El mercado global del cobre vive una situación extraordinaria a pocas horas del 1 de agosto de 2025, fecha en que Estados Unidos implementará un arancel del 50% sobre todas las importaciones de este metal estratégico. La medida, anunciada por el presidente Donald Trump el 8 de julio, ha desatado una carrera marítima sin precedentes, con buques navegando a máxima velocidad para evitar costos multimillonarios que transformarían completamente la rentabilidad de sus operaciones.
Al menos cuatro embarcaciones que transportan miles de toneladas de cobre se encuentran actualmente en una desesperada contrarreloj para alcanzar puertos estadounidenses antes de la fecha límite. La diferencia económica entre arribar antes o después del plazo es abismal: para una carga típica de un granelero de 15.000 toneladas, el arancel del 50% representaría más de 70 millones de dólares en costos adicionales.
Estrategias extremas en alta mar para sortear la barrera arancelaria
Los operadores marítimos han implementado estrategias audaces para ganar esta carrera contra el tiempo. Las tácticas incluyen el despacho aduanero de toda la carga en el primer puerto de escala estadounidense y el pago de lugares preferenciales en las filas portuarias, reduciendo los tiempos de espera de días a horas.
Entre las embarcaciones más monitoreadas se encuentran tres buques chilenos: el carguero «Louise Auerbach», que se encontraba cerca del puerto colombiano de Buenaventura con fecha de llegada estimada el 28 de julio a Tampa, Florida; el «BBC Norway», avistado en Panamá en tránsito acelerado; y el «BBC Campana», que estaba anclado frente a la costa norte de Chile, listo para zarpar. Incluso un buque australiano, el «Kiating», con 8.000 toneladas métricas de cobre, desvió su ruta hacia Hawái para acortar el tiempo de viaje.
Acumulación masiva de inventarios antes de la implementación
La anticipación del arancel ha provocado una distorsión significativa en el mercado. Los importadores estadounidenses han estado acumulando inventario de manera frenética, con estimaciones que indican unas 600.000 toneladas de cátodos almacenadas antes del 1 de agosto. Esta acumulación estratégica busca «adelantarse» a la implementación arancelaria, aunque podría llevar a una reducción significativa de las importaciones en la segunda mitad de 2025.
Para algunos traders de commodities, esta situación ha generado una «oportunidad comercial única en una generación», permitiéndoles adelantar importaciones para venderlas con prima antes de que los aranceles entren en vigor.
Chile encabeza las exportaciones bajo amenaza arancelaria
Gran parte de estos envíos urgentes provienen de América Latina, con Chile liderando como el mayor proveedor de cobre refinado para Estados Unidos, representando aproximadamente el 65% del total en 2024. Otros orígenes relevantes incluyen Canadá (17%), México (9%) y Perú (6%), este último experimentando un aumento en los envíos durante el año en curso.
La importancia estratégica del cobre es innegable: el Departamento de Defensa estadounidense lo considera el segundo material más utilizado, subrayando su relevancia para la seguridad nacional. Esta dependencia se refleja en que las importaciones representan aproximadamente el 50% del consumo estadounidense de cobre.
Negociaciones diplomáticas en curso con resultados inciertos
Mientras los buques navegan contra el tiempo, Chile mantiene conversaciones diplomáticas para obtener una exención. El ministro chileno de Hacienda, Mario Marcel, expresó el lunes que espera que los envíos de cobre a Estados Unidos se incluyan dentro de la negociación general de aranceles. Una delegación chilena inició conversaciones con la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) sobre aranceles generales.
Sin embargo, la incertidumbre persiste. Aunque el Tratado de Libre Comercio entre Chile y Estados Unidos y la larga relación comercial generan expectativas optimistas, las indefiniciones del Gobierno de Trump impiden cantar victoria prematuramente.
Impacto global de la política arancelaria estadounidense
Los aranceles no se limitan al cobre. La Casa Blanca ha enviado notificaciones formales a múltiples gobiernos sobre la implementación de tarifas diferenciadas: Brasil enfrentará un 50%, Canadá un 35%, la Unión Europea y México un 30%, Japón y Corea del Sur un 25%, mientras que Camboya y Bangladesh afrontarán 36% y 35% respectivamente.
Según el Yale Budget Lab, si los aranceles se trasladan totalmente al consumidor, los hogares estadounidenses podrían enfrentar un aumento promedio anual de 2.400 dólares. Productos como café, calzado, electrodomésticos y materiales de construcción experimentarían incrementos notables.
Reacciones del mercado y perspectivas a largo plazo
Los precios del cobre mostraron volatilidad ante la incertidumbre. El martes, el contrato a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) bajó un 0,1% a 9.783,5 dólares por tonelada, mientras los operadores esperaban resultados de las conversaciones comerciales entre Estados Unidos, Chile y China.
La prima de los futuros del cobre Comex sobre la referencia del LME cayó al 26% desde el 30% de la semana anterior, reflejando las expectativas sobre posibles excepciones para proveedores clave como Chile.
A largo plazo, la imposición de estos aranceles busca incentivar la producción interna de cobre en Estados Unidos. Sin embargo, analistas advierten sobre las limitaciones de la cadena de suministro intermedia, particularmente en fundiciones, y los extensos plazos para el desarrollo de nuevas minas. La dependencia estadounidense de las importaciones de cobre no desaparecerá de la noche a la mañana.
Alianzas estratégicas en formación
En paralelo, la Unión Europea y Estados Unidos desarrollan una alianza de metales para mitigar el impacto de la producción china subvencionada en los mercados mundiales. Según el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, los fabricantes de acero y aluminio de la UE recibirían un sistema de cuotas con aranceles mínimos o nulos para reemplazar los aranceles de importación del 50%.
Mientras tanto, altos funcionarios económicos de Estados Unidos y China se encuentran en Estocolmo desde el lunes para resolver disputas comerciales y prorrogar una tregua de tres meses, añadiendo otra capa de complejidad a las negociaciones globales.
La situación actual representa un punto de inflexión en el comercio mundial de metales, donde decisiones políticas unilaterales pueden desatar carreras logísticas multimillonarias y reconfigurar cadenas de suministro establecidas durante décadas.