La banca de inversión Goldman Sachs delineó su estrategia para el próximo año mediante un informe que presenta diez ideas centrales de inversión, configurando un panorama de expansión económica contenida, descenso progresivo de la inflación y condiciones favorables para los mercados accionarios globales. El análisis identifica oportunidades tanto en instrumentos tradicionales como en sectores específicos vinculados con los ciclos económicos, el desarrollo de la inteligencia artificial y la trayectoria de las tasas de interés.

Proyecciones macroeconómicas: crecimiento desigual con Estados Unidos como locomotora

El banco estima que la economía mundial avanzará impulsada por el fortalecimiento de los ingresos reales y una distensión en las fricciones comerciales. Las proyecciones establecen un crecimiento del 2,5% para Estados Unidos, 1,2% para la eurozona y 4,8% para China. Esta recuperación, sin embargo, enfrenta amenazas latentes asociadas al comportamiento del mercado laboral, las tensiones geopolíticas y las elevadas valoraciones en los principales centros financieros.

Marc Nachmann, director global de gestión de activos y patrimonio de Goldman Sachs, enfatiza que el enfoque para 2026 se articula «a través de tres temas clave en acciones, renta fija y activos alternativos». La entidad anticipa que el crecimiento estadounidense se acelerará durante el primer semestre, sustentado en mejores condiciones financieras, estímulos fiscales y normalización comercial. El informe señala que «la disminución de los vientos en contra por los aranceles y el aumento de los ingresos reales deberían contribuir al crecimiento global en 2026».

Inflación y empleo: los dos ejes que condicionan la política monetaria

Aunque los efectos del traspaso arancelario comienzan a disiparse, la inflación permanece como variable determinante para las decisiones de los bancos centrales. Goldman Sachs proyecta que el índice subyacente de precios del gasto en consumo personal (core PCE) en Estados Unidos cerrará 2026 en 2,3%. La firma advierte que «aunque el impacto del traspaso arancelario está disminuyendo, sigue siendo central para las decisiones de política».

El mercado laboral emerge como el principal riesgo macroeconómico del escenario base. Si bien se espera una mejora cíclica al inicio del año, existen señales de advertencia sobre un posible deterioro del empleo. La entidad considera que «el principal riesgo para su escenario base es un deterioro más pronunciado del mercado laboral en Estados Unidos», lo que podría alterar significativamente las proyecciones de crecimiento y las decisiones de política monetaria.

Política monetaria divergente: recortes en Estados Unidos, normalización en Japón

Goldman Sachs anticipa que la Reserva Federal implementará reducciones adicionales de tasas durante 2026, con el mercado laboral marcando el ritmo y la magnitud del alivio monetario. El banco proyecta un recorte inicial en diciembre y hasta dos recortes adicionales en el próximo año, especialmente si la inflación inducida por aranceles resulta de corta duración. «Esperamos recortes adicionales de tasas por parte de la Fed en 2026, con el mercado laboral marcando el ritmo y la magnitud del alivio», señala el informe.

En contraste, el análisis prevé que el Banco Central Europeo mantendría su política actual, mientras que el Banco de Japón avanzaría hacia una normalización. Esta divergencia en las políticas monetarias de las principales economías desarrolladas generará presiones diferenciadas sobre los flujos de capital y las valoraciones de activos en distintas geografías.

Renta variable: oportunidades en mercados desarrollados y emergentes

Para los mercados desarrollados, Goldman Sachs identifica oportunidades significativas pese a los múltiplos de valuación elevados y las vulnerabilidades macroeconómicas existentes. La firma considera que el impulso de ganancias corporativas y el entorno de expansión cíclica deberían prevalecer, proyectando «retornos de un solo dígito medio a alto en los mercados desarrollados».

El documento destaca que las diez mayores empresas estadounidenses representan aproximadamente el 40% de la capitalización del S&P 500 y cerca del 25% del mercado accionario mundial, con una valoración conjunta cercana a los 25 billones de dólares. Esta concentración explica por qué los movimientos de un grupo reducido de compañías ejercen una influencia desproporcionada sobre la valoración total de los índices.

En cuanto a los mercados emergentes, el informe señala que la combinación de reformas estructurales, el impulso del ciclo de materias primas, mejoras macroeconómicas y la expansión del uso de la inteligencia artificial ofrece una ventaja competitiva. Los analistas esperan «un rendimiento superior continuo de los mercados emergentes gracias a condiciones macro favorables, crecimiento de ganancias, ampliación de la IA, desregulación y vientos de cola en los tipos de cambio».

