El retiro de los recursos del Fonacide y la exigencia de mayor rentabilidad por parte de las cajas de pensiones para invertir en bonos de la entidad presionan al alza las tasas de interés, explican.
Si bien el 2020 arrancó con una leve reducción de tasas de interés en uno de los productos para la vivienda, la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) se encuentra ante un inminente encarecimiento de sus fuentes de fondeo, debido al retiro de los recursos provenientes del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide).
Esto advierte José Maciel, presidente del banco público de segundo piso, y explica que la pérdida de recursos del Fonacide atenta contra la calificación de riesgos de la entidad y obliga a buscar fondos con mayores costos de captación, lo que ejerce presión sobre las tasas de interés con que se aprueban las líneas para el público final.
Recuerda que los recursos del Fonacide fueron asignados por Ley a la AFD, por un 7% del total, y que ascendía a alrededor de USD 20 millones al año, utilizados para capitalización. El 2020 es el segundo año consecutivo en que la AFD no dispone de estos fondos. “La AFD tiene un capital de USD 240 millones, USD 120 millones provinieron del Fonacide, eso nos ha ayudado a bajar las tasas y a mantenerlas bajas inclusive en un momento en que las tasas estaban subiendo”, relata.
“Si los siguientes años se sigue disponiendo de esos recursos para otros fines que no sean para los cuales fueron originalmente previstos, nos puede afectar en nuestro costeo de fondos. No solamente porque no vamos a contar con esos recursos, sino porque hasta las calificadoras de riesgo que veían eso como una fortaleza de la AFD a largo plazo para mantener su capital, probablemente van a pensar de otra manera. Si nuestra calificación se ve afectada, también nuestro fondeo podría verse afectado”, agrega.
A fines del 2019, la entidad emitió bonos por G. 400.000 millones en la Bolsa de Valores y Productos de Asunción (Bvpasa), a 6,3% de interés y tres años de plazo. Esta tasa se encuentra levemente por debajo del 7% con que salieron los últimos bonos del Tesoro a la Bolsa, en la emisión a cuatro años de plazo.
“Tenemos dificultades en cuanto al fondeo, principalmente lasque nos fondean son las cajas previsionales, tanto el IPS como la Caja Fiscal. Cada vez están exigiendo más rentabilidad sobre los bonos que la AFD coloca en el mercado, eso nos pone presión en las tasas de interés”, asevera Maciel.
El economista César Barreto, directivo de Banco Familiar, reconoce que son necesarios algunos ajustes adicionales para mejorar el acceso de las familias, especialmente de clase media, al crédito para la vivienda. Entre las alternativas, menciona a la conformación de un fondo de garantías que reduzca el riesgo para las entidades financieras, que a su vez disminuya el spread financiero y las tasas de interés de los préstamos. Habla también de flexibilizar los mecanismos de refinanciación y reestructuración de los créditos, dados los niveles mayores de vulnerabilidad de la población objetivo. Considera que, a mediano plazo, sería importante una participación directa de los fondos previsionales, invirtiendo en carteras securitizadas de préstamos hipotecarios, que podría ser a través de la constitución de fondos fiduciarios que puedan ser administrados por la propia AFD.
“Con esto asumirían una parte del riesgo de la cartera securitizada y puede reducir el spread financiero, que sería trasladado directamente a la tasa de interés a los tomadores del crédito”, dice.“La oferta de créditos de vivienda con fondos de la AFD a plazos de hasta veinte años es bastante extensa actualmente con distintos bancos, cooperativas y financieras (Instituciones Financieras Intermediarias-IFIs). Sin embargo, es un producto de oferta conjunta, por lo cual debe haber generación y oferta de viviendas de distintos niveles y precios para que la oferta de créditos sea relevante para las personas de distintos niveles de ingresos que tenemos en distintas ciudades del país”, destaca.
Para el 2020, la AFD tiene recursos comprometidos en emisión de bonos por G. 1,2 billones, cerca de USD 200 millones. La recuperación de cartera será de unos USD 150 millones, lo que sumado a préstamos internacionales en ejecución y nuevos, sumarán más de USD 300 millones en recursos disponibles para prestar en el presente año.