back to top
25.2 C
Asunción
miércoles, abril 2, 2025

La guerra arancelaria de Trump amenaza el crecimiento económico global

- Anuncio -spot_img
- Anuncio -spot_img

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha reavivado las tensiones comerciales a nivel mundial. Su intensificada agenda proteccionista, materializada en el incremento de aranceles a las importaciones, está generando ondas expansivas en la economía global, provocando que organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revisen a la baja sus previsiones de crecimiento para los próximos años.

«Estamos navegando en aguas turbulentas», declaró Álvaro Santos Pereira, economista jefe del organismo internacional con sede en París, resumiendo el complejo panorama económico que se avecina. La incertidumbre generada por estas políticas proteccionistas no solo está afectando a las relaciones comerciales directas con Estados Unidos, sino que está reconfigurando las expectativas de crecimiento a nivel mundial.

Impacto directo en el crecimiento global

La OCDE ha reducido sus proyecciones de crecimiento mundial para 2025, situándolas en un 3,1%, frente al 3,3% que había previsto en su informe de diciembre. Esta revisión a la baja refleja el impacto de las tensiones comerciales y las incertidumbres geopolíticas que dominan el panorama económico actual.

Para Estados Unidos, motor de estas tensiones, la organización prevé un crecimiento del 2,2% en 2025 (dos décimas menos que en su proyección anterior) y del 1,6% para 2026, lo que supone una reducción de 0,5 puntos respecto a estimaciones previas. El propio Trump reconoció en un reciente discurso en el Congreso que su política arancelaria podría provocar «turbulencias» a corto plazo en la economía estadounidense, una preocupación que parece fundamentada según los análisis de los expertos.

Más dramáticas son las consecuencias para los vecinos norteamericanos. Canadá verá su crecimiento reducido al 0,7% en 2025, casi tres veces menos de lo proyectado anteriormente, mientras que México entrará en recesión con un -1,3%, tras un recorte de 2,5 puntos en las estimaciones previas. Estos países, altamente dependientes del comercio con Estados Unidos, son los primeros en sufrir el impacto directo de la política proteccionista de la administración Trump.

El doble impacto: shock de oferta y demanda

Los aranceles, que funcionan esencialmente como un impuesto a la importación, constituyen un claro ejemplo de shock de oferta negativo. Al encarecer los bienes importados, reducen la actividad económica y distorsionan las cadenas de valor globales que se han desarrollado durante décadas de globalización.

Pero el impacto va más allá del efecto directo sobre los precios. La incertidumbre sobre la aplicación efectiva de estas medidas —en términos de plazos, magnitud y productos afectados— genera un shock de demanda negativo paralelo. Las empresas posponen decisiones de inversión ante la falta de previsibilidad, creando un círculo vicioso que frena aún más el crecimiento.

Según las simulaciones realizadas por el Instituto Kiel para la Economía Mundial, utilizando su modelo KITE, los aranceles recientemente impuestos al acero y aluminio (del 25%) perjudicarán principalmente a Estados Unidos, mientras que tendrán consecuencias económicas negativas mínimas para la Unión Europea (apenas un 0,02% de reducción del PIB real). Sin embargo, como ya se ha mencionado, Canadá y México enfrentan repercusiones sustancialmente más graves.

Inflación: el efecto colateral inevitable

Otro de los efectos preocupantes de esta escalada proteccionista es su impacto en la inflación. La OCDE ha revisado al alza sus estimaciones inflacionarias, que se elevan ahora al 3,8% en los países del G20, tres décimas más que en diciembre.

En Estados Unidos, los efectos de la guerra comercial se dejarán notar especialmente, con una inflación proyectada del 2,8%, siete décimas superior a lo estimado a finales del año pasado. Según el Instituto Kiel, se espera que los precios en Estados Unidos aumenten alrededor de un 0,41% solo por el efecto de los aranceles al acero y aluminio.

Este repunte inflacionario podría complicar significativamente la política monetaria global. «Una inflación superior a la prevista impulsaría una política monetaria más restrictiva y podría dar lugar a un ajuste disruptivo de los precios en los mercados financieros», advierte la OCDE en su informe «Cómo navegar a través de la incertidumbre».

