Los mercados energéticos globales experimentaron una fuerte volatilidad tras los ataques estadounidenses del sábado contra tres instalaciones nucleares iraníes, mientras Irán amenaza con bloquear el estratégico Estrecho de Ormuz, paso obligado del 20% del comercio mundial de petróleo.

Reacción inmediata de los mercados energéticos

Los precios del crudo registraron alzas significativas en las primeras horas de negociación del domingo, con los futuros del petróleo estadounidense (WTI) incrementándose un 3,6% hasta alcanzar aproximadamente US$ 76,47 por barril. Por su parte, los futuros del Brent, referencia internacional para los precios del crudo, avanzaron un 3,2% hasta US$ 74,59 por barril.

Durante la jornada del lunes, la volatilidad se mantuvo con incrementos iniciales superiores al 4%, llevando el barril WTI a rozar los US$ 77 y el Brent a tocar los US$ 81, su nivel más alto en seis meses. Posteriormente, los precios moderaron sus ganancias, manteniéndose el WTI en US$ 74,75 (+1,22%) y el Brent en US$ 77,95 (+1,25%).

Impacto en los mercados financieros globales

La escalada del conflicto generó ondas de choque en los mercados bursátiles internacionales. Los futuros de las acciones estadounidenses registraron caídas generalizadas: el Dow Jones retrocedió 250 puntos (-0,6%), el S&P 500 cayó 0,6% y el Nasdaq se desplomó 0,7%.

En contraste, el dólar estadounidense se fortaleció un 0,3%, reflejando su tradicional papel como refugio seguro en períodos de incertidumbre geopolítica. Este comportamiento resulta especialmente significativo tras las recientes presiones sobre la moneda estadounidense debido a los aranceles implementados por la administración Trump.

Los mercados asiáticos mostraron reacciones mixtas: mientras Tokio cerró con una leve baja del 0,1%, Seúl retrocedió 0,2% y Sídney cayó 0,4%. Yakarta experimentó la mayor caída con 1,7%. En contraste, Hong Kong y Shanghái registraron avances del 0,6% y 0,7% respectivamente.

Paradójicamente, las acciones israelíes se vieron impulsadas por los acontecimientos, alcanzando máximos históricos. El índice Tel Aviv 125 subió 1,8% para cerrar en 2.919,62 puntos, mientras el TA-35 ganó 1,5% cerrando en 2.877,78 puntos.

El Estrecho de Ormuz: punto neurálgico del comercio energético mundial

El Estrecho de Ormuz, ubicado entre las costas de Irán y Omán, constituye uno de los puntos de estrangulamiento más críticos del comercio energético global. Con 161 kilómetros de longitud y apenas 34 kilómetros de ancho en su punto más estrecho, alberga dos canales de navegación de solo 3 kilómetros cada uno.

Según datos de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), durante el primer trimestre de 2025 transitaron por este paso marítimo casi 15 millones de barriles diarios de crudo y condensado, además de 8 millones de barriles de productos petroleros refinados. Esto representa aproximadamente el 20% del comercio mundial de petróleo.

Durante 2024 y el primer trimestre de 2025, más del 25% del comercio marítimo de petróleo fluyó a través del estrecho. Estados Unidos importó alrededor de 500.000 barriles diarios através de esta ruta, equivalente al 7% de sus importaciones totales de petróleo crudo y condensado.

Amenaza de bloqueo y respuesta iraní

El comandante de la Guardia Revolucionaria, Sardar Esmail Kowsari, declaró a medios locales que el cierre del Estrecho de Ormuz «está siendo considerado, e Irán tomará la mejor decisión con determinación». Kowsari, quien además de su cargo militar es diputado, añadió: «Tenemos las manos abiertas cuando se trata de castigar al enemigo, y la respuesta militar fue sólo una parte de nuestra respuesta global».

El parlamento iraní aprobó el domingo una medida que busca bloquear el acceso completo al Estrecho de Ormuz, como respuesta al «silencio de la comunidad internacional» ante los ataques estadounidenses contra las centrales nucleares de Fordo, Natanz e Isfahan, que causaron «destrucción total» y algunos heridos.

Capacidades militares y escenarios de conflicto

Los analistas militares identifican múltiples vectores de amenaza iraní contra la infraestructura energética regional. Los misiles iraníes de corto y medio alcance serían capaces de apuntar a plataformas petrolíferas, oleoductos en el Estrecho o atacar buques comerciales. Los misiles superficie-superficie podrían dirigirse contra petroleros o puertos a lo largo del Golfo Pérsico, mientras que ataques aéreos con aviones y drones podrían inutilizar equipos de navegación o radar en los principales puertos marítimos.

Proyecciones de precios e impacto económico global

Los especialistas anticipan alzas abruptas en caso de materializarse el bloqueo. «El cierre del Estrecho podría provocar un aumento inmediato del 30 al 50% en los precios del petróleo», según análisis preliminares. Los escenarios más conservadores contemplan subas iniciales del 20%, mientras que un bloqueo total prolongado podría impulsar el precio del barril por encima de los US$ 150 o US$ 200.

Un grupo de expertos estratégicos advirtió que la intervención militar directa estadounidense resultaría costosa para la administración Trump, especialmente si se cierra el Estrecho de Ormuz, ya que las corporaciones multinacionales podrían cesar operaciones en cuestión de días por agotamiento de suministros energéticos. Algunos pronósticos estiman incrementos del 80% en los precios del petróleo durante la primera semana de un eventual cierre.

Rutas alternativas y contingencias regionales

Ante un posible bloqueo, los principales exportadores regionales cuentan con alternativas limitadas. Arabia Saudita dispone de un oleoducto de 1.200 kilómetros que conecta regiones productoras con una terminal en el Mar Rojo para redirigir envíos hacia Europa. Los Emiratos Árabes Unidos tienen capacidad para enviar hasta 1,5 millones de barriles diarios a través de un conducto que transporta crudo hasta el puerto de Fujairah, en el Golfo de Omán.

Sin embargo, estas alternativas resultan insuficientes para compensar completamente el volumen que transita por el Estrecho de Ormuz, y implicarían costos significativamente más elevados.

Contexto de producción y reservas estadounidenses

Estados Unidos mantiene una producción promedio de aproximadamente 13,4 millones de barriles diarios. Las reservas de petróleo crudo han aumentado más de 200 millones de barriles desde principios de enero, y la OPEP+ anunció recientemente planes para incrementar la producción. No obstante, persiste la preocupación por posibles disrupciones en el flujo de petróleo y comercio en la región.

Implicaciones para Europa y mercados asiáticos

Europa podría sufrir escasez energética significativa, especialmente los países dependientes del combustible de Oriente Medio. Aproximadamente el 20% del petróleo mundial y una parte significativa del gas natural licuado procedente de países del Golfo (Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos) atraviesan el Estrecho.

Los mercados asiáticos resultarían los más afectados por un eventual cierre, considerando su alta dependencia del petróleo del Golfo Pérsico. China, India, Japón y Corea del Sur dependen fuertemente de estos suministros, lo que explica el pánico en los mercados internacionales.

Perspectivas inflacionarias y efectos en cadena

Cualquier aumento brusco en los precios del petróleo podría desencadenar mayor inflación en la economía estadounidense y global. El incremento de costos energéticos afectaría los sectores manufacturero, de transporte y agrícola, generando efectos dominó en las cadenas de suministro globales.

La crisis actual subraya la vulnerabilidad de los mercados energéticos ante disrupciones geopolíticas en regiones estratégicas, recordando la importancia crítica del Estrecho de Ormuz para la estabilidad económica mundial.