Las amenazas arancelarias del presidente estadounidense Donald Trump contra Brasil han desatado una tormenta en los mercados internacionales, con el café como epicentro de la volatilidad y consecuencias que se extienden desde São Paulo hasta Londres.
El café en el ojo del huracán: futuros al alza y tensión en el suministro
Los futuros del café experimentaron movimientos contradictorios tras el anuncio de Trump de imponer aranceles del 50% a todas las importaciones brasileñas a partir del 1 de agosto. Mientras los contratos de futuros del café arábica cayeron un 2,3% en Nueva York, los precios para entrega inmediata se dispararon más de un 3,5%, reflejando la urgencia de los compradores por asegurar suministro antes de que entren en vigor los gravámenes.
La paradoja del mercado cafetalero ilustra la complejidad de la medida: los futuros descuentan una posible caída de la demanda estadounidense por el encarecimiento del grano, mientras que el contrato inmediato refleja la tensión actual. Como explican especialistas del sector, se trata de «menos demanda mañana, más tensión hoy».
Brasil controla el 30% de la producción mundial de café y abastece más de una cuarta parte del consumo estadounidense. Giuseppe Lavazza, presidente de la histórica tostadora italiana Luigi Lavazza, advirtió que «sin café brasileño, habrá distorsiones y tensión global en los precios». La Asociación Brasileña de la Industria de Café (ABIC) alertó que «la decisión de Trump pone en riesgo toda la cadena productiva del café brasileño».
Mercados brasileños en caída libre: real se debilita y bolsa retrocede
La reacción inmediata en Brasil fue devastadora. El real brasileño se desplomó hasta un 2,9% en las primeras horas del jueves, tocando 5,61 unidades por dólar, su nivel más débil en un mes. El índice Bovespa de la Bolsa de São Paulo acumuló descensos que rozaron el 2%, extendiendo las pérdidas del día anterior.
Los sectores más expuestos al comercio con Estados Unidos sufrieron los mayores castigos. El fabricante de aviones Embraer perdió hasta un 3,6% de su valor en São Paulo, mientras que sus certificados de depósito (ADR) cotizados en Wall Street se desplomaron hasta un 7,8%. Según análisis de Jefferies, la empresa podría enfrentar un sobrecoste de hasta 350 millones de dólares por avión fabricado, ya que sus jets se ensamblan en Florida con componentes importados desde Brasil.
Felipe Arslan, consejero delegado de Morada Capital, destacó que «los productos siderúrgicos, los equipos de transporte (principalmente aviones y componentes), la maquinaria especializada y los minerales no metálicos representan una parte significativa de las exportaciones brasileñas a Estados Unidos».
El impacto económico: hasta 1% del PIB en riesgo
Los analistas ya calculan las consecuencias macroeconómicas de la medida. Goldman Sachs estima que el impacto directo de los aranceles podría restar entre 0,3 y 0,4 puntos porcentuales al PIB brasileño, una cifra que se elevaría si el presidente Luiz Inácio Lula da Silva cumple su amenaza de aplicar la ley de reciprocidad económica.
Un análisis más pesimista de Bloomberg eleva la alarma al proyectar una caída del 60% en las importaciones totales de Estados Unidos desde Brasil. «Con un 1,6% del PIB brasileño directamente expuesto a ese comercio, el golpe potencial a la economía rondaría el 1% del producto interior bruto», detallan los especialistas.
Sin embargo, informes especializados de Citi matizan la situación, explicando que el mercado estadounidense representa solo el 12% de las exportaciones de Brasil, equivalente aproximadamente al 2% de su PIB. «La economía brasileña es más cerrada y está relativamente menos expuesta al comercio con Estados Unidos que otros países de la región», subrayan los analistas.
La dimensión geopolítica: de la economía a la política
Trump justificó los aranceles en una carta publicada en Truth Social, acusando al gobierno progresista de Lula de llevar a cabo una «cacería de brujas» contra el expresidente ultra Jair Bolsonaro, en referencia al juicio que enfrenta por su intento de golpe de Estado en 2023.
La medida pilló por sorpresa al mercado, especialmente considerando que Brasil no mantiene un superávit comercial con Estados Unidos. De hecho, según datos del Ministerio de Desarrollo, Estados Unidos ha mantenido un saldo comercial favorable con Brasil desde 2009, acumulando un superávit de 90.300 millones de dólares.
Efectos colaterales: el cobre y las mineras europeas
Los aranceles también impactan otros sectores. El mercado del cobre mantiene una prima histórica del 30% en Estados Unidos respecto al precio negociado en Londres, una brecha que según UBS podría mantenerse o ampliarse si se confirma el alcance del arancel.
Las mineras británicas Anglo American, Glencore y Rio Tinto se anotaron subidas de entre el 4% y el 5%, impulsando al FTSE 100 a nuevos máximos históricos. El sector también se ve animado por las intenciones de China de reducir el exceso de capacidad en la industria siderúrgica, disparando el precio del mineral de hierro un 3,6% en Singapur.
El comercio bilateral: una relación asimétrica
Los datos comerciales revelan la complejidad de la relación bilateral. Para Brasil, Estados Unidos es el segundo mayor socio comercial, mientras que para Estados Unidos, Brasil ocupa apenas el puesto 15. Esta asimetría se refleja en que Estados Unidos es mucho más relevante como mercado para vender productos que como proveedor de bienes para Brasil.
Un análisis de la consultora Nexus Pesquisa e Inteligência de Dados mostró que cinco de los diez productos más importados por Brasil proceden de Estados Unidos, destacando especialmente los turborreactores utilizados en aeronaves, donde Estados Unidos controla el 85% del mercado de turborreactores con empuje superior a 25 kN.
Perspectivas a futuro: incertidumbre y adaptación
Los mercados han aprendido que las palabras de Trump a veces se las lleva el viento, pero la magnitud del anuncio genera incertidumbre. UBS advierte que el déficit estructural de cobre en Estados Unidos no se resolverá sin inversión sostenida en minería y fundición, «algo poco probable mientras persista la incertidumbre sobre la duración de los beneficios arancelarios».
Brasil podría amortiguar parcialmente el impacto desviando exportaciones, especialmente agrícolas, hacia otras regiones. Sin embargo, la alta concentración en pocos proveedores sugiere que una eventual respuesta arancelaria brasileña tendría un impacto significativo en la balanza comercial bilateral.
La crisis desatada por los aranceles de Trump ilustra la fragilidad de las cadenas de suministro globales y cómo las decisiones políticas pueden tener consecuencias económicas inmediatas y profundas en mercados interconectados.