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Cepal eleva proyección de crecimiento de Paraguay a 5,5% para 2025 mientras la región mantiene baja expansión económica

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La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó este martes una actualización de sus proyecciones económicas que evidencia el contraste entre el desempeño paraguayo y el estancamiento regional. Mientras el organismo mantuvo en 2,4% su estimación de crecimiento para América Latina y el Caribe en 2025, elevó significativamente la previsión para Paraguay hasta 5,5%, superando en un punto porcentual la proyección de octubre pasado.

La región persiste en una trampa de bajo crecimiento

El informe «Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2025», presentado en la sede de Santiago de Chile, confirma la persistencia de una dinámica económica regional débil. La proyección del 2,4% para 2025 representa apenas una leve mejoría respecto al 2,3% observado en 2024, mientras que para 2026 se anticipa una desaceleración al 2,3% en un contexto internacional que permanece incierto.

El secretario ejecutivo de la Cepal, Manuel Salazar-Xirinachs, fue contundente al señalar que estos indicadores «completarían una secuencia de cuatro años con tasas cercanas al 2,3%, lo que confirma el hecho de que la región continúa en una trampa de baja capacidad para crecer». Esta situación contrasta marcadamente con el rebote del 6,9% registrado en 2021 tras el desplome pandémico.

Las consecuencias de este estancamiento son profundas. Según explicó Salazar-Xirinachs a la agencia EFE, «el PIB per cápita de hoy día en la región es ligeramente mayor que el de hace 10 años, la pobreza detuvo su ritmo de reducción, hay una baja tasa de creación de empleos y se detuvo también la tendencia a la reducción de la informalidad».

Paraguay lidera el crecimiento regional junto a Venezuela y Argentina

En este panorama regional adverso, Paraguay emerge como uno de los protagonistas del crecimiento latinoamericano. La revisión al alza de la Cepal sitúa al país con una expansión del 5,5% para 2025, aunque se proyecta una moderación al 4,5% en 2026.

Esta performance coloca a Paraguay entre los líderes regionales, solo superado por Venezuela, que alcanzaría el 6,5%, mientras que Argentina proyecta un 4,3% y Costa Rica un 4%. Le siguen en el ranking Guatemala (3,9%), Honduras (3,8%), Panamá (3,8%), El Salvador (3,5%), Nicaragua (3,5%), Perú (3,2%) y Ecuador (3,2%).

En el segmento medio de la tabla se ubican República Dominicana (2,9%), Colombia (2,6%), Chile (2,5%), Brasil (2,5%) y Uruguay (2,2%). Las islas del Caribe proyectan en promedio un crecimiento del 1,9%, excluyendo a Guyana, que en medio de su expansión petrolera marca un extraordinario 152%, muy por encima del 43,6% registrado en 2024.

Únicamente Cuba (-1,5%) y Haití (-2,3%) experimentarían contracciones en 2025, según las estimaciones del organismo regional.

Banco Central del Paraguay proyecta crecimiento del 6% para 2025

Las proyecciones de la Cepal encuentran respaldo en las cifras presentadas por el Banco Central del Paraguay (BCP), que incluso supera las estimaciones del organismo regional. El presidente del BCP, Carlos Carvallo, presentó este viernes una evaluación que sitúa el crecimiento económico paraguayo en 6% para el cierre de 2025, superando las previsiones iniciales.

Para 2026, la institución monetaria anticipa una expansión del 4,2%, acompañada por una trayectoria inflacionaria convergente al centro de la meta del 3,5%. Carvallo destacó que «la revisión al alza del PIB para 2025 confirma la solidez y resiliencia de la economía paraguaya frente a la incertidumbre global, destacando el aporte de todos los sectores de la economía».

El crecimiento proyectado para 2026 estaría impulsado por el firme desempeño de los servicios, la manufactura y la construcción, así como por una demanda interna más dinámica y diversificada, lo que posicionaría nuevamente a Paraguay entre las economías de mayor expansión regional.

