El gigante automovilístico francoitaloestadounidense atraviesa su peor crisis financiera desde su creación, con un giro drástico respecto a los 5.647 millones de beneficios del mismo período de 2024, mientras el nuevo CEO Antonio Filosa impulsa una reestructuración integral para afrontar las presiones proteccionistas y la transición hacia la electrificación.
Los aranceles de Trump golpean duramente las finanzas del grupo
Stellantis ha presentado resultados preliminares que evidencian el severo impacto de las políticas comerciales estadounidenses en su estructura operativa. El grupo asumió 3.300 millones de euros en cargos netos antes de impuestos durante el primer semestre de 2025, derivados principalmente de la cancelación de programas industriales, deterioro de plataformas tecnológicas y los efectos directos de los nuevos aranceles impuestos por la administración Trump.
Los aranceles por sí solos han representado un impacto estimado de 300 millones de euros, combinando tanto la aplicación directa de estas medidas como las reducciones de producción planificadas en respuesta a las nuevas condiciones comerciales. Esta cifra no incluye las pérdidas adicionales de producción que la compañía ya ha contabilizado para el resto del ejercicio.
La escalada proteccionista ha forzado a Stellantis a suspender operaciones en plantas de Canadá y México, mientras que 900 trabajadores fueron despedidos temporalmente en instalaciones de Michigan e Indiana. El impuesto del 25% sobre automóviles importados ha alterado completamente la cadena de suministro transfronteriza que caracterizaba la estrategia operativa del consorcio.
Caída generalizada en ventas y facturación
Los resultados operativos reflejan una contracción significativa en todos los indicadores clave. La facturación del primer semestre se situó en 74.300 millones de euros, representando una disminución del 12,6% respecto a los 85.000 millones registrados en el mismo período de 2024. Esta contracción en los ingresos se acompañó de una caída del 6% en las entregas globales durante el segundo trimestre, con 1,45 millones de vehículos vendidos frente a los 1,54 millones del año anterior.
Norteamérica emergió como la región más castigada, registrando una caída del 25% en entregas con 109.000 unidades menos vendidas. Las ventas totales en esta región experimentaron un retroceso del 10% comparado con el segundo trimestre de 2024, aunque las ventas minoristas en Estados Unidos se mantuvieron relativamente estables. Un dato positivo en este contexto adverso fue el crecimiento combinado del 13% de las marcas insignia Jeep y Ram, demostrando cierta resiliencia en segmentos específicos del mercado.
En Europa, las entregas descendieron un 6% hasta alcanzar las 722.000 unidades, equivalente a 50.000 vehículos menos que en 2024. Esta reducción se atribuyó principalmente a la fase de transición entre modelos antiguos y nuevos, ejemplificada por la pausa en la producción del Fiat 500 con motor de combustión interna mientras se prepara el lanzamiento de la nueva versión mild-hybrid.
Signos de recuperación en mercados emergentes
Contrastando con las dificultades en mercados desarrollados, Stellantis mostró un desempeño robusto en regiones emergentes. Las denominadas «otras regiones» registraron un crecimiento del 22% en entregas, equivalente a 71.000 unidades adicionales. Oriente Medio y África lideraron esta expansión con un incremento del 30%, impulsado por el dinamismo del mercado turco y señales positivas en Egipto, Argelia y Marruecos.
Sudamérica, donde Stellantis mantiene su posición de liderazgo, experimentó un crecimiento del 20% en entregas, con incrementos particularmente fuertes en Brasil y Argentina. Este desempeño diferenciado subraya la importancia estratégica de la diversificación geográfica para compensar las presiones en mercados tradicionalmente dominantes.
Un elemento alentador en el panorama europeo fue el rendimiento de los nuevos modelos «Smart Cars». Los Citroën C3, C3 Aircross, Opel/Vauxhall Frontera y Fiat Grande Panda registraron un aumento del 45% en entregas durante el segundo trimestre comparado con el primero, totalizando 25.000 unidades adicionales y sugiriendo una aceptación positiva de la nueva estrategia de productos.
