Paraguay dio un paso decisivo hacia su inserción en el mercado internacional de créditos de carbono tras la firma de un acuerdo de implementación con Singapur en mayo pasado. Esta alianza estratégica coloca al país guaraní como el tercero de Sudamérica en establecer este tipo de cooperación con la nación asiática y el séptimo a nivel mundial, abriendo nuevas oportunidades económicas y ambientales para el desarrollo sostenible nacional.
Potencial económico de US$ 250 millones anuales
El Ministerio de Industria y Comercio (MIC) proyecta que Paraguay podría generar exportaciones superiores a los US$ 250 millones anuales a través de la comercialización de créditos de carbono. Esta estimación se basa en la capacidad nacional de capturar aproximadamente 5 millones de toneladas de carbono por año mediante proyectos forestales.
El viceministro de Comercio y Servicios, Rodrigo Maluff, destacó que el acuerdo con Singapur representa un acceso privilegiado a un mercado de alta integridad y precios elevados. «Esto significa que los créditos de carbono generados en Paraguay podrán ser transaccionados por un valor de hasta US$ 250 millones anuales, y con la apertura de nuevos mercados, ese monto podría duplicarse», explicó el funcionario.
Marco regulatorio fortalecido
La iniciativa se sustenta en un sólido marco legal nacional que comenzó a consolidarse en febrero pasado, cuando el Poder Ejecutivo reglamentó la Ley N.º 7.190/23 «De los Créditos de Carbono» mediante el Decreto N° 3.369/2025. Esta normativa establece reglas claras para la comercialización de estos instrumentos financieros, que permiten a empresas y países compensar sus emisiones de dióxido de carbono invirtiendo en proyectos de mitigación de gases de efecto invernadero.
Los créditos de carbono funcionan como instrumentos comercializables que representan unidades en toneladas de gases de efecto invernadero reducidas, evitadas o capturadas. Estos bonos resultan de proyectos de mitigación en sectores forestales, industriales, energéticos y otros, donde se evalúan los resultados esperados basándose en las acciones planteadas por cada iniciativa.
Cooperación bajo el Acuerdo de París
El convenio bilateral se enmarca en el artículo 6.2 del Acuerdo de París, que facilita el establecimiento de mecanismos bilaterales para la validación y comercialización de créditos de carbono. Este sistema permite que países compradores como Singapur realicen sus propias auditorías para certificar que los proyectos cumplen con estándares internacionales de calidad ambiental.
Singapur ya había establecido compromisos similares con Papúa Nueva Guinea, Ghana, Bután, Perú, Chile y Ruanda, convirtiendo a Paraguay en su séptimo socio en materia de cooperación climática. Para Paraguay, representa su primera incursión formal en este tipo de acuerdos internacionales especializados.
Expectativas del sector privado
La formalización del marco regulatorio y la firma del acuerdo con Singapur han generado considerable expectativa en el sector privado paraguayo, particularmente entre empresas interesadas en monetizar proyectos sostenibles. Las nuevas oportunidades se extienden a diversos sectores económicos, desde el forestal hasta el industrial y energético.
Impacto en desarrollo sostenible y empleo verde
Más allá de las proyecciones económicas, el acuerdo fortalece la posición de Paraguay como actor relevante en los mercados internacionales de carbono, tanto voluntarios como de cumplimiento. Esta iniciativa promete atraer inversiones sostenibles y generar empleos verdes en el país.
El convenio también facilitará la canalización de financiamiento hacia proyectos adicionales de mitigación en Paraguay, contribuyendo a la lucha global contra el cambio climático. Los beneficios tangibles para las comunidades locales incluyen generación de empleo, desarrollo social, gestión sostenible de residuos y reducción de la contaminación ambiental.
Séptimo a nivel global en cooperación climática bilateral con la nación asiática
La capacidad de captura de carbono de Paraguay, estimada en 5 millones de toneladas anuales, representa un volumen significativo de créditos con valor comercial en mercados internacionales. El acceso al mercado singapurense, caracterizado por su alta integridad y precios competitivos, posiciona al país para maximizar el valor de sus recursos naturales.
Con la posibilidad de duplicar los ingresos mediante la apertura de nuevos mercados, Paraguay se encamina hacia una diversificación económica que combina crecimiento financiero con responsabilidad ambiental, estableciendo un precedente importante para el desarrollo sostenible en la región sudamericana.