Las bolsas asiáticas registraron retrocesos generalizados este miércoles en medio de crecientes dudas sobre la sostenibilidad de las valoraciones en el sector de inteligencia artificial, mientras los inversores aguardan con cautela la publicación de los resultados trimestrales de Nvidia, el fabricante de chips que se ha consolidado como el principal proveedor de infraestructura para sistemas de IA.
El nerviosismo en los mercados refleja una confluencia de factores que van más allá del sector tecnológico: las reducidas expectativas de recortes en las tasas de interés estadounidenses y las tensiones diplomáticas entre China y Japón en torno a Taiwán también contribuyeron al ambiente de aversión al riesgo que dominó las sesiones asiáticas.
Caídas generalizadas en los principales mercados del continente
El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio, que agrupa a los 225 títulos más representativos del mercado japonés, cerró con un descenso del 0,34%, equivalente a 165,28 puntos, situándose en 48.537,7 unidades. Esta caída se suma a un desplome superior al 3% registrado en la sesión anterior, acumulando cuatro cierres consecutivos en números rojos. El selectivo más amplio Topix, que incluye las firmas de mayor capitalización, bajó un 0,17%, perdiendo 5,52 puntos hasta los 3.245,58 enteros.
Las empresas japonesas de semiconductores sintieron especialmente la presión: Tokyo Electron retrocedió un 1,97% y Advantest un 0,57%, mientras los inversores permanecen a la expectativa de los resultados de Nvidia para intentar anticipar el rumbo que tomará un sector que ha liderado los avances del parqué tokiota en los últimos meses.
En Corea del Sur, el índice Kospi experimentó una caída del 0,61%, perdiendo 24,11 puntos hasta los 3.929,51 enteros, después de haber caído más del 3% en la sesión previa. Samsung Electronics bajó un 1,33% y su principal competidor SK hynix un 1,40%. El índice Kosdaq, que agrupa empresas tecnológicas y de mediana capitalización, sufrió pérdidas del 0,84%, situándose en 871,32 puntos.
Hong Kong tampoco escapó a la tendencia negativa. El Hang Seng cerró con pérdidas del 0,38%, equivalentes a 99,38 puntos, hasta los 25.830,65 enteros. Entre los descensos más pronunciados destacó la tecnológica Xiaomi, que se desplomó un 4,81% hasta mínimos de seis meses, pese a haber elevado sus beneficios en un 140% hasta septiembre y lograr rentabilidad en su negocio de vehículos eléctricos por primera vez.
En contraste, los mercados de China continental mostraron mayor resiliencia: la Bolsa de Shanghái cerró en positivo con un avance del 0,18%, mientras que el parqué de Shenzhen finalizó prácticamente plano. En el sudeste asiático, menos expuesto al sector tecnológico, la tendencia fue contraria, con ganancias generalizadas encabezadas por la bolsa de Filipinas.
La advertencia del director ejecutivo de Google sobre una posible burbuja
En medio de este escenario de incertidumbre, Sundar Pichai, director ejecutivo de Alphabet, la empresa matriz de Google, lanzó una advertencia significativa en declaraciones exclusivas a la BBC. Pichai reconoció que el crecimiento de la inversión en inteligencia artificial ha sido «extraordinario» y que existe cierta «irracionalidad» en el actual auge de la demanda de computación.
Ante la pregunta directa sobre si Google sería inmune al impacto del estallido de una potencial burbuja, Pichai fue contundente: «Creo que ninguna empresa será inmune, ni siquiera nosotros». El ejecutivo estableció un paralelismo con el auge de internet de finales de los años noventa, cuando las valoraciones de las primeras empresas digitales se dispararon en medio de una ola de optimismo antes de que la burbuja estallara a principios de 2000, provocando la quiebra de numerosas compañías y la pérdida masiva de empleos.
«Si miramos a lo que ocurrió en el auge de internet, claramente hubo un exceso de inversión, pero nadie dudaría de su importancia», declaró Pichai. «Preveo que con la IA ocurrirá lo mismo. Por lo tanto, creo que en un momento como este, la situación es tanto racional como irracional».
Las acciones de Alphabet han duplicado su valor en siete meses, alcanzando los 3,5 billones de dólares, a medida que los mercados confían más en la capacidad del gigante de las búsquedas para contrarrestar la amenaza que representa OpenAI, creadora de ChatGPT. Un aspecto clave es el desarrollo por parte de Alphabet de superchips especializados para IA que compiten directamente con Nvidia.
Nvidia en el centro del huracán: 5 billones de dólares en juego
Nvidia se dispone a publicar este miércoles sus resultados del tercer trimestre fiscal correspondiente al período agosto-octubre, en un momento en que su capitalización bursátil superó los 5 billones de dólares a finales de octubre, convirtiéndose en la primera empresa en superar esta marca simbólica. La compañía representa aproximadamente el 8% del S&P 500, el índice que agrupa a las 500 mayores empresas estadounidenses que cotizan en bolsa.
Sin embargo, las dudas sobre la sostenibilidad de estas valoraciones han provocado que las acciones de Nvidia caigan un 7,9% en lo que va de noviembre, tras un aumento espectacular del 1.200% en los últimos tres años. El S&P 500 ha perdido más del 3% en las últimas tres semanas, después de haber batido su récord en 36 ocasiones este año.
Los analistas esperan que Nvidia reporte un aumento de más del 56% en sus ingresos, situándose en 54.920 millones de dólares, muy lejos del crecimiento de tres dígitos que experimentó durante muchos trimestres. El beneficio neto probablemente creció un 53% hasta los 29.540 millones de dólares, aunque se espera que el margen bruto ajustado se haya reducido casi 2 puntos porcentuales respecto al período del año anterior, hasta el 73,6%.
