Tesla experimentó un segundo trimestre turbulento que se reflejó inmediatamente en los mercados financieros. La automotriz reportó ingresos por USD 22.500 millones, cifra inferior a los USD 22.640 millones esperados por el consenso de Bloomberg y significativamente menor a los USD 25.050 millones registrados en el mismo período del año anterior, representando una contracción del 12%.
El impacto en las acciones fue inmediato y severo. Los títulos de Tesla se desplomaron más de 8% el jueves, cotizando a USD 304 después de tocar un mínimo de USD 301 en las operaciones previas a la apertura del mercado. Esta caída representó una pérdida de capitalización bursátil de aproximadamente USD 90.000 millones en un solo día, reduciendo el valor total de la compañía a USD 980.400 millones. En lo que va de 2025, las acciones Tesla acumulan una pérdida del 25%.
Los indicadores operativos reflejaron un deterioro generalizado del desempeño empresarial. Tesla registró un beneficio ajustado por acción de 40 centavos de dólar, ligeramente inferior a los 42 centavos del balance anterior, mientras que el beneficio operativo alcanzó USD 923 millones, muy por debajo de los USD 1.230 millones esperados por los analistas.
Impacto devastador de las políticas arancelarias de Trump
La administración Trump ha generado múltiples presiones sobre el modelo de negocio de Tesla. Los aranceles implementados por el presidente estadounidense costaron a la compañía USD 300 millones durante el segundo trimestre, según reveló el director financiero Vaibhav Taneja. Aproximadamente dos tercios de este impacto se concentraron en el sector automovilístico, mientras que el resto afectó al negocio energético.
Taneja advirtió que el impacto total de los gravámenes se intensificará en los próximos trimestres, con costos que «aumentarán a corto plazo». La compañía está implementando estrategias de gestión para mitigar estos efectos, aunque las perspectivas a corto plazo permanecen desafiantes.
El «One Big Beautiful Bill», el paquete fiscal aprobado por el Congreso estadounidense en junio bajo propuesta de Trump, representa otro golpe significativo para Tesla. La derogación del crédito fiscal de USD 7.500 para vehículos eléctricos limitará sustancialmente el suministro de vehículos de la compañía en Estados Unidos. Esta medida provocará un «avance» temporal en las ventas antes de que el crédito expire al final del tercer trimestre, generando incertidumbre sobre las entregas futuras.
Colapso del negocio de créditos regulatorios
Uno de los aspectos más preocupantes del informe trimestral fue el colapso de los ingresos por créditos regulatorios, un componente históricamente lucrativo del modelo de negocio de Tesla. Los ingresos por ventas de créditos de bajas emisiones se desplomaron a USD 439 millones desde los USD 890 millones del año anterior, representando una caída del 51%.
Esta reducción se debe directamente a la eliminación de las regulaciones de vehículos eléctricos en Estados Unidos por parte de la administración Trump. Los fabricantes tradicionales ya no necesitan cumplir objetivos obligatorios de venta de vehículos eléctricos, eliminando la demanda por los créditos que Tesla vendía a otras automotrices para cumplir con las normativas ambientales.
Crisis operacional y desafíos de producción
Las entregas globales de vehículos reflejaron la magnitud de los desafíos operacionales. Tesla entregó únicamente 384.122 vehículos a nivel mundial durante el segundo trimestre, representando una caída interanual del 13,5%. El cambio al renovado Model Y pudo haber contribuido a esta reducción, aunque persisten interrogantes sobre la disponibilidad del nuevo modelo en las principales regiones de venta.
El fabricante elevó su inventario en un 33%, produciendo 23.000 vehículos más de los que logró vender, evidenciando un desbalance entre producción y demanda. La situación es particularmente grave para los modelos distintos del Tesla 3 y Tesla Y, cuyas ventas se desplomaron un 52%, mientras que los modelos principales experimentaron una reducción del 12%.
Vaibhav Taneja reconoció las limitaciones operacionales al declarar que «dado el cambio abrupto, tenemos un suministro limitado de vehículos en EEUU este trimestre». La compañía admitió que «es posible que no podamos garantizar la entrega de los pedidos realizados a finales de agosto y posteriormente».
