El panorama comercial entre Estados Unidos y Brasil se encuentra en una encrucijada crítica tras el anuncio del presidente Donald Trump de imponer aranceles del 50% a las exportaciones brasileñas, una medida que entrará en vigor el próximo 1 de agosto y que promete redefinir las relaciones económicas bilaterales en múltiples sectores estratégicos.
Sector cárnico enfrenta pérdidas millonarias por restricciones arancelarias
La industria brasileña de carne vacuna se prepara para enfrentar uno de los golpes más severos en su historia reciente. Según la Asociación Brasileña de las Industrias Exportadoras de Carnes (Abiec), que representa a gigantes del sector como JBS NV, las nuevas medidas arancelarias podrían generar un impacto negativo de US$1.000 millones en las ventas durante la segunda mitad de 2025.
Roberto Perosa, presidente ejecutivo de Abiec, advirtió en declaraciones a la revista Exame que los gravámenes propuestos restringirían severamente la capacidad del mayor proveedor mundial de carne vacuna para acceder al mercado estadounidense, sin que existan mercados alternativos preparados para absorber los volúmenes desplazados.
La situación se torna particularmente compleja considerando que Brasil había proyectado duplicar sus exportaciones cárnicas a Estados Unidos durante 2025, esperando alcanzar las 400.000 toneladas métricas. Esta proyección se basaba en la creciente demanda estadounidense de carne vacuna magra brasileña, utilizada principalmente para la mezcla de carne picada, en un contexto donde una grave escasez de ganado doméstico había disparado los precios en las tiendas de comestibles estadounidenses.
Contexto de escasez y dependencia comercial
Los datos gubernamentales revelan que Brasil exportó aproximadamente 180.000 toneladas métricas de carne vacuna a Estados Unidos en el primer semestre de 2025, más del doble del volumen registrado en el mismo período del año anterior. Este crecimiento exponencial respondía a una necesidad específica del mercado estadounidense, que experimentaba limitaciones en sus suministros domésticos.
La situación se había agravado por la prohibición estadounidense de importar ganado mexicano debido a preocupaciones sanitarias relacionadas con una plaga parasitaria, lo que había restringido aún más la disponibilidad de carne en el mayor mercado consumidor mundial.
Los nuevos aranceles se sumarán a los gravámenes existentes que ya afectaban la mayoría de los envíos de carne brasileña, elevando el total a más del 76%, una cifra que compromete seriamente la competitividad del producto brasileño en territorio estadounidense.
Motivaciones políticas detrás de las medidas comerciales
Las medidas arancelarias de Trump trascienden consideraciones puramente comerciales y se enmarcan en una estrategia abiertamente política. En la carta pública donde detalló los motivos del aumento arancelario, el mandatario estadounidense calificó el proceso judicial contra su aliado, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, como una «caza de brujas».
Bolsonaro enfrenta acusaciones de haber orquestado un intento de golpe de Estado para revertir su derrota electoral de 2022 ante el presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, configurando un escenario donde las tensiones políticas se traducen directamente en restricciones económicas.
Sector cafetalero: entre la dominancia global y la vulnerabilidad comercial
El impacto de los aranceles se extiende significativamente al sector cafetalero, donde Brasil mantiene una posición dominante a nivel mundial como el mayor productor y exportador del grano. El país suramericano exporta aproximadamente el 85% de su producción total, y Estados Unidos representa cerca del 16% de estas exportaciones, según datos del Consejo de Exportadores de Café de Brasil (Cecafe).
En 2024, Brasil superó los US$2.000 millones en ventas de café a Estados Unidos, dominando cerca de un tercio del mercado estadounidense. Esta cifra representa una proporción crítica de los ingresos del sector, que ahora enfrenta la incertidumbre de los nuevos gravámenes.
Márcio Ferreira, presidente del consejo consultivo de Cecafe, expresó cierta confianza al señalar que Estados Unidos continuará importando café brasileño incluso con el elevado arancel, argumentando que «ni Estados Unidos ni ninguna otra fuente pueden prescindir de Brasil, aunque se le impongan aranceles.»
Sin embargo, especialistas como Leandro Gilio, profesor de agroindustria global en la escuela de negocios Insper de São Paulo, advierten que el arancel disminuirá inevitablemente la competitividad del café brasileño y reducirá naturalmente la demanda en el mercado estadounidense.
Impacto desproporcionado en pequeños productores
La estructura productiva del café brasileño revela una particular vulnerabilidad ante las nuevas medidas arancelarias. Los pequeños agricultores producen más de dos tercios del café del país y constituyen la mayoría en regiones clave como el noroeste del estado de Río de Janeiro, donde se concentran la mayoría de los cultivos regionales.
Gilio enfatizó que «no hay forma de redirigir rápidamente nuestra producción de café a otros mercados», señalando que el impacto afectará principalmente a los pequeños productores, quienes poseen menor poder financiero para realizar inversiones o mantenerse durante períodos de dificultad como el actual.
