El banco brasileño Itaú Unibanco Holding SA, la entidad financiera más grande del país, ejecutó el despido de aproximadamente mil trabajadores en modalidad híbrida tras implementar un sistema de monitoreo digital que detectó niveles de actividad laboral significativamente por debajo de los estándares institucionales. La medida, que se concretó el lunes 8 de septiembre, ha generado una fuerte controversia sobre los límites del trabajo remoto y la supervisión tecnológica de empleados en el sector bancario brasileño.

El sistema de monitoreo que desencadenó los despidos masivos

La decisión de Itaú se basó en un exhaustivo seguimiento digital implementado desde enero de 2024, que monitoreó la actividad de sus empleados a través de software especializado instalado en los equipos de trabajo. El banco elaboró dos listas internas que circularon entre la alta dirección: una contenía empleados que habían incumplido las políticas de teletrabajo, mientras que la segunda incluía nombres de trabajadores cuya actividad digital estaba por debajo del promedio institucional.

Los datos recopilados durante cuatro meses revelaron disparidades alarmantes en los niveles de actividad. Algunos de los empleados despedidos registraban conexiones de apenas el 20% de su jornada laboral, contrastando dramáticamente con el promedio del 75% establecido para toda la organización. En casos específicos, el personal había acumulado horas extras mientras el sistema de monitoreo indicaba períodos prolongados de inactividad durante el día.

Esta situación fue catalogada por Itaú como un «abuso de confianza» incompatible con los principios fundamentales de la institución. El banco justificó su acción señalando que los empleados habían consentido este monitoreo al firmar documentos internos que autorizaban el seguimiento de su uso de software, videollamadas y actividades de capacitación.

El panorama del trabajo híbrido en el sector bancario brasileño

Los despidos ocurren en un contexto donde el sector bancario brasileño mantiene una adopción gradual del modelo híbrido, diferenciándose del enfoque más agresivo de retorno a la oficina implementado por sus contrapartes estadounidenses. En Itaú, aproximadamente el 60% de su plantilla total de 96.000 empleados, registrada a finales de junio, opera bajo algún tipo de acuerdo híbrido.

Esta tendencia se replica en otras instituciones financieras del país. Banco Bradesco SA, el segundo banco privado más grande de Brasil, mantiene cerca del 50% de sus aproximadamente 82.000 empleados en modalidad híbrida. Por su parte, el estatal Banco do Brasil SA cuenta con 24.858 trabajadores en esquema híbrido y 619 empleados en trabajo completamente remoto, de un total de aproximadamente 86.000 trabajadores reportados en junio.

Según datos de Febraban, la federación de bancos brasileños, alrededor del 70% de los empleados administrativos del sector bancario del país trabajan de forma remota o en configuración híbrida, excluyendo a los trabajadores de sucursales. Esta estadística evidencia la magnitud de la transformación laboral que ha experimentado el sector financiero brasileño.

Controversias sobre la efectividad del monitoreo digital

Los detalles emergentes sobre los despidos han revelado las potenciales limitaciones del sistema de monitoreo implementado por Itaú. Varios empleados afectados, que hablaron bajo condición de anonimato por temor a afectar sus posibilidades de recontratación, reportaron haber recibido ascensos recientes y evaluaciones positivas de desempeño, generando confusión sobre la justificación de sus despidos repentinos.

Algunos trabajadores explicaron que la naturaleza de sus funciones requería períodos prolongados sin interacción digital, como durante la ejecución de código o tareas de análisis profundo. Otros afirmaron haber alcanzado sus objetivos de rendimiento a pesar de que su actividad digital apareciera como interrumpida en el sistema de monitoreo.

Un caso particular involucró a un empleado que trabajó menos horas durante días de trabajo presencial después de laborar fines de semana para entregar proyectos, mientras otro explicó que su menor actividad y las horas extra registradas se debieron a exigencias planteadas al final de turnos menos demandantes. Varios trabajadores reportaron que sus supervisores directos les confirmaron que el despido no se relacionaba con su rendimiento laboral.

Respuesta sindical y acciones legales en curso

El Sindicato de Trabajadores Bancarios de São Paulo, Osasco y Región anunció el 11 de septiembre su intención de presentar una demanda colectiva contra Itaú para lograr la reincorporación de los empleados despedidos. La presidenta del sindicato, Neiva Ribeiro, criticó la falta de transparencia en el proceso, declarando en conferencia de prensa que «el banco creó una métrica y no sabemos cuál es».

El sindicato estimó que mil trabajadores perdieron sus empleos, con el 99% de los casos concentrados en São Paulo. La entidad sindical argumentó que Itaú violó normas básicas de protección laboral e ignoró la mesa de negociación colectiva establecida.

En su comunicado oficial, el sindicato destacó que «los despidos masivos promovidos por Itaú irrespetan a los trabajadores, al Convenio Colectivo de Trabajo del rubro bancario y a la legislación brasileña, que determinan la necesidad de una negociación previa con el movimiento sindical en casos como este».

Ribeiro enfatizó la incongruencia entre la situación financiera del banco y las medidas adoptadas: «Itaú violó las normas básicas de protección laboral e hizo caso omiso de la mesa de negociación colectiva. Un banco que genera miles de millones de dólares en ganancias no puede tratar a los trabajadores como si fueran desechables».

Impacto financiero y perspectivas futuras del modelo híbrido

Los despidos han generado particular controversia considerando la sólida situación financiera de Itaú. Según datos oficiales, el banco registró ganancias de más de 22.600 millones de reales brasileños (aproximadamente 4.189 millones de dólares estadounidenses) únicamente en los primeros seis meses del año.

Esta situación financiera robusta ha intensificado las críticas sobre la necesidad de los despidos masivos, especialmente considerando que no se fundamentaron en problemas de rendimiento laboral sino en métricas de actividad digital.

A pesar de la controversia generada en redes sociales y los cuestionamientos sobre el futuro del teletrabajo en la institución, Itaú ha reafirmado su compromiso con el modelo híbrido. El banco declaró que no pretende reducir su plantilla total y que continuará con procesos de contratación, reemplazando los puestos de forma gradual y caso por caso.

La institución financiera ha defendido que estas medidas fortalecerán el trabajo híbrido y flexible, promoviendo lo que denomina «autonomía responsable» entre sus empleados. Sin embargo, la implementación de sistemas de monitoreo tan exhaustivos plantea interrogantes sobre el equilibrio entre la supervisión laboral y la confianza en el trabajo remoto.

Implicaciones para el futuro del trabajo híbrido en Brasil

El caso de Itaú representa un punto de inflexión en el debate sobre el trabajo híbrido en Brasil y podría sentar precedentes para otras empresas del sector financiero y de la economía en general. La controversia ha reavivado discusiones sobre los métodos apropiados de supervisión de empleados remotos y los límites éticos del monitoreo digital en el lugar de trabajo.

Las acciones legales iniciadas por el sindicato y la respuesta de otras instituciones financieras a este caso podrían influir significativamente en la evolución de las políticas de trabajo híbrido en Brasil. La resolución de este conflicto laboral será observada de cerca por empresas, trabajadores y reguladores como un indicador de los estándares futuros para la gestión del trabajo remoto en el país.

La situación también plantea preguntas fundamentales sobre la adaptación de las métricas de productividad tradicionales a los nuevos modelos de trabajo, especialmente en sectores como el bancario donde la medición del rendimiento ha dependido históricamente de la presencia física y la supervisión directa.