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Nissan proyecta pérdidas operativas de US$1.800 millones mientras BYD enfrenta desplome de 33% en utilidades ante la brutal competencia en el mercado automotriz global

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La industria automotriz mundial atraviesa una de sus crisis más profundas en décadas, con dos de sus principales actores enfrentando situaciones financieras críticas que reflejan los desafíos estructurales del sector. Nissan Motor Co. ha anunciado una previsión de pérdida operativa de 275.000 millones de yenes (US$1.800 millones) para el año fiscal que finaliza en marzo de 2026, mientras que el gigante chino de vehículos eléctricos BYD Co. reportó una caída del 33% en sus ingresos netos del tercer trimestre, evidenciando que ni siquiera los líderes del mercado están inmunes a los vientos en contra que azotan la industria.

Nissan enfrenta su peor crisis financiera desde el rescate de Renault

El fabricante japonés se encuentra en su momento más delicado desde que fue rescatado de una situación cercana a la quiebra por Renault SA hace más de dos décadas. La proyección de pérdida operativa de 275.000 millones de yenes representa la primera previsión oficial de Nissan para el año fiscal 2025-2026, después de que la compañía optara anteriormente por retener sus estimaciones de beneficios ante la incertidumbre imperante.

Las acciones de Nissan experimentaron una caída de hasta 6,1% en las primeras operaciones del viernes en Tokio, marcando el mayor descenso intradía desde el 26 de agosto. El papel acumula una depreciación del 27% en lo que va del año, reflejando la pérdida de confianza de los inversionistas en la capacidad de recuperación de la compañía.

«Nissan sigue enfrentándose a retos exacerbados por los vientos en contra externos», declaró el director financiero Jeremie Papin, reconociendo la magnitud de los desafíos que enfrenta la automotriz. La empresa reportó una pérdida neta de 671.000 millones de dólares en el año fiscal concluido en marzo de 2025, cifra que motivó el anuncio de un plan de recorte de 20.000 empleos, equivalente al 15% de su fuerza laboral global.

Reestructuración profunda y cierre de plantas emblemáticas

El director ejecutivo Iván Espinosa ha implementado un agresivo plan de reestructuración que busca frenar el exceso de capacidad que ha mermado la rentabilidad de Nissan. La estrategia contempla la reducción de las operaciones globales de fabricación de 17 centros a solo 10, una contracción significativa de la huella industrial de la compañía.

Entre las medidas más drásticas destaca el traslado de la producción en México desde la planta de Civac hacia el complejo de Aguascalientes, proceso que debe completarse antes del cierre del año fiscal. Aún más simbólico resulta el anuncio del cese de operaciones en la emblemática fábrica nacional de Oppama, programado para marzo de 2028, lo que representa el fin de una era para uno de los complejos históricos de la marca japonesa.

Para el segundo trimestre, Nissan estima una pérdida de 30.000 millones de yenes en el periodo abril-septiembre, resultado mejor que su anterior previsión de 180.000 millones de yenes. Sin embargo, Tatsuo Yoshida, analista de Bloomberg Intelligence, advirtió que esta mejora responde principalmente a costes puntuales y otros factores contables, más que a mejoras operativas sustanciales. «No está claro si los avances se producirán según lo previsto», señaló el experto.

Papin atribuyó la menor pérdida a ajustes relacionados con la normativa estadounidense sobre emisiones, pasivos anteriores y otros «factores puntuales y costes diferidos». La empresa ha optado por no compartir los costes de reestructuración ni las perspectivas completas de beneficios o pérdidas netas para todo el año, información que será revelada el 6 de noviembre junto con sus resultados financieros detallados.

Ventas proyectadas por debajo de las expectativas iniciales

La compañía proyecta ventas por 11,7 billones de yenes en el período 2025-2026, una cifra significativamente inferior a su previsión inicial de mayo, cuando estimaba alcanzar 12,5 billones de yenes. Esta reducción del 6,4% refleja el deterioro de las condiciones de mercado y los desafíos operativos que enfrenta el fabricante.

