La automotriz busca competir con fabricantes chinos mediante una plataforma universal que reducirá costos de producción en 20%.

Ford Motor Co. anunció una inversión total de $5,000 millones destinada a transformar radicalmente su estrategia de vehículos eléctricos, con el objetivo de crear modelos asequibles y rentables que puedan competir efectivamente contra los fabricantes chinos que dominan el mercado global de electrificación automotriz.

La iniciativa incluye una inversión de $2,000 millones para la reconversión completa de la Planta de Ensamblaje de Ford en Louisville, Kentucky, que tras siete décadas de producir vehículos de combustión interna se convertirá en una instalación dedicada exclusivamente a la manufactura de vehículos eléctricos.

Estrategia centrada en plataforma universal y eficiencia productiva

El núcleo de la nueva estrategia de Ford reside en el desarrollo de una «plataforma EV universal» que permitirá la producción escalable de una familia completa de vehículos eléctricos asequibles. Esta plataforma representa los primeros modelos impulsados por baterías diseñados completamente desde cero por la compañía, después de que sus esfuerzos iniciales como el F-150 Lightning no cumplieran las expectativas de ventas proyectadas.

La innovadora plataforma permitirá aplicar una base vehicular común a una amplia gama de modelos, desde sedanes hasta SUV, incluyendo tanto vehículos eléctricos como de combustión interna. Según los ejecutivos de Ford, este enfoque reducirá las piezas en un 20% comparado con un vehículo típico, con 25% menos sujetadores, 40% menos estaciones de trabajo en la planta y 15% mayor rapidez en el tiempo de ensamblaje.

Primera camioneta eléctrica de tamaño mediano con precio objetivo de $30,000

El primer vehículo que saldrá de la renovada línea de Louisville será una camioneta eléctrica de tamaño mediano y cuatro puertas, programada para 2027, dirigida tanto a mercados nacionales como internacionales. Ford estableció un precio inicial objetivo de aproximadamente $30,000 para este modelo, posicionándolo significativamente por debajo del precio promedio de un automóvil nuevo en Estados Unidos.

La nueva línea de vehículos eléctricos estará alimentada por baterías de fosfato de hierro y litio (LFP) de menor costo, que serán fabricadas en una nueva instalación de Ford en Marshall, Michigan, que representa una inversión adicional de $3,000 millones previamente anunciada por la compañía.

Transformación del proceso de manufactura tradicional

La planta de Louisville implementará un revolucionario sistema de producción denominado «árbol de ensamblaje», reemplazando la línea de ensamblaje tradicional. En lugar de una cinta transportadora convencional, tres líneas de subensamblaje operarán simultáneamente para posteriormente unirse, optimizando significativamente los tiempos de producción.

Los nuevos modelos requerirán 40% menos tiempo de construcción y 600 trabajadores menos que el SUV Escape de gasolina que actualmente produce la planta. La instalación empleará a 2,200 trabajadores por hora para la nueva línea de vehículos eléctricos, comparado con los 2,800 actuales.

Respuesta estratégica a la competencia china y desafíos del mercado

Jim Farley, CEO de Ford, caracterizó esta iniciativa como un «momento Modelo T» para la empresa, comparándola con el automóvil que estableció a Ford como líder industrial hace más de un siglo. La estrategia representa una respuesta directa al creciente dominio de fabricantes chinos de vehículos eléctricos como BYD Co. y Geely Automobile Holdings Ltd.

«No estamos en una carrera para construir la mayor cantidad de autos eléctricos. Estamos en una carrera para tener un negocio eléctrico sostenible que sea rentable y que los clientes amen», declaró Farley, quien reconoció que Ford no puede superar los bajos costos laborales chinos pero puede competir mediante características más innovadoras y métodos de fabricación más eficientes.

Pérdidas operativas y proyecciones financieras

La división de vehículos eléctricos de Ford, denominada Model e, registró pérdidas anuales de $5,080 millones en 2024, con ingresos que cayeron 35% hasta $3,900 millones. La compañía ha indicado que estas pérdidas podrían incrementarse durante el presente año mientras desarrolla su nueva línea de modelos impulsados por baterías.

Sin embargo, Farley estableció como requisito fundamental que cualquier nuevo vehículo eléctrico de Ford debe ser asequible y rentable desde su primer año en el mercado, reconociendo que «nadie quiere ver otro intento fallido de hacer un vehículo asequible que termine con plantas inactivas, despidos e incertidumbre».

Impacto de políticas gubernamentales y aranceles

La estrategia de Ford enfrenta desafíos significativos derivados de las políticas de la administración Trump, que ha eliminado incentivos para vehículos eléctricos, incluyendo el crédito fiscal de $7,500 para consumidores y los subsidios de manufactura considerados críticos para el caso de negocio de la planta de baterías en Michigan.

Adicionalmente, Ford reportó que los aranceles de Trump representaron costos de $800 millones en el segundo trimestre y constituyen un obstáculo de $2,000 millones para el año completo, a pesar de que la compañía con sede en Dearborn, Michigan, produce más automóviles en Estados Unidos que cualquier otro fabricante.

Proyectos futuros y expansión de capacidad

Ford mantiene sus planes para el sucesor del F-150 Lightning de tamaño completo, aunque ha retrasado su lanzamiento hasta mediados de 2028, desde finales de 2027 originalmente programado. Este modelo se producirá en un nuevo complejo de manufactura de $5,600 millones en Stanton, Tennessee, la primera nueva planta de ensamblaje de Ford en medio siglo.

La instalación de Tennessee tiene capacidad para construir más de 300,000 camiones anuales, muy superior a la demanda actual del mercado, y formaba parte del plan original de Farley de $50,000 millones para producir 2 millones de vehículos eléctricos anuales en 2026.

Impacto económico y preservación del empleo

La inversión combinada de Ford asegurará aproximadamente 4,000 empleos directos entre las plantas de Kentucky y Michigan, mientras fortalece la cadena de suministro nacional mediante la incorporación de docenas de nuevos proveedores con sede en Estados Unidos.

El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, destacó que estos planes representan «una de las mayores inversiones registradas en nuestro estado» y refuerzan la posición de Kentucky «en el centro de la innovación relacionada con los vehículos eléctricos».

La estrategia de Ford representa una apuesta fundamental para establecer un negocio de vehículos eléctricos sostenible y rentable, en un contexto de intensa competencia global y cambios en las políticas gubernamentales que afectan directamente la viabilidad económica del sector de electrificación automotriz.