Los Estados miembros de la Unión Europea respaldaron este jueves un paquete de contramedidas comerciales valorado en 93.000 millones de euros (109.000 millones de dólares) dirigido contra productos estadounidenses, en respuesta a los aranceles del 30% que el presidente Donald Trump ha amenazado con imponer a partir del 1 de agosto. La medida, aprobada con el único voto en contra de Hungría, representa la mayor escalada defensiva del bloque europeo en la actual guerra comercial transatlántica.
Negociaciones diplomáticas en curso mientras se preparan las represalias
La Comisión Europea mantiene como prioridad absoluta alcanzar un acuerdo negociado con Washington antes de la fecha límite establecida por Trump. Según fuentes diplomáticas, ambas potencias se encuentran cerca de pactar un marco comercial similar al alcanzado entre Estados Unidos y Japón, que establecería aranceles generales del 15% en lugar del 30% inicialmente propuesto.
«Un resultado semejante está al alcance, y estamos trabajando con todas nuestras fuerzas para proporcionarlo a los ciudadanos, empresas y consumidores de la UE», declaró Olof Gill, portavoz de Comercio de la Comisión Europea, quien confirmó que los contactos técnicos y políticos continúan «a diario» entre Bruselas y Washington.
El posible acuerdo contemplaría la aplicación del arancel del 15% a sectores estratégicos como el automovilístico y farmacéutico, sin sumarse a los gravámenes estadounidenses vigentes, que promedian ligeramente por debajo del 5%. Asimismo, se prevén concesiones para las industrias aeronáutica y maderera, así como para determinados medicamentos y productos agrícolas que quedarían exentos de aranceles.
Estructura y alcance de las contramedidas europeas
La lista de represalias aprobada fusiona dos paquetes separados previamente propuestos por la Comisión: uno inicial de 21.000 millones de euros y otro complementario de 72.000 millones de euros. Esta consolidación busca hacer las contramedidas «más claras, sencillas y contundentes», según explicaron fuentes de Bruselas.
Los productos estadounidenses incluidos en la lista abarcan sectores clave de la economía norteamericana: aviones comerciales, automóviles y componentes automotrices, whisky bourbon, zumo de naranja, aves de corral, soja, acero, aluminio y embarcaciones de recreo. La selección se realizó tras consultas exhaustivas con las industrias europeas afectadas.
Las contramedidas entrarían en vigor automáticamente el 7 de agosto si no se logra un acuerdo antes del 1 de agosto, aunque la Comisión mantiene abierta la posibilidad de suspenderlas si las circunstancias cambian favorablemente.
El contexto de la escalada arancelaria actual
La actual tensión comercial se enmarca en una serie de medidas proteccionistas implementadas por la administración Trump. Estados Unidos mantiene actualmente aranceles del 50% sobre el acero y aluminio europeos, del 25% sobre automóviles y sus componentes, y un gravamen básico del 10% que afecta productos de la UE valorados en 370.000 millones de euros, representando aproximadamente el 70% de las exportaciones totales del bloque comunitario a territorio estadounidense.
El arancel del 30% anunciado por Trump para el 1 de agosto constituiría una escalada significativa en esta guerra comercial, que inicialmente se desató en abril con el anuncio de los nuevos gravámenes estadounidenses.
Respaldo político y preparativos estratégicos
El respaldo a las contramedidas refleja una unidad europea casi total, con la notable excepción de Hungría. Particularmente significativo resulta el cambio de posición de Alemania, que inicialmente se resistía a activar el instrumento contra la coerción económica pero que ahora se ha alineado con Francia en esta estrategia defensiva.
Esta convergencia se consolidó tras una cena entre el canciller alemán Friedrich Merz y el presidente francés Emmanuel Macron, donde ambos líderes confirmaron su visión compartida sobre las negociaciones en curso. Una fuente del Elíseo confirmó que «se está acelerando el trabajo sobre las contramedidas en coordinación con la Comisión, en caso de que no se alcanzara un acuerdo».
Futuro económico y plazos críticos
La inclusión del whisky bourbon en la lista de represalias, pese a las intensas presiones de Francia e Irlanda que temen represalias estadounidenses sobre sus propios productos alcohólicos, subraya la determinación europea de responder proporcionalmente a las medidas comerciales de Washington.
La Comisión Europea ha indicado que no tiene intención de presentar nuevas contramedidas entre ahora y el 1 de agosto, aunque mantiene que «todas las opciones siguen sobre la mesa». Esta aproximación refleja el equilibrio que Bruselas busca mantener entre la preparación defensiva y la preservación del espacio para las negociaciones.
Con apenas días restantes antes de la fecha límite, la UE enfrenta un escenario donde debe balancear su preferencia por una solución diplomática con la necesidad de demostrar que está preparada para defender sus intereses comerciales ante lo que considera medidas desproporcionadas por parte de Estados Unidos.