como parte de las medidas que los países sugieren considerar es que las Instituciones Financieras Internacionales puedan evaluar la articulación y ampliación de instrumentos de apoyo, tanto financieros como de asistencia técnica, en dos ámbitos de actuación: a nivel macroeconómico, a través de herramientas que permitan estabilizar los flujos de capital, garantizar la liquidez y aumentar el margen fiscal; y a nivel sectorial, mediante instrumentos que permitan reforzar los sistemas de salud y de protección social, con especial atención al empleo.
Para la macro economía proponen:
– Ampliar el margen fiscal mediante préstamos de largo plazo en condiciones adecuadas, garantías para relanzar la actividad económica y estudiar posibles reestructuraciones de pagos de deuda, caso por caso, a países altamente endeudados como consecuencia de la pandemia.
– Garantizar la liquidez facilitando el acceso a líneas swap de divisas, emitiendo y reasignando derechos especiales de giro y proporcionando líneas de crédito de rápido acceso.
– Extender garantías para apoyar la financiación mixta de inversiones sostenibles y crear mecanismos para estabilizar los flujos de capital.
En cuanto a los instrumentos que permitan reforzar los sistemas de salud y de protección social, proponen:
– Préstamos blandos, posibles donaciones bilaterales y reasignación de recursos previamente aprobados para reforzar urgentemente las capacidades presentes y futuras de los sistemas de salud nacionales.
– Préstamos blandos, posibles donaciones bilaterales y reasignación de recursos previamente aprobados para financiar, entre otros: a) programas de reactivación productiva, incluida la mejora de la infraestructura fronteriza que fomente mayor integración regional; b) apoyo al empleo y fortalecimiento de los sistemas de protección social; y c) sostén a las micro, pequeñas y medianas empresas, con especial atención a aumentar su inserción internacional e integración en cadenas globales de valor.
– Asistencia técnica para fortalecer los sistemas de protección social, reforzar la capacidad de gestión y aumentar la progresividad de los sistemas fiscales, de forma que las políticas sociales sean aún más efectivas y orientadas a los más vulnerables y se mejore la eficiencia y calidad del gasto público.
Las instituciones financieras internacionales actuarán de acuerdo con sus respectivos mandatos y marcos jurídicos. Evaluarán las necesidades de capital requerido para proporcionar una respuesta adecuada y eficaz ante la crisis sanitaria y económica generada por la pandemia, preservando al tiempo su calidad crediticia.
Esta declaración fue suscrita por Alberto Fernández, presidente de Argentina; Mia Mottley, primera ministra de Barbados; Iván Duque, presidente de Colombia; Carlos Alvarado, presidente de Costa Rica; Sebastián Piñera, presidente de Chile; Lenín Moreno, presidente de Ecuador; Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España; Mario Abdo Benítez, presidente de Paraguay; Martín Vizcarra, presidente de Perú; Danilo Medina, presidente de República Dominicana; Luis Lacalle Pou, presidente de Uruguay; Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina; y Rebeca Grynspan, secretaria general Iberoamericana.