Perspectivas sombrías de Elon Musk
El CEO Elon Musk adoptó un tono inusualmente cauteloso durante la conferencia con accionistas. Cuando se le preguntó sobre el impacto de la pérdida del crédito fiscal federal, Musk declaró que Tesla «probablemente podría tener algunos trimestres difíciles» tras el vencimiento del crédito. «No digo que los tengamos, pero podríamos tenerlos», añadió, reflejando la incertidumbre que rodea las perspectivas inmediatas de la compañía.
Esta declaración contrasta marcadamente con el optimismo histórico de Musk, sugiriendo que incluso el liderazgo ejecutivo reconoce la gravedad de los desafíos actuales. El magnate ha experimentado además una crisis de imagen personal debido a su cercanía inicial con Trump y su rol en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), así como su posicionamiento político que ha generado boicots y protestas tanto en Norteamérica como en Europa.
Estrategia de respuesta: modelo asequible y expansión tecnológica
Ante la crisis, Tesla ha implementado una estrategia defensiva centrada en la democratización de su oferta de productos. La compañía comunicó que las primeras construcciones de un modelo más asequible ocurrieron en junio, con producción en volumen planeada para la segunda mitad de 2025. Este modelo representa una variante simplificada del popular Model Y, diseñada para ampliar el alcance comercial de la marca en un entorno de menor subsidio gubernamental.
Taneja señaló estratégicamente que Tesla solo aumentaría la producción en volumen del próximo modelo «asequible» una vez que expire el crédito fiscal para vehículos eléctricos, maximizando el beneficio de las políticas actuales antes de su eliminación.
Paralelamente, Tesla mantiene sus ambiciosos proyectos tecnológicos de largo plazo. La compañía confirmó que su Robotaxi especialmente diseñado permanece programado para producción en volumen a partir de 2026. Tesla amplió las pruebas del Robotaxi en Austin, Texas, con un área operativa expandida y está en conversaciones con funcionarios de Nevada para extender el servicio.
Musk expresó expectativas optimistas sobre la cobertura del servicio Robotaxi, anticipando que la mitad de la población estadounidense estará cubierta para fines del próximo año, aunque reconoció su tendencia histórica a ser «demasiado optimista» con las predicciones.
Análisis sectorial y perspectivas de mercado
El analista de William Blair, Jed Dorsheimer, caracterizó el momento actual como «vulnerable para Tesla», citando vientos en contra a corto plazo que incluyen demanda debilitada de automóviles y energía, recortes de subsidios y aranceles. Sin embargo, destacó la transición crucial hacia la visión de largo plazo centrada en inteligencia artificial y productos de mayor margen como Robotaxi y Optimus.
Algunos analistas mantienen perspectivas optimistas a pesar de los desafíos inmediatos. Itay Michaeli de TD Cowen conserva su recomendación de compra con un precio objetivo de USD 374, argumentando que «la lista de catalizadores de nivel potencialmente transformadores, que abarcan vehículos autónomos, vehículos eléctricos y robótica, inclina la relación riesgo-recompensa a favor».
El contexto macroeconómico añade complejidad al panorama de Tesla. Mientras el S&P 500 y el Nasdaq alcanzan nuevos máximos, la guerra arancelaria de Trump ha provocado ventas generalizadas y temores de desaceleración económica global. La debilidad persistente en regiones clave como Europa ha sido un problema recurrente, y los datos recientes de matriculación muestran caídas en las ventas estadounidenses.
Futuro empresarial incierto para Tesla
Tesla enfrenta una encrucijada crítica en su evolución empresarial. La combinación de presiones regulatorias, desafíos operacionales y cambios en el panorama político estadounidense ha creado un entorno particularmente adverso para la compañía pionera en vehículos eléctricos.
La estrategia de diversificación hacia modelos más asequibles y el mantenimiento de inversiones en tecnologías futuras como vehículos autónomos y robótica representa la apuesta de Tesla por mantener su posición de liderazgo innovador mientras navega las turbulencias actuales.
El éxito de esta estrategia dual dependerá de la capacidad de la compañía para ejecutar eficientemente la producción de modelos asequibles mientras desarrolla las tecnologías transformadoras que podrían redefinir su propuesta de valor en el medio y largo plazo. Con Musk advirtiendo sobre posibles «trimestres difíciles» y los mercados financieros reflejando escepticismo, Tesla debe demostrar que puede adaptarse al nuevo tablero económico y político sin sacrificar su visión innovadora de largo plazo.