“Que a nadie le falte el trabajo y que todos sean justamente remunerados” fue el mensaje del Papa Francisco I durante su homilía en recordación del Día del Trabajador.
El líder de la Iglesia Católica instó a pensar en los trabajadores de todo el mundo que no perciben el salario mínimo y trabajan más horas de las legalmente estipuladas.
«Piensen en la empleada doméstica que no tiene un salario justo, que no tiene asistencia de la seguridad social, que no tiene capacidad de jubilación: esto no sólo ocurre en Asia. Aquí», expresó.
Asimismo, aseguró que «toda injusticia que se comete contra un trabajador es un atropello a la dignidad humana, incluso a la dignidad de lo que hace la injusticia: bajas el nivel y terminas en esa tensión de dictador-esclavo».
Igualmente, Durante su homilía, Francisco recordó la historia de la esclavitud y lamentó que existan trabajadores en condición de “esclavitud”
«Aún hoy hay tantos esclavos, tantos hombres y mujeres que no son libres para trabajar, se ven obligados a trabajar, a sobrevivir, nada más. Son esclavos: trabajo forzado… son trabajos forzados, injustos, mal pagados y que llevan al hombre a vivir con la dignidad pisoteada. Hay muchos, muchos en el mundo. Muchos», denunció.