El Gobierno avanza con la transformación de la mayor entidad bancaria del país tras el revés del Congreso
El presidente Javier Milei decretó la transformación del Banco de la Nación Argentina en una sociedad anónima, permitiendo su apertura al capital privado. La medida, publicada en el Boletín Oficial este jueves, busca modernizar la estructura del banco y dotarlo de mayor flexibilidad operativa. Sin embargo, la decisión ha generado un fuerte rechazo por parte de sindicatos bancarios y sectores de la oposición.
Un intento de privatización por decreto
El Gobierno ya había incluido al Banco Nación en una lista de empresas estatales sujetas a privatización dentro de su megaproyecto legislativo. Sin embargo, el Congreso bloqueó la venta de la entidad, obligando al Ejecutivo a modificar su estrategia. A pesar de esta negativa parlamentaria, el presidente Milei ha utilizado las facultades extraordinarias que le otorgó la declaración de emergencia económica, financiera y administrativa para avanzar con la conversión del banco en una sociedad anónima.
Según el decreto, el Estado argentino mantendrá el 99,9 % del capital social de la entidad, delegando su administración en el Ministerio de Economía. El restante 0,1 % quedará en manos de la Fundación Banco Nación.
Rechazo sindical y denuncias de maniobra irregular
La decisión de Milei ha provocado una respuesta inmediata del sector bancario. La Bancaria, el gremio que representa a los trabajadores del sector, calificó la medida como un paso hacia una privatización encubierta y denunció que el presidente insiste en transformar el banco en sociedad anónima a pesar de que el Congreso ya bloqueó su venta.
El sindicato destacó que el Banco Nación es la entidad financiera más rentable del país, con la mayor cantidad de clientes, depósitos y créditos otorgados. Además, remarcaron que la entidad ha cumplido históricamente un rol social clave, sosteniendo la industria, el campo, las pymes y la economía en general.
«No permitiremos que destruyan el patrimonio nacional que pertenece a todos los argentinos», enfatizó el gremio en un duro comunicado, en el que también recordaron que en abril del año pasado se reunieron más de un millón de firmas en contra de la privatización, que fueron entregadas en el Congreso tras masivas movilizaciones.
Un banco con números sólidos
Los datos oficiales del Banco Nación refuerzan la postura de los gremios. En 2024, la entidad registró un crecimiento del 600 % en desembolsos, además de lograr la mejor tasa de cobrabilidad de su historia. Actualmente, el banco tiene una participación de mercado del 17,5 %, consolidándose como el líder en activos, depósitos, préstamos y patrimonio dentro del sistema financiero argentino.
A pesar de estos indicadores positivos, el Gobierno sostiene que la conversión a sociedad anónima permitirá mejorar la gestión del banco y adaptarlo a las mejores prácticas del sector financiero. No obstante, los críticos advierten que esta medida abre la puerta a una futura privatización, despojando al Estado de una herramienta clave para la política económica y el desarrollo productivo.
Tensión y movilización en defensa del Banco Nación
El gremio bancario ha declarado el estado de alerta y movilización y anunció que en las próximas horas definirán un plan de acción en defensa del banco y de la banca pública.
El rechazo a la medida también se da en un contexto donde la figura de Milei enfrenta denuncias por estafa, tanto en Argentina como en Estados Unidos, por su respaldo a una criptomoneda fraudulenta. Desde el gremio no dudaron en vincular este escándalo con la decisión sobre el Banco Nación, señalando que «no tienen un plan de gobierno, tienen un plan de negocios», y acusando al presidente de intentar beneficiar a sectores privados con «el negocio más rentable del sistema financiero argentino».
Mientras el oficialismo defiende la transformación del Banco Nación como una decisión técnica, sus detractores la ven como un intento de avanzar con una privatización que el Congreso ya había rechazado. La tensión crece y el futuro del mayor banco del país queda en el centro del conflicto político y social.