Europa: impacto desigual con España como excepción

Las economías europeas, aunque menos afectadas directamente por las medidas arancelarias ya implementadas, no escapan a la revisión a la baja de sus perspectivas de crecimiento. La OCDE ha reducido, por segunda vez consecutiva, sus previsiones para Alemania y Francia, las dos mayores economías de la eurozona.

Para Alemania, motor industrial europeo, la organización espera ahora un crecimiento de apenas el 0,4% este año, frente al 0,7% de sus previsiones anteriores. Francia se ha visto menos afectada, con una previsión del 0,8%, solo 0,1 puntos menos que en diciembre.

«Las economías europeas sufrirán menos efectos económicos directos de las medidas aduaneras incluidas en las proyecciones, pero el aumento de la incertidumbre geopolítica y política debería, no obstante, frenar el crecimiento», explica la OCDE en su informe.

En este panorama sombrío, España emerge como una notable excepción entre las principales economías europeas. Con una previsión de crecimiento del 2,6% para 2025, el país ibérico mantiene un dinamismo económico que contrasta con el estancamiento de sus vecinos del norte.

China resiste, Japón se debilita

En el frente asiático, Japón, otra gran economía estrechamente vinculada al comercio con Estados Unidos, ve reducida su previsión de crecimiento para 2025 al 1,1%, lo que supone 0,4 puntos menos que en las estimaciones previas.

China, por su parte, muestra una sorprendente resistencia en este entorno turbulento. Se espera que su crecimiento alcance el 4,8% en 2025, prácticamente sin cambios respecto a la previsión de diciembre (+0,1). Según la OCDE, «las consecuencias negativas de la imposición de derechos de aduana se compensan en gran medida con la adopción de medidas de apoyo reforzadas» por parte del gobierno chino.

El autoboicot estadounidense

Un aspecto paradójico de esta guerra arancelaria es el daño que Estados Unidos se está infligiendo a sí mismo. Según las proyecciones del Instituto Kiel, se espera que las exportaciones estadounidenses disminuyan un 1,37% como consecuencia directa de sus propias políticas proteccionistas.

El encarecimiento del acero y el aluminio importados incrementará significativamente los costos de producción en muchas industrias estadounidenses. Es probable que estos mayores costos sean trasladados por los productores nacionales a los clientes, lo que reducirá su competitividad internacional.

«Estos aranceles pueden parecer simbólicamente coherentes con la política proteccionista de Trump, ‘America First’, pero en última instancia perjudican los intereses económicos de Estados Unidos», afirma Julian Hinz, director de Investigación de Política Comercial del Instituto Kiel para la Economía Mundial.

Perspectivas y estrategias de adaptación

Ante este panorama, la diversificación de las relaciones comerciales y el fortalecimiento de la resiliencia económica se han convertido en prioridades estratégicas, especialmente para Europa y otras regiones vulnerables a los cambios en la política comercial estadounidense.

«Aunque los efectos directos de la política arancelaria de Trump en la UE son insignificantes, indican la posibilidad de nuevas medidas proteccionistas. La UE debe mantenerse alerta y preparada para una posible escalada», enfatiza Hinz.

La teoría económica y la evidencia empírica han demostrado repetidamente que los aranceles reducen la eficiencia económica, generan pérdidas de bienestar y distorsionan los mercados globales. A pesar de estas lecciones históricas, el resurgimiento del proteccionismo amenaza con revertir décadas de integración económica global.

Salvo que se imponga la racionalidad y se dé marcha atrás en estas políticas, a medida que avance 2025, tanto la eurozona como China y otros actores globales sentirán con mayor intensidad los efectos de esta oleada de proteccionismo estadounidense. La gran incógnita es si el sistema comercial internacional, ya debilitado por tensiones previas, podrá absorber este nuevo shock sin sufrir daños estructurales permanentes.

- Anuncio -spot_img

Mas Artículos

- Anuncio -spot_img

Ultimos Artículos