Los metales preciosos experimentan dinámicas divergentes en un contexto marcado por las expectativas de política monetaria, déficits estructurales de oferta y la especulación arancelaria en Estados Unidos.
El oro se consolida por encima de los 4.200 dólares a la espera de la Fed
El oro registró un avance moderado del 0,4% hasta situarse en 4.205,91 dólares por onza, manteniéndose en niveles elevados mientras los operadores aguardan la decisión de la Reserva Federal sobre las tasas de interés. Los mercados descuentan con casi total certeza un recorte de 25 puntos básicos en la reunión del miércoles, aunque la incertidumbre se concentra ahora en el ritmo de la flexibilización monetaria durante 2026.
La caída en los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años, que retrocedieron tras alcanzar su nivel más alto desde finales de septiembre, ha proporcionado un respaldo adicional al metal dorado. Las tasas más bajas incrementan el atractivo del oro, que no genera rendimientos por intereses, frente a activos que sí los devengan.
El comportamiento de los bonos estadounidenses en los últimos días ha moderado el apetito por el riesgo entre los inversores, quienes muestran cautela respecto al alcance de la relajación monetaria más allá de la reunión de diciembre. Los mercados monetarios proyectan apenas dos recortes adicionales en 2026, una revisión a la baja respecto a las expectativas más optimistas de semanas anteriores.
Perspectivas encontradas sobre el futuro del oro
Analistas de BMI, una unidad de Fitch Solutions Inc., advirtieron que cualquier señal de una pausa en el ciclo de recortes de tasas podría ejercer presión sobre las cotizaciones del oro. En su visión, el metal precioso podría retroceder «por debajo de los 4.000 dólares la onza, a medida que el ciclo de flexibilización monetaria que comenzó en 2024 empiece a perder impulso».
No obstante, el oro ha acumulado una revalorización aproximada del 60% en lo que va del año, impulsado por las compras sostenidas de los bancos centrales y las fuertes entradas de capital en fondos cotizados. Aunque el metal se ha alejado del máximo histórico de más de 4.380 dólares por onza registrado a finales de octubre, ha encontrado soporte en las expectativas de una mayor relajación monetaria en Estados Unidos.
Pacific Investment Management Co. mantiene una perspectiva favorable para el oro, argumentando que los bancos centrales están incrementando sus tenencias del metal por encima de los bonos del Tesoro, lo que constituye un cambio estructural en la composición de las reservas internacionales.
La plata alcanza máximos históricos superiores a 60 dólares
El verdadero protagonista de la jornada fue la plata, que registró un avance del 2,6% hasta los 59,66 dólares por onza, después de haber alcanzado un máximo histórico de 59,751 dólares. En operaciones posteriores, el metal blanco superó la barrera psicológica de los 60 dólares, llegando a cotizar en 60,46 dólares e incluso sobrepasando los 61,5 dólares, marcando así la primera vez que el metal supera estos niveles.
Trevor Yates, analista senior de inversiones de Global X ETFs, explicó que el metal blanco «está recibiendo ofertas esta mañana junto con el oro antes de la reunión de la Reserva Federal, con el mercado descontando casi con certeza una bajada de 25 puntos básicos».
Los precios de la plata casi se han duplicado durante el año, pasando de un promedio de aproximadamente 30 dólares por onza a principios de 2025 hasta cotizar en torno a 62 dólares en las operaciones más recientes. Este desempeño ha superado incluso el alza del 60% experimentada por el oro, que ya había alcanzado máximos históricos.
Crisis de oferta y tensiones comerciales impulsan la demanda
El impulso alcista de la plata responde a una combinación de factores estructurales y coyunturales. Una crisis de suministro sin precedentes afectó al mercado de Londres en octubre, provocando una histórica contracción en la disponibilidad del metal. Datos de Bloomberg revelan que los inventarios chinos de plata se encuentran en su nivel más bajo en una década.
A diferencia del oro, la plata se produce principalmente como subproducto de la extracción de otros minerales, lo que limita la capacidad de las empresas mineras para responder rápidamente a incrementos en la demanda. Esta característica estructural ha amplificado los efectos del déficit de oferta.
La incertidumbre arancelaria constituye otro factor determinante. A comienzos de noviembre, el gobierno de Estados Unidos incluyó la plata en su Lista de Minerales Críticos de 2025, una designación normalmente reservada a materiales considerados estratégicos para la economía y la seguridad nacional. Este nuevo estatus sitúa al metal dentro del alcance de posibles investigaciones bajo la Sección 232, la misma herramienta legal utilizada anteriormente para justificar aranceles sobre el acero y el aluminio.
