El presidente Donald Trump anunció el miércoles desde el Despacho Oval la imposición de un arancel del 100% sobre las importaciones de chips y semiconductores, como parte de una estrategia integral para forzar el retorno de la manufactura tecnológica a territorio estadounidense. La medida incluye exenciones estratégicas para empresas que establezcan o amplíen su producción doméstica, generando un sistema de incentivos diferenciados que podría transformar las cadenas globales de suministro tecnológico.
«Vamos a aplicar un arancel muy elevado a los chips y semiconductores. Pero la buena noticia para empresas como Apple es que si fabrican en Estados Unidos o se han comprometido a fabricar sin lugar a dudas en Estados Unidos, no se les aplicará ningún cargo», declaró el mandatario durante el evento, que contó con la presencia del director ejecutivo de Apple, Tim Cook.
Apple eleva su compromiso de inversión a 600.000 millones de dólares
En una maniobra estratégica para evitar el impacto arancelario, Apple anunció simultáneamente la ampliación de sus inversiones en Estados Unidos hasta alcanzar los 600.000 millones de dólares, representando un incremento de 100.000 millones respecto a su compromiso previo de 500.000 millones para los próximos cuatro años. Esta decisión convierte a la compañía en uno de los principales beneficiarios del nuevo esquema de exenciones arancelarias.
El nuevo programa de manufactura estadounidense de Apple incluye colaboraciones estratégicas con proveedores clave como Corning, Applied Materials y Texas Instruments. Particularmente significativa es la dedicación completa de una planta de Corning en Kentucky para la producción de vidrio destinado a productos Apple, lo que incrementará la fuerza laboral del estado en un 50%.
La inversión ampliada contempla el desarrollo de una planta de fabricación de servidores en Houston, una academia de proveedores en Michigan y un gasto adicional estimado en 39.000 millones de dólares anuales con proveedores domésticos, generando aproximadamente 1.000 empleos adicionales por año.
TSMC obtiene exención por presencia manufacturera existente
Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el mayor fabricante mundial de chips avanzados para inteligencia artificial, quedará exenta del arancel del 100% debido a sus operaciones existentes en territorio estadounidense. Liu Chin-ching, jefe del Consejo Nacional de Desarrollo de Taiwán, confirmó que «TSMC ya tiene plantas en Estados Unidos, por lo tanto, no estará sujeta a aranceles».
La empresa taiwanesa ha expandido significativamente su presencia industrial estadounidense, anunciando en marzo una inversión total de 165.000 millones de dólares para la construcción de nuevas fábricas de chips, instalaciones de empaquetado avanzado y un centro de investigación y desarrollo. Durante su intervención, Trump sugirió que TSMC podría duplicar esta inversión hasta 300.000 millones de dólares, aunque la empresa no ha confirmado oficialmente esta cifra.
TSMC, que produce chips para gigantes tecnológicos como Apple, Nvidia y AMD, controla una porción sustancial del mercado global de semiconductores de vanguardia, posicionándose como actor clave en la cadena de suministro tecnológica y punto focal de las políticas industriales de Washington.
Impacto arancelario diferenciado y cronograma de implementación
La política arancelaria establece un sistema de incentivos graduado donde las empresas en proceso de construcción de plantas manufactureras también quedarán exentas de gravámenes. «Aunque se esté construyendo y aún no se esté produciendo, en términos de la gran cantidad de empleos y de todo lo relacionado con la construcción, si se está construyendo, no habrá ningún cargo», explicó Trump.
Paralelamente, el presidente planea imponer aranceles del 50% a India, mercado de producción clave para Apple, con implementación escalonada: la primera mitad entrará en vigor inmediatamente después de medianoche del jueves, mientras la segunda mitad, destinada a penalizar la compra de energía rusa por parte de India, se activará a finales del mes.
Trump anticipó el anuncio de gravámenes adicionales sobre todos los productos que contengan chips semiconductores para la próxima semana, expandiendo el alcance de la estrategia proteccionista más allá de los componentes individuales hacia productos tecnológicos completos.
Reconfiguración geoeconómica y soberanía tecnológica
La iniciativa forma parte de una estrategia más amplia del ejecutivo estadounidense para consolidar la soberanía tecnológica nacional y reducir la dependencia de la producción extranjera, particularmente asiática. Trump reiteró que las medidas se extenderán al sector farmacéutico, manteniendo el principio de exención únicamente para empresas con producción doméstica.
Las empresas más directamente afectadas serán aquellas dependientes de la fabricación en Asia oriental que no hayan establecido operaciones en Estados Unidos, creando presión competitiva para la relocalización industrial. La medida busca mitigar riesgos asociados a interrupciones en cadenas de suministro globales en un contexto de crecientes tensiones geoeconómicas y competencia estratégica con China.
La Casa Blanca indicó que el arancel del 100% será acompañado por incentivos adicionales para facilitar el retorno de la producción industrial tecnológica, aunque no se detallaron fechas específicas de implementación ni montos de los programas de apoyo complementarios.
Precedente para la reindustrialización tecnológica
El anuncio establece un precedente significativo en la política comercial estadounidense, combinando aranceles punitivos con exenciones estratégicas para crear un marco de incentivos que favorece la manufactura doméstica sin penalizar indiscriminadamente a las empresas estadounidenses. Esta aproximación diferenciada podría servir como modelo para futuras políticas sectoriales en industrias consideradas estratégicas para la seguridad nacional.
La iniciativa refleja la continuidad de la agenda «America First» en política económica, priorizando el empleo manufacturero doméstico y la reducción de vulnerabilidades en cadenas de suministro críticas, particularmente en sectores de alta tecnología esenciales para la competitividad nacional en inteligencia artificial, defensa y computación avanzada.