El grupo italiano Prada ha anunciado la adquisición del 100% de Versace por 1.250 millones de euros (1.380 millones de dólares), tras alcanzar un «acuerdo definitivo» con el conglomerado estadounidense Capri Holdings. Esta transacción histórica marca el nacimiento de un nuevo gigante italiano del lujo con ingresos combinados superiores a los 6.000 millones de euros, posicionándose como una fuerza competitiva frente a los tradicionales líderes del sector, los franceses LVMH y Kering.

«Estamos encantados de dar la bienvenida a Versace al grupo Prada y de construir un nuevo capítulo para una marca con la que compartimos un fuerte compromiso con la creatividad, la artesanía y el legado», afirmó Patrizio Bertelli, presidente y director ejecutivo de Prada, en un comunicado oficial tras cerrarse la operación.

Contracorriente en un sector dominado por gigantes franceses

Este acuerdo supone un cambio de tendencia significativo en la industria de la moda de lujo, donde en los últimos años grandes nombres italianos como Gucci, Fendi o Bottega Veneta han pasado a manos de competidores franceses. Sin embargo, a pesar de esta importante consolidación, el nuevo grupo italiano todavía queda lejos de las dimensiones de los conglomerados franceses: LVMH alcanzó casi 85.000 millones de euros en ingresos durante 2024, mientras que Kering generó 17.000 millones.

La transacción representa un notable descuento respecto al valor pagado por Capri Holdings, que había adquirido Versace en 2018 por 1.830 millones de euros. Esta rebaja refleja tanto la desaceleración del sector del lujo como el impacto de los aranceles estadounidenses en un contexto económico cada vez más incierto.

Estilos opuestos bajo un mismo techo

La fusión une dos marcas con identidades estéticas radicalmente diferentes: la exuberancia barroca de Versace frente al minimalismo sofisticado de Prada. Esta complementariedad podría resultar estratégicamente ventajosa para el nuevo grupo, permitiéndole abarcar diferentes segmentos del mercado del lujo.

Un indicio del acercamiento entre ambas casas se produjo en marzo, cuando Versace nombró como nuevo director creativo a Dario Vitale, procedente de Miu Miu, la marca joven de Prada. Vitale, que logró resultados récord en Miu Miu tras ser promovido a director de diseño en 2023, tomará el relevo de Donatella Versace, quien había estado al frente de la dirección creativa desde 1997, tras el asesinato de su hermano Gianni.

Revitalización de una marca emblemática

Bajo la propiedad de Capri Holdings, Versace había experimentado dificultades, con una caída del 6,3% en su volumen de negocios hasta los 1.030 millones de dólares en su ejercicio fiscal de 2024. La percepción en el mercado era que la marca había perdido parte de su prestigio, lo que se reflejó en sus resultados comerciales.

«Prada será capaz de resucitar una marca que estaba muriendo y darle una nueva vida, una nueva luz», pronostica el asesor de diseño Antonio Bandini Conti. Esta revitalización forma parte de la estrategia de Prada para fortalecer su presencia en el mercado femenino de lujo orientado a eventos y alfombras rojas, un segmento diferente al que ocupan Prada y Miu Miu.

Una nueva potencia en el mapa del lujo global

La adquisición de Versace posiciona a Prada como el tercer vértice de un triángulo de poder en la industria del lujo, junto a LVMH y Kering. Este movimiento estratégico busca consolidar el dominio italiano frente a los imperios franceses en un momento crítico para el sector.

El mercado del lujo atraviesa un período de incertidumbre y desaceleración. LVMH experimentó un crecimiento de solo el 3% en el primer trimestre de 2024, mientras que Kering sufrió una caída del 11,3% en sus ingresos durante el mismo período. La ralentización de los mercados asiáticos, especialmente China, ha afectado significativamente a estos gigantes.

Estrategia y visión de futuro

«Nuestro objetivo es continuar con el legado de Versace, celebrando y reinterpretando su estética audaz y atemporal; al mismo tiempo, le proporcionaremos una plataforma sólida, respaldada por años de inversiones continuas y cimentada en relaciones duraderas», ha declarado Bertelli. El grupo planea invertir 250 millones de euros adicionales para relanzar la marca.

Por su parte, Andrea Guerra, consejero delegado de Prada, ha señalado que la adquisición «marca un nuevo paso en el camino evolutivo» del grupo, que cuenta con una «infraestructura sólida» tras verticalizar la organización de las marcas y reforzar sus procesos.

Reestructuración estratégica para Capri Holdings

Para Capri Holdings, esta venta representa el fin de su aventura en la moda europea de alta gama y de su aspiración de convertirse en el grupo de lujo estadounidense por excelencia. La compañía liderada por John D. Idol ha decidido priorizar la rentabilidad operativa sobre la diversificación de marcas.

«Versace es una casa de moda icónica que ha sido reposicionada con éxito durante los últimos seis años», ha declarado Idol. «Creemos que el Grupo Prada es la empresa adecuada para liderar la próxima etapa de crecimiento de la marca». La operación permitirá a Capri Holdings reforzar su balance y centrar recursos en acelerar el desarrollo de sus otras marcas, Michael Kors y Jimmy Choo.

Protección del patrimonio de la moda italiana

Con esta adquisición, Prada no solo amplía su cartera de marcas, sino que también se protege frente a posibles amenazas de adquisiciones, afianzando su posición ante la competencia. El grupo construye una identidad sólida alrededor del legado italiano de la moda, siguiendo la estrategia de defensa del capital patrio que ha sido una de las grandes fortalezas de sus competidores franceses.

La operación, que se espera que se complete durante el segundo semestre de 2025, está sujeta a las habituales autorizaciones regulatorias y marca un hito en la consolidación del sector del lujo italiano frente a la tradicional hegemonía francesa.