Inflación controlada y expectativas ancladas

El informe de la Cepal también analiza la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) en Paraguay. Según los datos presentados, la inflación se redujo significativamente de 8,1% en diciembre de 2022 a 3,7% al cierre de 2023, manteniéndose en 3,8% en diciembre de 2024. La inflación interanual pasó de 4,1% en septiembre de 2024 a 4,3% en septiembre de 2025, mostrando una leve aceleración aunque dentro de niveles controlados.

El documento destaca que en Chile, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay las expectativas inflacionarias ya se alinean con los objetivos de sus respectivos bancos centrales, evidenciando la efectividad de sus políticas monetarias.

Por su parte, el BCP ajustó su estimación de inflación para 2025 a 3,6%, en un contexto de expectativas firmemente ancladas y presiones inflacionarias acotadas. Para 2026, se proyecta una convergencia gradual al 3,5%, reflejando el compromiso institucional con la estabilidad de precios.

Avances estructurales fortalecen la institucionalidad económica

Carlos Carvallo destacó los principales hitos que han marcado la evolución reciente de la economía paraguaya y su política monetaria. Entre ellos mencionó la obtención del grado de inversión, la reducción de la meta de inflación del 4% al 3,5%, la promulgación de la Ley del SIPAP y la nueva Ley del Mercado de Valores, entre otras reformas clave.

Estos logros, según el presidente del BCP, «refuerzan la institucionalidad económica, fortalecen el marco de estabilidad macrofinanciera y consolidan a Paraguay como una economía sólida, creíble y resiliente».

El ministro de Economía y Finanzas, Carlos Fernández Valdovinos, subrayó la creciente diversificación de la economía paraguaya y el impacto positivo de la solidez macroeconómica en la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía. En materia fiscal, confirmó que en 2026 el Presupuesto General de la Nación (PGN) volverá a ajustarse al límite de déficit del 1,5% del PIB, en cumplimiento de la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF).

Desafíos regionales requieren reformas estructurales

El vicepresidente ejecutivo del BID, Jordan Schwartz, invitado internacional al evento del BCP, presentó un análisis comparado sobre la evolución reciente de las economías latinoamericanas, destacando que las trayectorias de inflación en la región han comenzado a divergir. Mientras algunos países han logrado alinearse con sus metas, otros continúan enfrentando presiones inflacionarias persistentes.

Schwartz identificó una serie de desafíos estructurales y coyunturales, entre ellos las condiciones monetarias globales, los niveles de endeudamiento y las perspectivas de crecimiento económico. En ese contexto, subrayó la necesidad de que la región acelere reformas orientadas a elevar la productividad, aprovechando oportunidades en comercio, inversión y transición energética, reduciendo la dependencia de los ciclos externos y fortaleciendo un crecimiento más sostenible.

El secretario ejecutivo de la Cepal coincidió al señalar que «son necesarias políticas de desarrollo productivo de mayor ambición, más hoy bajo las nuevas condiciones de rivalidad geoeconómica, combinadas con políticas macroeconómicas que movilicen más recursos para el crecimiento, la innovación, la diversificación económica, la transformación productiva y la creación de empleos de calidad».

Proyecciones para una región desigual

América Latina continúa siendo la región más desigual del mundo, y el bajo crecimiento sostenido amenaza con profundizar esta brecha. Después del rebote post-pandémico de 6,9% en 2021, la región se desaceleró al 3,7% en 2022, al 2,3% en 2023 y mantuvo ese mismo nivel en 2024. Las proyecciones de la Cepal para 2025 (2,4%) y 2026 (2,3%) evidencian que esta tendencia de bajo crecimiento se consolidará en el corto plazo.

América del Sur exhibe un mayor dinamismo, especialmente en 2025, mientras que América Latina en su conjunto se ubica levemente por debajo del promedio regional, con tasas de 2,2% en 2024, 2,3% en 2025 y 2,2% en 2026.

En este contexto regional adverso, el desempeño de Paraguay representa no solo una excepción positiva, sino también un ejemplo de cómo la solidez institucional, la diversificación económica y las políticas macroeconómicas consistentes pueden generar resultados superiores al promedio regional, incluso en un entorno internacional caracterizado por la incertidumbre y las tensiones geoeconómicas.