Jensen Huang, CEO de Nvidia Corp. (NVDA), lanzó una contundente advertencia sobre las consecuencias económicas que enfrentan las empresas estadounidenses debido a las restricciones comerciales con China. Durante una entrevista en CNBC, Huang destacó que el mercado de chips de inteligencia artificial en China podría alcanzar los US$50.000 millones en los próximos dos o tres años, representando una oportunidad crucial que las empresas estadounidenses no deberían perder.
«Sería una pérdida tremenda no poder abordarlo como empresa estadounidense», enfatizó Huang. «Va a traer de vuelta los ingresos. Va a traer de vuelta los impuestos. Va a crear muchos puestos de trabajo aquí en Estados Unidos».
Esta declaración llega en un momento crítico para Nvidia, después de que la administración Trump endureciera las restricciones el mes pasado, exigiendo una licencia especial para el envío de chips H20 a China. El impacto financiero fue inmediato: la compañía contabilizó amortizaciones por valor de US$5.500 millones relacionadas con este producto, específicamente diseñado para cumplir con las anteriores limitaciones del mercado chino.
Entre tensiones geopolíticas y oportunidades de negocio
Las tensiones entre Estados Unidos y China han colocado a Nvidia en una posición particularmente complicada. Antes de la primera ronda de controles a las exportaciones en 2022, China representaba aproximadamente el 22% de los ingresos de la compañía, cifra que ha descendido al 13% desde entonces. En contraste, las ventas a Singapur se han más que duplicado y ahora representan casi el 18% del total, convirtiéndose en el segundo mercado más grande de Nvidia después de Estados Unidos.
La situación ha generado preocupación entre los inversores, contribuyendo a una caída de aproximadamente 15% en las acciones de Nvidia durante 2025, tras casi triplicar su valor en 2023. La compañía se prepara para presentar sus resultados el 28 de mayo, con un pronóstico de aumento en ingresos del 65% respecto al año anterior, alcanzando US$43.100 millones, según analistas de Lseg.
«La mejor jugada es dejar que los estadounidenses hagan la americana: déjenos ir a por ella y ganarla», argumentó Huang, quien considera fundamental mantener el liderazgo tecnológico estadounidense. «El mundo está hambriento de IA. Pongamos la IA estadounidense delante de todo el mundo ahora mismo».
El intrincado juego de las restricciones y evasiones
Las restricciones impuestas por Estados Unidos han generado respuestas creativas tanto de Nvidia como del mercado. Cuando la administración Biden prohibió en octubre de 2022 la venta a China de chips estadounidenses que superaran ciertos umbrales de potencia de procesamiento y ancho de banda de memoria, Nvidia respondió con el H800, un modelo diseñado específicamente para mantenerse justo por debajo de los límites regulatorios.
Un año después, cuando Estados Unidos endureció nuevamente las regulaciones prohibiendo cualquier chip con demasiada potencia de procesamiento independientemente del ancho de banda, la respuesta de Nvidia fue el H20. Sin embargo, estas restricciones no han logrado detener completamente el flujo de tecnología hacia China.
Ha surgido un mercado gris donde los chips restringidos de Nvidia continúan llegando a manos de desarrolladores chinos de IA a través de diversas vías:
- Centros de datos en países limítrofes como Malasia, especialmente en la región de Johor
- Intermediarios que trafican chips directamente a China, desviándolos a través de terceros países
- Falsificación de documentos de exportación y etiquetado incorrecto de productos
Según estimaciones de Erich Grunewald, del Instituto de Política y Estrategia de IA, el año pasado los chips estadounidenses de contrabando representaron entre el 10% y el 50% de la capacidad de entrenamiento de modelos de IA de China.
La batalla por la innovación y el control tecnológico
A pesar de los obstáculos regulatorios, Huang ha manifestado que China no está rezagada en el ámbito de la inteligencia artificial, destacando que Huawei es «una de las empresas tecnológicas más formidables del mundo». Esta afirmación refleja el reconocimiento de la creciente capacidad tecnológica china, que ha respondido a las restricciones estadounidenses con un impulso a su industria local de semiconductores.
El gobierno estadounidense ha reaccionado introduciendo regulaciones cada vez más estrictas. En enero, la administración Biden presentó su «Marco de Difusión de IA», dividiendo el mundo en tres niveles según el acceso permitido a la tecnología de IA americana. Sin embargo, la aplicación efectiva de estas restricciones enfrenta desafíos significativos, incluyendo la escasez de personal en la Oficina de Industria y Seguridad (BIS), la agencia encargada de aplicar los controles a la exportación.
Nvidia se encuentra en la difícil posición de cumplir con las regulaciones mientras intenta mantener su competitividad global. La compañía insiste en que acata las normas de exportación estadounidenses, pero reconoce los desafíos para supervisar el destino final de sus productos, especialmente cuando cambian de manos después de las verificaciones iniciales.
El futuro: ¿Innovación o restricción?
El mensaje de Huang es claro: Estados Unidos debería centrarse en liderar la innovación en IA en lugar de imponer más restricciones. «Pongamos la IA estadounidense delante de todo el mundo ahora mismo», instó el CEO, sugiriendo que la verdadera ventaja competitiva proviene de la capacidad para innovar más rápidamente que los competidores.
Mientras Nvidia continúa desarrollando nuevos productos y explorando mercados alternativos, el desafío para las autoridades estadounidenses será encontrar un equilibrio entre proteger la seguridad nacional y permitir que sus empresas tecnológicas compitan globalmente. Como señaló Huang, la empresa está comprometida a «apoyar lo que sea en el mejor interés del país», pero advierte que perder el acceso al mercado chino tendría consecuencias económicas significativas para Estados Unidos.
En un mundo cada vez más hambriento de tecnologías de IA, la carrera no solo es tecnológica sino también geopolítica, y las decisiones regulatorias de hoy determinarán quién liderará la revolución de la inteligencia artificial en los próximos años.