El presidente Donald Trump confirmó que no extenderá la pausa de 90 días para la implementación de aranceles sobre la mayoría de las naciones, manteniendo firme la fecha límite del 9 de julio establecida para concluir las negociaciones comerciales bilaterales. La administración estadounidense notificará próximamente a los países sobre la aplicación de impuestos de importación, salvo que se alcancen acuerdos comerciales satisfactorios con Washington.

Durante una entrevista en el programa «Sunday Morning Futures» de Fox News Channel, Trump indicó que las cartas de notificación comenzarán a enviarse «muy pronto» antes de la fecha límite. El mandatario explicó que estas comunicaciones especificarán los niveles arancelarios que cada país enfrentará, los cuales podrían oscilar entre 10% y 50%, dependiendo de la evaluación que realice su administración sobre las relaciones comerciales bilaterales.

Estrategia diferenciada según países y dificultades en las negociaciones

La estrategia arancelaria de Trump contempla un enfoque diferenciado según el comportamiento comercial de cada nación. «Veremos cómo nos trata un país, si son buenos, si no son tan buenos. Algunos países no nos importan, simplemente enviaremos una cifra elevada», declaró el presidente, sugiriendo que los aranceles funcionarán como herramienta de presión para obtener concesiones comerciales.

Las negociaciones continúan desarrollándose, aunque Trump reconoció las limitaciones logísticas del proceso. «Existen 200 países, no puedes hablar con todos», señaló, restando importancia al objetivo inicial de su gobierno de alcanzar 90 acuerdos comerciales en 90 días. Esta declaración marca un cambio de tono respecto a las ambiciosas metas comerciales planteadas al inicio de su mandato.

Japón en el centro de la tensión comercial

Las relaciones comerciales con Japón se han convertido en un punto particularmente conflictivo para la administración Trump. El presidente expresó dudas significativas sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo con Tokio, describiendo a los negociadores japoneses como «muy duros» y «muy consentidos». Trump criticó específicamente la negativa japonesa a aceptar exportaciones de arroz estadounidense y el desequilibrio en el comercio automotriz bilateral.

La amenaza arancelaria contra Japón ha escalado considerablemente, pasando de un gravamen propuesto del 24% en abril a potenciales aranceles del 30% o 35%. Esta postura más agresiva refleja la frustración de Washington ante lo que percibe como la resistencia japonesa a realizar concesiones comerciales significativas. Los esfuerzos del primer ministro Shigeru Ishiba por mantener una posición firme en las negociaciones podrían resultar contraproducentes ante la presión estadounidense por obtener beneficios comerciales rápidos.

Perspectivas más optimistas con India

En contraste con la situación japonesa, Trump mostró mayor optimismo respecto a las negociaciones con India. El presidente sugirió que podría alcanzarse un acuerdo «diferente» que permitiría a Estados Unidos competir en condiciones más favorables. Según fuentes especializadas, las conversaciones con Nueva Delhi se han intensificado, con el negociador jefe indio, Rajesh Agarwal, extendiendo su estadía en Estados Unidos para resolver los desacuerdos pendientes.

El ministro de Asuntos Exteriores de India, Subrahmanyam Jaishankar, confirmó que su país está cerca de finalizar un acuerdo con Estados Unidos, trabajando en cuestiones complejas que incluyen aranceles específicos por industria y el acceso al mercado para cultivos genéticamente modificados estadounidenses. Trump destacó que India «actualmente no acepta a nadie», pero expresó confianza en que el país asiático accederá a un acuerdo con «aranceles mucho menores».

Acuerdos limitados tras semanas de negociaciones

Pese a las repetidas promesas de una «avalancha de acuerdos» que reequilibrarían las relaciones comerciales, los resultados concretos han sido limitados. Hasta la fecha, solo se han materializado dos marcos generales con el Reino Unido y China, dejando varios asuntos clave sin resolver y numerosos detalles específicos por negociar posteriormente.

El principal asesor económico de Trump, Kevin Hassett, había indicado que los acuerdos se anunciarían después del feriado del 4 de julio y la firma del proyecto de ley de impuestos y gastos aprobado por el Senado estadounidense. Sin embargo, la escasez de acuerdos concretos contrasta con las expectativas iniciales de la administración.

Flexibilidad táctica en casos específicos

La administración Trump ha demostrado cierta flexibilidad táctica en sus negociaciones, como evidenció el caso de Canadá. Inicialmente, Washington interrumpió las conversaciones con Ottawa, pero las reanudó días después cuando el gobierno canadiense eliminó un impuesto a los servicios digitales. Esta pauta de endurecimiento seguido de flexibilización podría interpretarse como una estrategia para mantener la presión sobre otros socios comerciales.

Otros temas abordados en la agenda presidencial

Más allá de los aranceles, Trump abordó múltiples temas en sus declaraciones recientes. Confirmó que un grupo de inversionistas adinerados presentará una oferta para comprar TikTok, sugiriendo que probablemente necesitará la aprobación de China y del presidente Xi Jinping para concretar el acuerdo. El presidente no ofreció detalles sobre los inversionistas involucrados, comprometiéndose a proporcionar más información «en unas dos semanas».

En materia de inmigración, Trump ofreció una visión más matizada respecto a los trabajadores agrícolas y hoteleros. Aunque se describió como «el tipo más fuerte en cuestiones de inmigración», reconoció los problemas que enfrentan los agricultores cuando pierden trabajadores. Su gobierno está desarrollando «algún tipo de pase temporal» que podría dar a agricultores y propietarios de hoteles mayor control sobre las redadas de inmigración en sus instalaciones.

Expectativas económicas y comerciales

El enfoque arancelario de Trump refleja su estrategia de utilizar la presión comercial como herramienta diplomática para obtener concesiones de los socios comerciales. La fecha límite del 9 de julio se presenta como un momento definitorio que determinará las relaciones comerciales bilaterales de Estados Unidos en los próximos meses.

La diversidad en los niveles arancelarios propuestos, que van del 10% al 50%, indica que la administración estadounidense está preparada para implementar una política comercial altamente diferenciada según sus evaluaciones de cada relación bilateral. Esta estrategia busca maximizar la presión sobre países específicos mientras mantiene cierta flexibilidad para recompensar a aquellos que muestren disposición a realizar concesiones comerciales significativas.