Las investigaciones de la Sección 232 permiten al gobierno estadounidense aplicar aranceles, cuotas de importación u otros límites a productos que generan una dependencia excesiva de fuentes extranjeras y que podrían perjudicar los intereses de seguridad nacional. Aunque no se ha iniciado ninguna investigación formal ni se han anunciado aranceles específicos, la mera posibilidad ha generado inquietud entre los operadores, impulsando el acopio preventivo de plata.
En los últimos meses se ha acumulado una enorme reserva de plata en Estados Unidos debido al temor por posibles aranceles promovidos por el presidente Donald Trump. Los inventarios de plata en la bolsa Comex se mantienen en torno a los 456 millones de onzas, tres veces su promedio histórico. Pese a que las reservas han comenzado a disminuir ligeramente en las últimas semanas, estos niveles siguen siendo extraordinariamente elevados.
Demanda industrial y la doble naturaleza de la plata
La escalada de la plata por encima de los 61,5 dólares refleja la reacción de un activo que combina dos perfiles: el de metal precioso refugio, que se beneficia de tipos más bajos y tensiones geopolíticas, y el de activo industrial, utilizado en sectores como electrónica, fotovoltaica y tecnologías avanzadas.
La plata se utiliza en joyería y acuñación de monedas, pero la demanda industrial representa más de la mitad del consumo total del metal. Es un material clave en la producción de vehículos eléctricos y paneles solares, sectores que han experimentado un crecimiento significativo. Esta doble naturaleza hace que la plata responda tanto a las expectativas de política monetaria como a las perspectivas de actividad económica real.
En un entorno en el que el mercado descuenta recortes de tipos y busca activos con potencial adicional de revalorización, el metal está capturando parte de la atención que suele centrarse casi exclusivamente en el oro.
Incertidumbre sobre el liderazgo de la Reserva Federal
El repunte de los metales preciosos llega en un momento en que el gobierno de Estados Unidos está entrevistando a los candidatos finales para sustituir al actual presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. De los tres principales candidatos, y en especial el favorito según las informaciones, Kevin Hassett, director del Consejo Económico Nacional de Donald Trump, se espera que apliquen recortes de tipos más agresivos, mientras que Powell ha supervisado un ritmo más lento de relajación.
Desde enero, la Fed bajo el mando de Powell ha recortado los tipos en dos incrementos de un cuarto de punto, una vez en septiembre y otra en octubre. Esta relajación gradual ha reducido los rendimientos de los activos que devengan intereses, elevando el atractivo de la plata y el oro como alternativas para los inversores.
Como la plata y el oro no ofrecen intereses ni dividendos, suelen perder atractivo cuando los tipos de Estados Unidos son altos y los inversores pueden obtener rendimientos más atractivos en efectivo y bonos. El cambio en las perspectivas de política monetaria ha revertido esta dinámica.
Divergencia entre metales preciosos
Mientras la plata protagonizaba avances históricos, el oro retrocedía ligeramente un 0,21% en ciertas operaciones, hasta los 4.203,20 dólares por onza, en un movimiento que refleja cierta toma de beneficios tras las subidas previas y una rotación táctica de parte de los flujos hacia la plata.
La divergencia entre ambos metales pone de relieve que, en la fase actual del ciclo, el mercado percibe a la plata como más apalancada al crecimiento y a la industria, mientras que el oro ya habría recogido buena parte de las expectativas de recortes de tipos y de búsqueda de refugio.
El comportamiento del resto de metales preciosos mostró ganancias moderadas. El índice Bloomberg Dollar Spot se mantuvo estable, mientras que el paladio y el platino registraron avances durante la jornada.
Perspectivas a corto plazo
Se espera que en las próximas semanas se publique la revisión de la Sección 232, disposición legal de la ley comercial de Estados Unidos que aborda los minerales críticos, lo cual podría delinear nuevos aranceles sobre las materias primas, incluyendo potencialmente la plata. Esta incertidumbre regulatoria mantiene a los operadores en estado de alerta y continúa impulsando el acopio preventivo.
La confluencia de factores estructurales —déficits de oferta, demanda industrial creciente— y coyunturales —política monetaria expansiva, incertidumbre arancelaria— configura un escenario favorable para la continuidad de precios elevados en la plata a corto plazo. Sin embargo, cualquier señal de un giro más restrictivo en la política de la Reserva Federal o una resolución definitiva sobre los aranceles podría provocar ajustes significativos en las cotizaciones.
Por ahora, los inversores mantienen su atención en la decisión de la Fed del miércoles y en las señales que la institución pueda proporcionar sobre el ritmo de normalización monetaria en 2026, conscientes de que estas variables serán determinantes para la evolución de los metales preciosos en los próximos meses.