Antonio Filosa lidera la transformación organizacional
El nombramiento de Antonio Filosa como CEO el 23 de junio marcó el inicio de una reestructuración integral destinada a afrontar la crisis financiera y operativa. Filosa, quien sustituyó a Carlos Tavares tras su renuncia en diciembre de 2024, implementó cambios estructurales inmediatos, reorganizando el equipo directivo con un enfoque renovado en decisiones regionales y mayor agilidad operativa.
La nueva estructura organizacional, denominada «Stellantis Leadership Team», incorpora ejecutivos clave como Doug Ostermann al frente de finanzas y fusiones, mientras que Jean-Philippe Imparato mantiene la dirección de operaciones europeas. Esta reorganización busca acelerar la toma de decisiones sobre productos cercanas al cliente local, respondiendo más efectivamente a las demandas específicas de cada mercado.
Con más de 25 años de experiencia en la compañía y una trayectoria consolidada en América, Filosa ha priorizado medidas específicas para los mercados estadounidense y europeo, los más afectados por los aranceles y la creciente competencia de fabricantes chinos como BYD. Sus iniciativas incluyen la reducción del exceso de inventario, la reinstauración del diálogo con concesionarios, proveedores y sindicatos, y la reorientación de inversiones hacia modelos híbridos y eléctricos.
Estrategia de adaptación y eficiencia operativa
La gestión de Filosa se caracteriza por un enfoque pragmático hacia la transformación del grupo. Ha cerrado proyectos poco rentables, incluyendo el programa de hidrógeno, concentrando recursos en iniciativas con mayor potencial de retorno. Su filosofía se basa en una «evolución cuidadosa» antes que cambios abruptos, priorizando la adaptabilidad al mercado real sobre objetivos maximalistas.
Aunque la electrificación mantiene su carácter prioritario en la estrategia a largo plazo, Filosa ha enfatizado que los modelos de combustión continuarán conviviendo hasta 2035, ajustándose a la demanda real y la rentabilidad específica de cada producto. Esta aproximación equilibrada busca optimizar la transición tecnológica sin comprometer la viabilidad financiera inmediata.
El plan de respuesta a los aranceles incluye un reequilibrio de la producción entre diferentes zonas geográficas, aunque los beneficios de estas medidas serán visibles únicamente a partir del segundo semestre de 2025. La estrategia contempla no solo la recuperación de resultados financieros sino una reorientación hacia «calidad sobre volumen», abandonando enfoques expansivos previos.
Contexto sectorial y perspectivas futuras
La crisis de Stellantis se enmarca en un contexto más amplio de presión sobre toda la industria automotriz estadounidense. Según el Centro de Investigación Automotriz, un arancel uniforme del 25% sobre todos los socios comerciales tendría un costo adicional de 107.700 millones de dólares para todos los fabricantes en Estados Unidos, con 41.900 millones adicionales específicamente para los «Tres Grandes» de Detroit: Stellantis, General Motors y Ford.
General Motors ya redujo sus expectativas de ganancias en mayo, preparándose para un posible impacto de hasta 5.000 millones de dólares en 2025, mientras que Ford retiró su orientación financiera anual debido a la incertidumbre creada por la política comercial de la administración Trump, estimando un impacto de 1.500 millones en su beneficio operativo.
A pesar de las dificultades actuales, Stellantis mantiene un cauteloso optimismo para la segunda mitad del año. El inicio de producción de nuevos modelos, la aceleración de las plataformas Smart Car y los primeros efectos de las medidas de eficiencia implementadas deberían contribuir a mejorar los resultados en los próximos meses.
Sin embargo, persiste la incertidumbre del contexto macroeconómico y geopolítico, particularmente respecto a los aranceles estadounidenses, cuyo impacto continuará siendo significativo. Los resultados completos y certificados para el primer semestre se presentarán oficialmente el 29 de julio, cuando el director financiero Doug Ostermann realizará una conferencia telefónica para analizar los datos definitivos y responder a las consultas de analistas.
La publicación anticipada de estos resultados preliminares, más de una semana antes de lo previsto, refleja el intento de la compañía de reducir la incertidumbre del mercado en un momento crítico de su historia corporativa. Las acciones de Stellantis ya reflejan estas presiones, perdiendo terreno en los mercados bursátiles mientras los inversores evalúan las implicaciones a largo plazo de esta transformación sectorial.