El presidente Donald Trump firmó este viernes una orden ejecutiva que transformará radicalmente el sistema de visas H-1B al imponer una tarifa de $100,000 por cada nueva solicitud, mientras anunció simultáneamente el programa «Tarjeta Dorada Trump» que otorgará residencia permanente por $1 millón. La medida, que entrará en vigor el domingo 21 de septiembre, representa el esfuerzo más agresivo de la administración por reformar la migración legal especializada y proteger los empleos estadounidenses.

Impacto inmediato en el sector tecnológico

La nueva política sacudió inmediatamente a las empresas tecnológicas que han dependido tradicionalmente del programa H-1B para contratar talento global. Las acciones de las principales empresas de consultoría informática cayeron a mínimos históricos el viernes tras el anuncio: Cognizant perdió 5%, Accenture bajó 1.3% e Infosys cayó 4.3%.

Gigantes tecnológicos como Amazon, Microsoft, Meta, Apple y Google, que emplean a miles de titulares de visas H-1B, ahora enfrentan una reevaluación completa de sus estrategias de contratación internacional. Amazon fue el mayor beneficiario del programa durante el año fiscal anterior, seguido por Tata, Microsoft, Meta, Apple y Google, según estadísticas gubernamentales.

Confusión inicial sobre implementación genera caos empresarial

La implementación inmediata de la nueva política generó confusión significativa en el sector empresarial. Inicialmente, las empresas advirtieron a los empleados con visas H-1B que regresaran a Estados Unidos inmediatamente y se abstuvieran de viajar al extranjero por temor a que la tarifa se aplicara también a los titulares actuales.

Un día después del anuncio, la Casa Blanca aclaró que la tarifa de $100,000 solo se aplicaría a los nuevos solicitantes a partir del próximo ciclo de lotería en febrero de 2026. La portavoz Karoline Leavitt precisó en redes sociales que se trata de «una tarifa por única vez» y no anual, como inicialmente había declarado el secretario de Comercio Howard Lutnick.

Reforma de salarios y justificación de seguridad nacional

La orden ejecutiva también instruye una revisión de los niveles salariales vigentes para el programa H-1B, buscando limitar el uso de visados para reducir los salarios que de otro modo se pagarían a trabajadores estadounidenses. Trump enmarcó la medida como parte de su estrategia para proteger empleos estadounidenses y la seguridad nacional.

«Nuestra política es que dejen de traer gente para quitarnos el trabajo», declaró Lutnick durante la ceremonia en la Oficina Oval. «Si van a capacitar a alguien, deben capacitar a un recién graduado de una de las mejores universidades de nuestro país. Capaciten a estadounidenses».

La administración argumenta que el programa permite a las empresas contratar trabajadores extranjeros con salarios más bajos, desalentando a los estadounidenses a elegir carreras en campos STEM (ciencias de la vida, ciencias físicas, ingeniería, matemáticas, informática y ciencias de la salud).

Datos del programa y demografía de beneficiarios

El programa H-1B está limitado actualmente a 85,000 visas nuevas anuales: 65,000 para el cupo general y 20,000 adicionales reservadas para titulados con maestría o superior de universidades estadounidenses. Sin embargo, la demanda supera ampliamente la oferta, con más de 470,000 solicitudes presentadas en la lotería del año fiscal 2025.

India ha sido el mayor beneficiario del programa, representando el 71% de las solicitudes aprobadas el año pasado, con tres de cada cuatro trabajadores aprobados provenientes de ese país según datos de 2023. Las solicitudes totales se redujeron a aproximadamente 359,000 para el siguiente año fiscal, el mínimo en cuatro años.

Comparación con costos actuales y precedentes históricos

Hasta ahora, las visas H-1B conllevaban costos administrativos que sumaban aproximadamente $1,500: una tasa de $215 para inscribirse al sorteo y $780 por el formulario I-129, la solicitud formal presentada por el empleador patrocinador.

Esta no es la primera vez que Trump endurece el programa H-1B. A principios de su primer mandato en 2017, firmó una orden ejecutiva que aumentó el escrutinio de las solicitudes, llevando los rechazos a un máximo histórico del 24% en el año fiscal 2018, comparado con el 5%-8% durante la administración Obama y el 2%-4% con Biden.

Programa «Tarjeta Dorada Trump»: alternativa para inversionistas

Paralelamente, Trump anunció el programa «Tarjeta Dorada Trump», que permitirá a personas obtener residencia permanente en Estados Unidos por $1 millón. Esta iniciativa representa una alternativa premium para individuos con alto poder adquisitivo que buscan establecerse en el país.

Panorama futuro y desafíos legales

La medida probablemente enfrentará impugnaciones legales, dado que el Congreso aprobó la legislación que creó el programa H-1B en 1990 para abordar amenazas de escasez de mano de obra especializada. El programa fue diseñado originalmente para «fomentar la inmigración de personas con talento excepcional, como científicos, ingenieros y educadores», según declaró George Bush al convertirlo en ley.

La postura de Trump sobre el programa ha evolucionado. Durante la campaña electoral de 2024, prometió facilitar el proceso de atracción de talento, llegando a proponer residencia permanente para graduados universitarios. «Se necesita una reserva de personal para trabajar en las empresas», declaró entonces en el podcast All-In.

Implicaciones para universidades y sectores especializados

Más allá del sector tecnológico, la medida afectará significativamente a universidades y hospitales que dependen del programa para contratar profesores y personal de investigación. Instituciones como Stanford y el sistema de la Universidad de California utilizan regularmente visas H-1B para atraer talento académico internacional.

Para estudiantes internacionales de posgrado, el visado H-1B representa una vía crucial para permanecer en Estados Unidos tras finalizar sus estudios, especialmente aquellos con títulos avanzados que califican para el cupo adicional de 20,000 visas reservadas.

La nueva política marca un punto de inflexión en la estrategia migratoria estadounidense, equilibrando la protección de trabajadores locales con la necesidad de atraer talento global, mientras ofrece una vía alternativa para inversionistas dispuestos a realizar contribuciones económicas significativas al país.