Brent y WTI registran descensos históricos mientras la OPEP+ triplica su oferta prevista
La decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) de incrementar significativamente su producción ha provocado un terremoto en los mercados energéticos globales. El precio del petróleo Brent, referencia clave para Europa y Vaca Muerta en Argentina, registró este lunes una pronunciada caída de hasta el 4,6% durante la sesión, alcanzando mínimos no vistos desde febrero de 2021.
Desplome histórico y recuperación parcial
El barril de Brent llegó a cotizarse en 58,41 dólares, frente a los 61,29 dólares del cierre anterior, aunque logró moderar su caída a lo largo de la jornada hasta estabilizarse en torno a los 59,60 dólares, lo que representa una bajada del 2,77%.
El impacto fue igualmente severo para el West Texas Intermediate (WTI), referencia en el mercado estadounidense, que cayó hasta los 55,30 dólares por barril, un descenso del 5,1% respecto al cierre anterior. Al final de la sesión, el WTI cerró con una caída más moderada del 3,04%, situándose en 56,52 dólares.
En lo que va del año, ambos índices acumulan pérdidas significativas: el Brent ha bajado aproximadamente un 20%, mientras que el WTI acumula una caída superior al 19%.
La sorpresiva decisión de la OPEP+
El origen de esta volatilidad se encuentra en el acuerdo tomado durante el fin de semana por los principales países exportadores de petróleo y sus aliados, que establece un aumento en la oferta de 411.000 barriles diarios a partir de junio, triplicando el incremento mensual originalmente planificado de 137.000 barriles diarios.
«Los ocho países de la OPEP+, que previamente anunciaron ajustes voluntarios adicionales en abril y noviembre de 2023, implementarán un ajuste (al alza) de 411.000 barriles diarios en junio de 2025», señaló el comunicado oficial emitido tras la reunión virtual celebrada el 3 de mayo.
Los principales actores de este aumento son Arabia Saudí, Rusia, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Kazajistán, Argelia y Omán, todos miembros del grupo OPEP+, que representa aproximadamente el 40% de la oferta mundial de petróleo.
Justificación y motivaciones subyacentes
La organización justificó esta decisión en «los sólidos fundamentos actuales del mercado, reflejados en los bajos inventarios de petróleo» y en perspectivas optimistas de una creciente demanda durante la temporada de vacaciones del verano boreal.
Sin embargo, los analistas identifican motivaciones más complejas detrás de esta medida. Por un lado, se interpreta como una acción disciplinaria contra miembros del grupo que han incumplido repetidamente sus compromisos de cuota, particularmente Kazajistán e Irak. Por otro lado, parece buscar el favor del gobierno estadounidense, interesado en reducir los precios del petróleo para contener la inflación y facilitar posibles recortes de tipos de interés por parte de la Reserva Federal.
Proyecciones y perspectivas del mercado
Según los expertos de DNB Markets, el impacto podría ser aún más profundo a medio plazo, con el Brent potencialmente cayendo por debajo de los 50 dólares por barril para finales de este año si la OPEC+ continúa acelerando sus aumentos de producción.
«Un precio del petróleo más bajo podría ayudar a reequilibrar el mercado petrolero y eliminar gradualmente el exceso de oferta inducido por la OPEC,» señalaron estos analistas, explicando que esto ocurriría mediante la reducción del suministro no-OPEC y estimulando la demanda.
Los analistas también subrayaron la importancia del «costo marginal de suministro a largo plazo», que se refiere al nivel de precio necesario para justificar la inversión en nueva capacidad de producción, especialmente de productores con costos más elevados.
El contexto económico global
La caída de los precios del petróleo se produce en un escenario económico complejo, marcado por tensiones comerciales entre Estados Unidos y China que han debilitado las perspectivas de demanda energética.
Los últimos datos económicos de las dos mayores economías del mundo evidencian este deterioro: la economía estadounidense se contrajo en el primer trimestre, mientras en China, mayor importador mundial de petróleo, la actividad manufacturera cayó a su nivel más bajo en 16 meses.
Las recientes declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump, indicando que podría considerar bajar los aranceles a China «en algún momento», y la respuesta de Pekín evaluando potenciales negociaciones comerciales, añaden un elemento adicional de incertidumbre a los mercados energéticos.
Futuro incierto para el mercado
Los ministros del sector de los ocho países clave de la OPEP+ volverán a reunirse el 1 de junio «para decidir los niveles de producción de julio», lo que mantiene a los mercados en alerta ante posibles nuevos ajustes en la oferta.
El grupo ha señalado que «los aumentos graduales podrán detenerse o invertirse en función de la evolución de las condiciones del mercado», subrayando su flexibilidad para seguir apoyando la estabilidad del mercado petrolífero.
Por ahora, los analistas consideran que el crudo ha pasado a ser un mercado impulsado principalmente por la demanda. «La perspectiva está más impulsada por la demanda en este momento porque los saudíes han quitado efectivamente las manos del volante en lo que respecta a la oferta», explicó Kyle Rodda, analista senior de mercado de Capital.com Australia, añadiendo que «cualquier repunte de los precios se deberá a una mejora de las condiciones de crecimiento, que en el futuro inmediato está ligada a la política comercial de EE.UU.»
Esta situación plantea interrogantes sobre la tolerancia de Arabia Saudita a los bajos precios del petróleo a largo plazo, en lo que algunos observadores comienzan a identificar como una potencial guerra de precios en el horizonte energético global.