Nissan identificó el impacto negativo persistente de los aranceles y los tipos de cambio como factores clave en su desempeño debilitado. Además, señaló riesgos en las cadenas de suministro y la estacionalidad de la actividad como elementos que justifican esta advertencia sobre resultados. La presencia de Renault, que mantiene una participación del 35% en Nissan, añade un elemento de presión adicional ante la necesidad de resultados concretos.

Los problemas actuales de Nissan tienen raíces profundas en un liderazgo de puertas giratorias y una línea de productos que ha perdido competitividad, situación que se ha visto agravada por ventas débiles en dos de sus mercados más importantes: Estados Unidos y China. La combinación de estos factores ha generado beneficios desplomados y una montaña de deudas que comprometen la viabilidad futura de la operación.

BYD sufre desplome de beneficios en medio de feroz competencia

Mientras Nissan lucha por su supervivencia, el panorama tampoco es alentador para el gigante chino de vehículos eléctricos BYD, que reportó una caída del 33% en sus ingresos netos del tercer trimestre, alcanzando los 7.820 millones de yuanes (US$1.100 millones). Las acciones de la empresa, que cotizan en Hong Kong, cayeron hasta un 6,4% en las primeras operaciones del viernes, evidenciando la decepción del mercado ante estos resultados.

Los ingresos totales en los tres meses que finalizaron el 30 de septiembre cayeron alrededor del 3% hasta los 194.980 millones de yuanes, muy por debajo de las estimaciones de los analistas que proyectaban 216.000 millones de yuanes. Esta brecha de más del 9% entre las expectativas y la realidad subraya la magnitud del desafío que enfrenta incluso el líder del mercado de vehículos eléctricos.

«Esperamos una reacción neutral a ligeramente negativa de las acciones ante los anémicos resultados del tercer trimestre», señalaron los analistas de Morgan Stanley, incluyendo a Tim Hsiao. El beneficio por unidad de vehículo de BYD fue de 6.100 yuanes en el trimestre, por debajo de la estimación de Morgan Stanley de 6.500 yuanes, aunque mostró una recuperación respecto al trimestre anterior.

Guerra de precios erosiona márgenes de rentabilidad

La empresa con sede en Shenzhen está luchando por mantener su posición dominante en el mercado nacional chino, donde una prolongada guerra de precios ha generado tal preocupación que el gobierno advierte sobre el riesgo de que la competencia despiadada pueda dañar la calidad del producto. Los desafíos de BYD salieron a la luz inicialmente cuando informó de un sorprendente desplome del 30% en los beneficios del segundo trimestre, evidenciando que se trata de una tendencia sostenida y no de un evento aislado.

El margen bruto del fabricante de automóviles se contrajo durante el trimestre al 17,6% desde el 21,9% de hace un año, aunque logró una mejora desde el 16,3% del segundo trimestre. Esta compresión de márgenes refleja la presión derivada del prolongado periodo de descuentos que ha apuntalado el rápido ascenso de BYD en el mercado chino de vehículos eléctricos, pero que ahora ha suscitado el escrutinio de las autoridades en Pekín.

BYD entregó 1,15 millones de vehículos de nueva energía, incluidos modelos puramente eléctricos e híbridos enchufables, en el tercer trimestre, una cifra 1,8% inferior al año anterior. Este estancamiento contrasta dramáticamente con el desempeño de sus competidores: Geely Automobile Holdings registró un aumento de ventas del 96% y Chongqing Changan Automobile Co. del 84%, lo que evidencia la pérdida de cuota de mercado de BYD.

La situación llevó al fabricante a perder su título de fabricante de automóviles más vendido de China en favor de la empresa estatal SAIC Motor Corp. en septiembre, un golpe simbólico significativo. Según medios de comunicación, BYD habría recortado previamente su objetivo de ventas para 2025 en un 16%, hasta los 4,6 millones de unidades, aunque la compañía no dio a conocer una cifra oficial en los resultados del jueves.

Expansión internacional como tabla de salvación

El agresivo impulso de BYD en el extranjero se ha convertido en un pilar cada vez más importante para el crecimiento de la empresa dados los retos que enfrenta en el mercado doméstico. El volumen de ventas en el extranjero creció un 160% respecto al año anterior en el tercer trimestre, impulsado por la demanda en Europa y Latinoamérica, según cifras publicadas previamente por la compañía.

