Los precios del petróleo han experimentado un repunte del 3,5% este miércoles tras la publicación de un informe señalando que Israel estudia un ataque inminente a las instalaciones nucleares de Irán. Este informe, adelantado por la cadena estadounidense CNN citando a fuentes de la inteligencia de EE.UU., ha vuelto a tambalear al sector energético por temor a otra escalada en Oriente Próximo.

El barril de Brent, la referencia europea, anota un 1,43% y se sitúa por encima de los 66 dólares, mientras que el barril del West Texas Intermediate ha llegado a disparar un 3,5%, hasta los 62,75 dólares. Este último susto en el mercado de las materias primas llega en medio de las tensas negociaciones para un acuerdo nuclear entre Estados Unidos e Irán.

El crudo estadounidense brevemente superó su media móvil de 50 días (DMA) esta mañana tras estos informes, aunque posteriormente volvió a caer por debajo de este nivel técnico a medida que los toros no lograron mantener la línea. La perspectiva a medio plazo para el petróleo sigue siendo bajista, afectada por la incierta demanda global y la abundante oferta.

Para los operadores a largo plazo, la resistencia se sitúa alrededor de 65,30$, el retroceso de Fibonacci del 38,2% de la caída de este año. Este nivel podría ofrecer oportunidades de venta en rebotes, a menos que las tensiones en Oriente Medio se intensifiquen aún más.

Oro como refugio seguro y debilitamiento del dólar estadounidense

El oro, el activo refugio por excelencia, también ha continuado su rally alcista y se ha disparado un 1,86% este miércoles, superando los 3.300$ por onza. Este movimiento refleja la incertidumbre geopolítica y la búsqueda de seguridad por parte de los inversores.

En los mercados de divisas, el dólar estadounidense ha continuado su debilitamiento, registrando una caída del 0,5% en la sesión de hoy, en lo que es su tercera sesión consecutiva a la baja. Entre las razones que apoyan este movimiento bajista se encuentran:

  1. La administración Trump ha expresado su apoyo a una divisa más débil con el fin de ser más competitivos de cara al exterior
  2. La economía americana se enfrenta a riesgos fuertes de desaceleración
  3. La credibilidad del país se ha visto erosionada por la guerra comercial
  4. La reciente rebaja de calificación de Moody’s sobre la deuda estadounidense

Los operadores de opciones se muestran particularmente pesimistas sobre las perspectivas del dólar para 2025. Las reversas de riesgo a un año, una medida que refleja si los inversores están cubriendo más con opciones de compra o de venta, han caído al nivel más negativo registrado, según Bloomberg. Este fenómeno es notable porque las reversas de riesgo rara vez se han vuelto drásticamente negativas en el pasado.

Lo más preocupante es que los inversores típicamente no se cubren contra la depreciación del dólar, ya que históricamente esta divisa ha atraído flujos de refugio seguro durante periodos de estrés en los mercados globales. Sin embargo, esa relación parece estar rompiéndose. Si el dólar ya no se considera un refugio seguro confiable, entonces los inversores necesitan cubrir el riesgo de divisas al comprar activos denominados en dólares, incluso acciones del S&P 500 o del Nasdaq.

Contexto geopolítico: Israel e Irán al borde del conflicto

Israel lleva mucho tiempo considerando atacar el programa nuclear iraní. El último ataque directo entre ambos países ocurrió en octubre del año pasado, cuando Israel lanzó una serie de ataques aéreos contra Irán en respuesta a un ataque previo iraní. Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), los ataques tuvieron como objetivo instalaciones militares iraníes, incluidas instalaciones de defensa aérea y producción de misiles.

En aquel momento, se creía que los planes para atacar el programa nuclear se habían visto paralizados por las declaraciones del entonces presidente Joe Biden que quiso presionar a ambos países a un alto el fuego, entre otras cosas para no impulsar el precio del petróleo previo a las elecciones americanas.

El precio del petróleo ha tenido un comportamiento de fuertes movimientos desde la semana pasada debido a la polémica sobre el futuro de las negociaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos, lo que podría allanar el camino para el regreso de más barriles a un mercado que se prevé con sobreoferta a finales de año.

Sanciones de EE.UU. contra el comercio petrolero iraní

Paralelamente, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha sancionado a casi dos docenas de empresas que operan en múltiples jurisdicciones en prácticamente todos los aspectos del comercio ilícito internacional de petróleo de Irán.

El gobierno iraní destina miles de millones de dólares en petróleo anualmente a sus fuerzas armadas para complementar sus asignaciones presupuestarias, financiar el desarrollo de misiles balísticos y vehículos aéreos no tripulados, así como a grupos terroristas regionales.

«Desde el inicio de esta administración, el Tesoro ha actuado con rapidez para implementar la campaña de máxima presión del presidente Trump sobre Irán y ha tomado 19 medidas, sancionando a 253 personas, entidades y buques relacionados con Teherán y sus aliados», subraya un comunicado oficial.