En municipios como Porciúncula, que limita con Minas Gerais, el mayor productor cafetalero del país, la producción de café constituye la principal actividad económica. Las suaves montañas cubiertas de simétricas hileras de cafetos representan el sustento de miles de familias que ahora enfrentan un horizonte de incertidumbre.
La productora Fernanda Marola destacó que numerosos puestos de trabajo dependen del cultivo y procesamiento del café, mientras los productores asumen constantemente costos e inversiones que podrían verse comprometidos por la reducción de la demanda estadounidense.
Efectos regionales: Colombia busca alternativas comerciales
El impacto de los aranceles estadounidenses trasciende las fronteras brasileñas y afecta a toda la región latinoamericana. Colombia, segundo país exportador de café hacia Estados Unidos después de Brasil, envió café por US$1.500 millones en 2024 según datos de las Naciones Unidas, y ahora enfrenta la amenaza de un arancel del 10%.
A pesar de vivir una temporada de producción récord con más de 14 millones de sacos entre marzo de 2024 y febrero de 2025, los caficultores colombianos buscan activamente nuevos mercados ante la incertidumbre generada por las medidas de su principal comprador.
Algunos economistas señalan que China se presenta como un socio comercial más confiable, sugiriendo una posible reconfiguración de los flujos comerciales globales del café que podría beneficiar al gigante asiático en detrimento de Estados Unidos.
Tensiones geopolíticas por minerales estratégicos
Paralelamente a las disputas comerciales tradicionales, emerge una nueva dimensión de tensión centrada en los minerales estratégicos. El presidente Lula da Silva pronunció palabras contundentes el 24 de julio, declarando: «Tenemos que proteger todos los minerales ricos que ustedes quieren. Y aquí nadie pone las manos. Este país pertenece al pueblo brasileño.»
Estas declaraciones respondían a la creciente presión estadounidense por acceder a los minerales estratégicos almacenados en el subsuelo brasileño, particularmente litio y niobio, elementos cruciales para la industria tecnológica y la transición energética global.
El mismo día, Gabriel Escobar, encargado de negocios de la embajada estadounidense, se reunió con representantes del Instituto Brasileño de Minería (Ibram) para expresar el interés estadounidense en cerrar acuerdos para la adquisición de minerales considerados estratégicos.
Brasil: potencia en tierras raras con limitaciones tecnológicas
Brasil posee la segunda mayor reserva de tierras raras del mundo, con aproximadamente 21 millones de toneladas de estos elementos según el Servicio Geológico de Estados Unidos, solo superado por China. Este grupo de 17 elementos químicos resulta esencial para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos, turbinas eólicas, misiles guiados, satélites, chips para dispositivos móviles, computadores e incluso telescopios espaciales.
A pesar de su nombre, estos elementos no son raros en términos de abundancia, pero el procedimiento para su extracción es complejo y requiere inversiones considerables. Actualmente, Brasil se limita a exportar las materias primas, ya que no posee la tecnología necesaria para su explotación a escala industrial, manteniendo su posición como proveedor periférico frente a la creciente demanda global.
China: factor decisivo en el equilibrio geopolítico
La preocupación de la Casa Blanca se intensifica ante el uso estratégico que China, mayor productor mundial de tierras raras, está realizando de estos recursos en respuesta a los aranceles introducidos por Trump durante el año.
China controla más del 60% de la producción mundial y casi el 90% del refinado de estos elementos. En abril, el gobierno chino decidió limitar las exportaciones de siete tipos de tierras raras y de imanes permanentes, una medida que puso de manifiesto la vulnerabilidad estadounidense en este sector crítico.
La capacidad de refinación limitada de Estados Unidos significa que la interrupción de las cadenas de suministro ha afectado directamente a las fábricas estadounidenses, revelando una dependencia estratégica que Washington busca reducir mediante el acercamiento a proveedores alternativos como Brasil.
Posibles escenarios y consecuencias económicas
La Asociación Brasileña de la Industria del Café (ABIC) ha advertido sobre «impactos extremadamente negativos y relevantes» en toda la cadena productiva, desde los pequeños caficultores hasta los grandes exportadores. Mientras tanto, Marcos Matos, director general del Consejo de Exportadores de Café (Cecafé), indicó que se estudian mecanismos de negociación para lograr que el café sea considerado un «recurso natural no disponible» en Estados Unidos y pueda quedar exento de las tarifas.
Las medidas arancelarias de Trump representan un punto de inflexión en las relaciones comerciales hemisféricas, con implicaciones que trascienden los sectores directamente afectados. La combinación de motivaciones políticas y consideraciones geopolíticas configura un escenario complejo donde los intereses económicos tradicionales se entrelazan con las nuevas realidades de la competencia global por recursos estratégicos.
Esta situación podría acelerar la diversificación de los mercados brasileños hacia socios comerciales alternativos, particularmente en Asia, mientras Estados Unidos enfrenta el riesgo de perder acceso preferencial a productos y recursos que considera estratégicos para su seguridad nacional y competitividad económica.