La Casa Blanca anuncia medidas proteccionistas para la industria cinematográfica estadounidense
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado una drástica medida proteccionista para la industria cinematográfica, estableciendo un arancel del 100% a las películas producidas fuera del territorio estadounidense. Esta decisión, comunicada a través de su plataforma Truth Social, representa una ampliación sin precedentes de su política comercial proteccionista hacia un sector que tradicionalmente ha operado bajo diferentes reglas comerciales.
Un sector en transformación y declive relativo
La industria cinematográfica estadounidense ha enfrentado importantes desafíos en los últimos años. La taquilla doméstica, que alcanzó su pico en 2018 con casi 12.000 millones de dólares, se desplomó a poco más de 2.000 millones durante la pandemia en 2020. Aunque se ha observado una recuperación, los ingresos no han vuelto a superar los 9.000 millones desde entonces.
Entre los factores que explican esta situación destacan:
- El cambio en los hábitos de consumo hacia plataformas de streaming
- La reducción aproximada del 50% en el número de estrenos respecto a 2019
- El impacto persistente de la pandemia en la asistencia a salas de cine
- La competencia de producciones internacionales
El declive no solo afecta a la taquilla sino también a la producción nacional. Según datos de ProdPro, la producción total en Estados Unidos disminuyó un 26% el año pasado en comparación con 2021, mientras que California ha visto una caída del 5,6% en la producción cinematográfica en el área metropolitana de Los Ángeles durante el último año.
Las motivaciones detrás del arancel
Trump justificó su decisión argumentando que la industria cinematográfica estadounidense «está muriendo rápidamente» y que otros países ofrecen diversos incentivos para atraer producciones fuera de Estados Unidos. En su comunicado, el presidente declaró que este fenómeno constituye «una amenaza para la seguridad nacional» y un vehículo para «mensajería y propaganda».
La medida busca contrarrestar la creciente tendencia de deslocalización de producciones hacia destinos como Toronto, Dublín, Reino Unido, Vancouver, Europa Central y Australia, lugares que han implementado generosos incentivos fiscales para atraer rodajes cinematográficos y televisivos que tradicionalmente se realizaban en Hollywood.
Desafíos para la implementación
La implementación de este arancel presenta numerosos desafíos técnicos y prácticos:
- Naturaleza de las películas como propiedad intelectual: Las películas son consideradas servicios o propiedad intelectual, no bienes tradicionales, lo que complica su gravamen mediante aranceles convencionales.
- Producciones transnacionales: Es habitual que las grandes producciones cinematográficas se realicen simultáneamente en varios países. Películas como la próxima «Mission: Impossible – The Final Reckoning» se filman en distintas localizaciones globales.
- Definición de «producción extranjera»: No está claro cómo se determinaría qué películas califican como «producidas en el extranjero» cuando la mayoría de las grandes producciones tienen componentes internacionales.
- Posible contradicción con los intereses de los estudios: Paradójicamente, muchos estudios de Hollywood se benefician de los menores costos de producción en el extranjero, incluyendo exenciones fiscales y salarios más bajos.
Impacto en el mercado internacional
Esta medida se produce en un contexto de crecientes tensiones comerciales con diversos países, particularmente con China, el segundo mercado cinematográfico más grande del mundo. En abril, China ya había reducido la cantidad de películas estadounidenses permitidas en sus cines como respuesta a los aranceles impuestos por Estados Unidos.
Sin embargo, estadísticas de la Motion Picture Association (MPA) revelan que las producciones estadounidenses continúan dominando el mercado global, generando 22.600 millones de dólares en exportaciones y un superávit comercial de 15.300 millones de dólares en 2023.
Reacciones y contrapropuestas
Frente a la deslocalización de la producción cinematográfica, algunos estados han propuesto medidas alternativas. El gobernador de California, Gavin Newsom, ha planteado expandir el programa de Crédito Fiscal para Cine y Televisión de California de 330 millones a 750 millones de dólares.
Por su parte, la industria cinematográfica estadounidense ha expresado preocupación por estas políticas proteccionistas, advirtiendo que podrían obstaculizar la colaboración internacional y limitar el acceso a mercados clave en el extranjero.
Contexto en la política comercial de Trump
Esta medida se suma a una serie de políticas proteccionistas implementadas por Trump, incluyendo:
- Un arancel universal del 10% sobre la mayoría de bienes importados.
- Aranceles del 25% al acero, aluminio, automóviles y autopartes de Canadá y México.
- Un arancel del 145% sobre importaciones de China.
Sin embargo, esta es la primera vez que los aranceles se extienden al sector de servicios, marcando un precedente significativo en la política comercial estadounidense.
Futuro de la industria
Aunque Trump ha nombrado «embajadores especiales» como Mel Gibson, Jon Voight y Sylvester Stallone para revitalizar la industria cinematográfica nacional, persisten dudas sobre la efectividad y viabilidad de estas medidas arancelarias.
La industria enfrenta desafíos estructurales que van más allá de la competencia extranjera, como los cambios en los hábitos de consumo, la transición hacia el streaming y las recientes disrupciones causadas por huelgas y desastres naturales.
El éxito de esta política proteccionista dependerá no solo de su implementación técnica sino también de la capacidad de la industria para adaptarse a un entorno global cada vez más interconectado y competitivo, donde la colaboración internacional ha sido históricamente un factor clave para el éxito comercial y artístico del cine estadounidense.