Inteligencia artificial: el catalizador que concentra capital e impulsa las valoraciones

El avance del mercado estadounidense continúa sustentándose en el desarrollo de la inteligencia artificial, que concentra capital y atención inversora. Goldman Sachs sostiene que «el mercado de acciones de Estados Unidos continúa impulsado por los avances y en el sentimiento de los inversionistas hacia la inteligencia artificial». No obstante, el análisis aclara que «la apreciación de precios proviene de crecimiento fundamental y balances sólidos, no de exuberancia irracional».

El informe revela que el mercado ha subestimado sistemáticamente el gasto de capital de los hyperscalers en inteligencia artificial durante los últimos dos años. Solo cinco empresas —Amazon, Google, Meta, Microsoft y Oracle— concentran cerca del 27% del gasto de capital del S&P 500. Los analistas advierten que «el riesgo principal es la decepción en utilidades», lo que refuerza la importancia de los resultados corporativos en un índice dominado por empresas tecnológicas de gran capitalización.

Tasas, crédito y divisas: ajustes en un entorno de mayor incertidumbre

Goldman Sachs prevé que las tasas cortas en Estados Unidos estarán influenciadas por el nuevo liderazgo de la Reserva Federal y una posible mayor agresividad en los recortes, aunque con mayor incertidumbre debido a la fragmentación del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC). El banco advierte que «la presión continua desde la Casa Blanca sobre la Reserva Federal para reducir tasas podría inquietar a los mercados y pesar sobre el dólar».

En el mercado de crédito corporativo, si bien los balances empresariales son sólidos, el informe señala que «el posicionamiento debería volverse cada vez más idiosincrático a medida que aumenta el apalancamiento». Los indicadores de crédito corporativo sugieren que el mercado estadounidense se encuentra «en mitad de ciclo, no en fin de ciclo», lo que descarta fallas sistémicas pese a quiebras recientes en el sector financiero no depositario.

Respecto a las divisas, Goldman Sachs proyecta una caída adicional del dólar, aunque el ajuste en su valoración sería más contenido y menos centrado en el euro. «Es probable que el dólar aún tenga más margen para caer a medida que un panorama macroeconómico menos excepcional erosiona una valoración todavía elevada», indica el análisis. Esta desinflación, combinada con los recortes de la Reserva Federal y señales de debilidad del billete verde, «podría llevar a más relajación en los mercados emergentes».

Commodities: divergencia entre petróleo y oro en un contexto de incertidumbre

La décima idea de inversión se enfoca en las materias primas, donde Goldman Sachs anticipa trayectorias divergentes. La firma espera una caída en el precio del petróleo ante un excedente persistente de oferta, mientras proyecta un mayor interés por el oro en un contexto de vulnerabilidades macroeconómicas, preocupación por los déficits fiscales y debilidad del dólar. El documento observa que «los suministros de energía, la demanda y los precios permanecen vulnerables a la volatilidad», aunque las respuestas del mercado a eventos geopolíticos fueron moderadas durante 2025.

Oportunidades estructurales más allá de la inteligencia artificial

Aunque la inteligencia artificial mantiene su posición como el catalizador más visible, Goldman Sachs identifica otras áreas temáticas con potencial estructural para el mediano plazo: la innovación en salud, la transición hacia energías limpias y la expansión de la infraestructura digital. La firma menciona que «las oportunidades estructurales no se limitan a la IA; también vemos impulsores de largo plazo en salud, infraestructura digital y energía verde».

El análisis señala que estas tendencias permiten diversificación más allá del ciclo económico inmediato, con empresas que «combinan ventajas competitivas, apoyo regulatorio y demanda creciente». El informe estima que el mercado de activos privados alcanzará los 23 billones de dólares en 2026, prácticamente duplicando su tamaño respecto a una década atrás.

Riesgos políticos y fiscales: las elecciones de medio término como factor de volatilidad

Goldman Sachs incorpora la dimensión política como variable que podría actuar sobre la percepción de riesgo. El banco advierte que «las elecciones de medio término de Estados Unidos en noviembre de 2026 pueden influir en el sentimiento del mercado, con posibles impactos en las acciones, las tasas y el dólar estadounidense». Esta incertidumbre electoral se suma a las presiones fiscales en distintas economías y a un escenario internacional sin un eje dominante, lo que mantiene la importancia de evaluar riesgos país por país.

El análisis concluye que la combinación entre política, inteligencia artificial y crédito definirá la resistencia de los mercados durante el próximo año. El entorno económico global, según la firma, «adopta una estructura más multipolar», lo que abre espacios en distintas regiones sin sugerir una dirección uniforme para los flujos internacionales. Esta lectura refuerza la necesidad de una estrategia de inversión que equilibre la búsqueda de rendimientos con una gestión rigurosa del riesgo en un contexto de creciente complejidad.