«Con cada trimestre que pasa, los beneficios de Nvidia se vuelven más importantes para clarificar hacia dónde se mueve la IA y cuánto gasto se está realizando», señaló Brian Stutland, director de inversiones de Nvidia Equity Armor Invests.
Movimientos estratégicos de grandes fondos despiertan alarmas
Lo que ha intensificado las preocupaciones del mercado son los movimientos de importantes fondos de inversión que han comenzado a reducir su exposición al sector. Bridgewater y Coatue Management, que poseían varios millones de acciones de Nvidia, redujeron sus posiciones durante el tercer trimestre. El inversionista japonés SoftBank liquidó cerca de 6.000 millones de dólares en acciones, mientras que el fondo de Peter Thiel, Thiel Macro, vendió la totalidad de su participación en la empresa.
Nvidia no es la única afectada: importantes fondos de inversión han vendido millones de acciones de Amazon, Alphabet y Meta en los últimos meses, por temor a una corrección del mercado. El inversor Michael Burry, conocido por haber predicho la crisis de las hipotecas subprime y protagonista de la película «The Big Short», recientemente apostó contra Nvidia argumentando que los grandes proveedores de la nube están aumentando artificialmente los beneficios al prolongar la vida depreciable de los equipos de computación de IA.
La compleja red de acuerdos y el riesgo de inversiones circulares
Los analistas han expresado escepticismo hacia la compleja red de acuerdos por valor de 1,4 billones de dólares que se están realizando en torno a OpenAI, cuyos ingresos previstos para este año serán inferiores a la milésima parte de la inversión planificada. Algunos líderes empresariales han señalado que los acuerdos circulares, donde un socio sostiene los ingresos de otro, aumentan el riesgo de burbuja.
Jamie Dimon, director ejecutivo del banco estadounidense JP Morgan, advirtió el mes pasado que si bien la inversión en IA sería rentable en el futuro, parte del dinero invertido en el sector «probablemente se perdería».
A pesar de las preocupaciones, la demanda de chips de Nvidia sigue siendo robusta. El director ejecutivo Jensen Huang declaró el mes pasado que la compañía tiene 500.000 millones de dólares en reservas para sus chips avanzados hasta 2026. Sin embargo, la empresa enfrenta desafíos significativos: está actualizando los chips anualmente, haciendo que los modelos antiguos parezcan obsoletos más rápido, y tiene dificultades para suministrar suficientes unidades debido a cuellos de botella en el empaquetado avanzado.
Expansión de Google y el desafío energético de la inteligencia artificial
En medio de este escenario volátil, Alphabet anunció en septiembre una inversión de 6.500 millones de dólares en infraestructura e investigación de inteligencia artificial en el Reino Unido durante los próximos dos años. Pichai explicó que Alphabet desarrollará investigación de vanguardia en el país, incluida su unidad clave de IA, DeepMind, con sede en Londres.
Sin embargo, el ejecutivo advirtió sobre las enormes necesidades energéticas de la IA, que representaron el 1,5% del consumo mundial de electricidad el año pasado, según la Agencia Internacional de Energía. Pichai reconoció que las elevadas necesidades energéticas de su creciente división de IA provocaron un retraso en los objetivos climáticos de la empresa, aunque insistió en que Alphabet mantiene el objetivo de alcanzar las cero emisiones netas para 2030.
«No conviene limitar una economía basada en la energía, y creo que eso tendrá consecuencias», afirmó. «El ritmo al que esperábamos avanzar se verá afectado», admitió respecto a las metas climáticas.
El impacto laboral y las restricciones comerciales con China
Pichai también abordó el impacto transformador que tendrá la IA en el mercado laboral, calificándola como «la tecnología más trascendental» en la que la humanidad ha trabajado. «Evolucionará y transformará ciertos empleos, y la gente tendrá que adaptarse», sostuvo, añadiendo que quienes se adapten a la IA «tendrán más éxito».
Por otro lado, Nvidia enfrenta restricciones comerciales significativas con China. La empresa no puede enviar allí sus chips más avanzados bajo las restricciones a la exportación estadounidense, y Huang ha afirmado que no hay «discusiones activas» sobre la venta de Blackwell, su chip de gama alta, en el mercado chino. Nvidia eliminó a China de su previsión de procesadores avanzados el trimestre pasado, lo que representa una limitación importante para su expansión global.
Los inversores están además atentos a los grandes acuerdos de IA en los que Nvidia participa, incluyendo la inversión de 100.000 millones de dólares en OpenAI y una participación de 5.000 millones en el fabricante de chips Intel, y cómo estos compromisos afectarán su balance. Nvidia tenía efectivo y equivalentes en efectivo de 11.640 millones de dólares a fecha del 27 de julio.
Panorama incierto en un mercado polarizado
El debate sobre si existe una burbuja en la inteligencia artificial divide a los analistas. Mientras algunos señalan las similitudes con el auge de las puntocom de finales de los noventa, otros argumentan que la IA representa una transformación genuina de la economía global con fundamentos más sólidos que aquella era.
Lo que resulta indiscutible es que las próximas horas serán decisivas para el sector. Como señaló Neil Azous, gestor de carteras del ETF Monopoly: «El viejo dicho de Wall Street ‘una acción no hace un mercado’ —eso sería incorrecto aquí. Nvidia tiene la capacidad de crear un mercado».
Los resultados de Nvidia no solo determinarán el rumbo inmediato de su cotización, sino que establecerán el tono para todo el sector tecnológico en las próximas semanas, en un momento en que los inversores buscan desesperadamente señales claras sobre si las valoraciones actuales están justificadas o si efectivamente se está gestando una nueva burbuja tecnológica que podría estallar con consecuencias impredecibles para la economía global.