«La acción de hoy subraya nuestro enfoque continuo en intensificar la presión sobre todos los aspectos del comercio petrolero de Irán, que el régimen utiliza para financiar sus actividades peligrosas y desestabilizadoras», declaró el secretario del Tesoro, Scott Bessent.

OPEP y la dinámica de oferta de crudo

En un contexto a largo plazo, el petróleo se ha abaratado en los últimos meses después de que los países exportadores de la OPEP acordaron abrir el grifo a mayor producción de crudo. Este incremento supone el suministro de 411.000 barriles por día durante el mes de mayo.

Esta inyección de oferta ha estabilizado los precios de la materia prima en un contexto marcado por la guerra arancelaria y las tensiones geopolíticas. En términos comparativos, el barril es un 20% más asequible a día de hoy con respecto al mismo periodo de 2024.

Desde la agencia crediticia Scope Ratings, valoran que este aumento de producción «lastrará los beneficios de las energéticas y contempla un barril del Brent por debajo de los 60 dólares». «Estos precios relativamente bajos del petróleo, si se mantienen a lo largo del tiempo, tendrán consecuencias adversas para la calidad crediticia de las compañías internacionales de petróleo», advierten.

Este bombeo de producción es fruto del acercamiento entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salmán, en los últimos meses. Este aliado también ha sido fundamental en avanzar las conversaciones para alcanzar un acuerdo nuclear con Irán.

Mercados de valores y bonos bajo presión

Las acciones estadounidenses retrocedieron ayer, poniendo fin a un rally de seis días, mientras continuaba la venta masiva de bonos del Tesoro a largo plazo. Este movimiento se produjo en medio de tensas negociaciones presupuestarias en Washington sobre el gasto deficitario y un propuesto gigantesco proyecto de recortes fiscales, exacerbado por la reciente rebaja de calificación de EE.UU. por parte de Moody’s.

La preocupación es simple: si EE.UU. no puede recortar el gasto mientras también promulga amplios recortes fiscales, el déficit seguirá aumentando. Y si los mercados, si los inversores, no están dispuestos a colaborar, hay poco que el gobierno pueda hacer. Este escenario recuerda a la crisis del mini-presupuesto de Liz Truss en el Reino Unido, donde quedó demostrado que si los inversores dicen que no, es un no.

En este momento, los inversores siguen siendo escépticos. El rendimiento a 30 años de EE.UU. se sitúa justo por debajo del 5%, su nivel más alto desde 2023 y acercándose a niveles no vistos desde 2007.

Divisa europea y asiáticas ganan terreno

El aumento de las tensiones geopolíticas y la disminución de la demanda del dólar han elevado el oro, el euro, el franco suizo y el yen japonés.

El USD/CHF ha reanudado fuertes caídas, reavivando las preocupaciones sobre la competitividad de las exportaciones suizas y aumentando la probabilidad de un recorte de tasas al 0% por parte del Banco Nacional Suizo (SNB) el próximo mes. También hay especulaciones de que el SNB podría estar interviniendo cerca del nivel de 0.92 para evitar una apreciación excesiva del franco frente al euro, ya que el 40-45% de las exportaciones suizas van a la eurozona.

El euro, mientras tanto, sigue siendo ampliamente fuerte. El EUR/USD ha ganado impulso alcista desde que rebotó en su DMA de 50 días a principios de este mes. Los indicadores de tendencia y momentum aún no se han vuelto decididamente alcistas, pero el RSI se mantiene en un rango medio, lo que sugiere espacio para más ganancias.

La libra esterlina se está preparando para otra prueba del nivel de 1.35, su tercer intento en los últimos ocho meses. Sin embargo, la libra sigue teniendo un rendimiento inferior frente al euro, a pesar de los recientes avances en las negociaciones posteriores al Brexit. Esto puede reflejar una percepción de que el nuevo acuerdo favorece a Europa continental, o podría ser una votación más amplia de confianza en el euro en medio de las dificultades del dólar.

En Japón, el USD/JPY está deslizándose de nuevo hacia el nivel de 140 después de romper por debajo de 144 en las operaciones de Tokio. Los últimos datos comerciales mostraron una desaceleración en el crecimiento de las exportaciones y caídas menores a las esperadas en las importaciones, probablemente como resultado de la reciente fortaleza del yen y el aumento de las tensiones comerciales. Si bien estos datos sugieren un crecimiento más lento, los mercados de bonos japoneses están valorando la continuación de la política de normalización del Banco de Japón (BoJ), con posibles aumentos de tasas para contener la inflación. Esa expectativa ha empujado los rendimientos al alza y está pesando sobre el Nikkei, que ahora está probando su DMA de 100 a la baja.

Acciones europeas se benefician del contexto

Sin embargo, las acciones europeas se benefician del renovado interés de los inversores en acciones de defensa y de la opinión de que un euro más fuerte podría ayudar a controlar la inflación en la eurozona. Eso, a su vez, permitiría al Banco Central Europeo (BCE) adoptar una postura más acomodaticia, favoreciendo potencialmente a los mercados bursátiles del continente.