En los países de la Unión Europea, BYD vendió más de 13.000 unidades en el mes de septiembre, lo que representa un aumento del 272,1% interanual, según un informe de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA). Este crecimiento exponencial en mercados desarrollados ofrece un respiro ante las dificultades domésticas y muestra el potencial de la marca china en territorios más rentables.

Sin embargo, algunos analistas mantienen una perspectiva optimista sobre la recuperación de BYD. Yuqian Ding, analista de HSBC, señaló que la compañía está «en el camino de una mayor mejora» y espera «una mejora secuencial del volumen, el margen y los beneficios» en el cuarto trimestre, impulsada por la recuperación de la demanda en temporada alta, una mejor combinación de productos y el apalancamiento operativo.

Desafíos estructurales y presión regulatoria

Los analistas han atribuido la desaceleración de las ventas principalmente a los esfuerzos de BYD para reducir el inventario antes de su lanzamiento de los modelos 2026. Las medidas de inventario absoluto y relativo del fabricante de automóviles cayeron mes a mes en septiembre, según una nota publicada por Citigroup Inc. Jeff Chung y otros analistas sugirieron que un BYD «desabastecido» podría ser favorecido nuevamente por el mercado si la mezcla de exportación de la compañía mejora significativamente en el primer trimestre de 2026.

De vuelta a casa, BYD también podría beneficiarse de un posible auge de las ventas en el último trimestre del año, a medida que China avanza en la eliminación progresiva de algunas subvenciones e incentivos fiscales. Algunos gobiernos locales ya están poniendo fin a programas que habían contribuido al aumento de las ventas de vehículos eléctricos.

No obstante, a largo plazo, la supresión de esas ventajas, que a menudo iban dirigidas a compradores sensibles al precio, corre el riesgo de frenar las decisiones de compra y puede trasladar una mayor presión sobre los precios a los fabricantes de automóviles y a los concesionarios, obligándoles a absorber unos costes más elevados o a iniciar descuentos más importantes para mover el inventario.

BYD también se enfrenta a vientos en contra estructurales por el mayor escrutinio que las autoridades están poniendo en el sector de los vehículos eléctricos de China. El sector automovilístico se ha visto atrapado en una campaña más amplia contra la competencia desleal, ya que Pekín pretende poner fin a la larga y brutal guerra de precios que ha llevado a algunas empresas al borde del abismo. Sin embargo, la campaña del gobierno parece haber tenido hasta ahora un efecto limitado en los fabricantes de automóviles.

En mayo, la principal asociación china de fabricantes de automóviles advirtió a las marcas que alimentan esta «guerra de precios», señalando que ello podría «agravar la rivalidad perjudicial» en el sector. A pesar de estas advertencias, la dinámica competitiva se ha mantenido feroz.

Inversión en innovación y productos de alto margen

La empresa también está invirtiendo más en investigación y desarrollo, lo que puede contribuir a futuras actualizaciones de productos y a su aumento de modelos de gama alta y alto margen bajo las marcas de lujo Yangwang y Fangchengbao el año que viene. Esta estrategia busca diversificar la oferta hacia segmentos más rentables que compensen la presión sobre márgenes en el mercado masivo.

«Con las próximas actualizaciones de las plataformas y la fuerte expansión en el extranjero, vemos a BYD bien posicionada para recuperar cuota de mercado nacional y acelerar la expansión global», escribió Yuqian Ding de HSBC, ofreciendo una perspectiva de mediano plazo más optimista que los resultados trimestrales inmediatos.

El contexto general refleja un sector de vehículos eléctricos en China que experimentó un crecimiento vertiginoso en los últimos años, pero que ahora enfrenta una consolidación dolorosa. Los fabricantes están inmersos en una guerra de precios que afecta su rentabilidad de manera estructural, poniendo en duda la sostenibilidad del modelo de crecimiento acelerado basado en descuentos agresivos y subsidios gubernamentales.

La combinación de crisis en Nissan y desafíos en BYD ilustra la complejidad del momento que atraviesa la industria automotriz global, donde tanto los fabricantes tradicionales como los nuevos líderes en electrificación enfrentan presiones sin precedentes que cuestionan sus modelos de negocio y requieren transformaciones profundas para garantizar su viabilidad futura.