Las grandes empresas tecnológicas estadounidenses están protagonizando la mayor ola de inversión en inteligencia artificial de la historia, con un gasto proyectado de US$350.000 millones durante 2024 que ya representa hasta el 2% del producto interno bruto nacional. Microsoft, Meta, Alphabet y Amazon han presentado resultados trimestrales que superaron las expectativas del mercado, consolidando a la IA como el principal motor de crecimiento económico del sector.
Microsoft alcanzó el jueves una valoración histórica de US$4 billones, convirtiéndose en la segunda empresa en lograr este hito después de Nvidia. Las acciones de la compañía de Redmond subieron más del 6% tras anunciar un gasto récord de US$30.000 millones para el trimestre actual, respaldado por el sólido desempeño de su plataforma de computación en nube Azure.
Por su parte, Meta experimentó un salto aún más espectacular del 12,2% en sus acciones, alcanzando máximos históricos que añadieron aproximadamente US$200.000 millones a su capitalización de mercado de US$1,75 billones. La empresa de Mark Zuckerberg elevó el límite inferior de su previsión anual de gastos de capital en US$2.000 millones, estableciendo un rango de entre US$66.000 y US$72.000 millones.
Alphabet incrementa presupuesto de IA en US$10.000 millones adicionales
Alphabet, matriz de Google, también superó las expectativas de ingresos y aumentó su previsión de gasto en US$10.000 millones, elevando su presupuesto anual a US$85.000 millones. Esta decisión refleja la estrategia de la compañía para aliviar la escasez de capacidad que ha limitado su habilidad para satisfacer la creciente demanda por servicios de inteligencia artificial.
Los resultados del trimestre abril-junio mostraron que la IA desempeñó un papel fundamental en el impulso de la demanda por búsquedas en Internet, publicidad digital y computación en nube, generando un crecimiento significativo en los ingresos de los gigantes tecnológicos.
Azure genera US$75.000 millones y Copilot alcanza 100 millones de usuarios
Microsoft reveló por primera vez cifras concretas sobre el rendimiento financiero de sus servicios de IA. La plataforma Azure generó más de US$75.000 millones en ventas durante su último año fiscal, mientras que las herramientas Copilot alcanzaron más de 100 millones de usuarios. En total, aproximadamente 800 millones de clientes utilizan herramientas de IA distribuidas a través del extenso ecosistema de software de Microsoft.
Estas cifras representan una competencia directa con otros líderes del sector. Alphabet informó que su aplicación de asistente de IA Gemini cuenta con más de 450 millones de usuarios activos mensuales, mientras que ChatGPT de OpenAI mantiene aproximadamente 500 millones de usuarios activos semanales.
La IA como sostén económico: 0,7% de crecimiento proyectado para 2025
Los economistas han comenzado a dimensionar el impacto macroeconómico de esta ola de inversiones. Jens Nordvig, fundador de Exante Data, calculó que las inversiones en IA podrían impulsar el crecimiento económico estadounidense hasta en un 0,7% durante 2025, lo que representaría la mitad de la previsión de crecimiento total del año según la Reserva Federal.
Sin embargo, este crecimiento presenta características particulares al estar altamente concentrado en el sector tecnológico y sus cadenas de suministro. Aunque las obras de construcción iniciales benefician a regiones como Texas y Virginia del Norte, los centros de datos requieren relativamente poca mano de obra permanente una vez operativos.
Callie Bost, estratega de mercados en Ritholtz Wealth Management, advirtió sobre esta dependencia: «El complejo de la IA parece cargar ahora con el peso de la economía». Esta concentración genera preocupaciones sobre la vulnerabilidad del crecimiento económico si la bonanza de la IA experimentara una desaceleración.
Gasto histórico supera programa espacial Apolo
La magnitud de las inversiones actuales establece nuevos récords históricos. Entre 2023 y finales de 2024, estos gigantes tecnológicos invertirán más que en todos los años comprendidos entre 2010 y 2022, período durante el cual la industria experimentó un fuerte crecimiento global.
Para poner estas cifras en perspectiva, el gasto de las grandes tecnológicas en IA durante un solo año supera significativamente el costo del histórico programa Apolo de la NASA, que en dólares actuales representó US$180.000 millones, muy por debajo de los US$350.000 millones que el sector invertirá únicamente en 2024.
Meta proyecta incremento de gastos hasta 2026
Meta ha sido particularmente agresiva en sus proyecciones de gasto. La compañía anunció que los costos derivados de sus esfuerzos por competir en la intensificada carrera de IA de Silicon Valley elevarán la tasa de crecimiento de gastos de 2026 por encima del ritmo previsto para 2025.
Mark Zuckerberg ha lanzado una intensa campaña de contrataciones para su división de «superinteligencia», ofreciendo cientos de millones de dólares en salarios. En un documento publicado el 30 de julio, Zuckerberg previó que la IA abrirá «una nueva era de productividad y desarrollo económico».
Nvidia: el gran beneficiario de la carrera tecnológica
Nvidia, el principal fabricante mundial de chips para IA, se ha posicionado como el gran beneficiario de esta carrera tecnológica. La compañía logró US$44.000 millones en ingresos solo en el último trimestre, convirtiendo a muchos de sus empleados en millonarios mediante opciones sobre acciones y a algunos ejecutivos en multimillonarios.
Advertencias sobre sostenibilidad y rentabilidad
Pese al entusiasmo de los inversores, existen voces críticas que cuestionan la sostenibilidad de estas inversiones. Paul Kedrosky, inversor tecnológico y asociado de investigación en el MIT Initiative on the Digital Economy, advirtió: «Esta expansión parte del supuesto, erróneo, de que se puede mantener una tasa razonable de retorno en el tiempo».
Los analistas recuerdan que proyectos de alto perfil anunciados en el pasado por grandes tecnológicas no siempre se materializaron, citando como ejemplo el plan de Foxconn para construir una planta de US$10.000 millones en Wisconsin que nunca se concretó.
Comparaciones históricas: ¿Nueva burbuja tecnológica?
Las inversiones actuales en IA han generado comparaciones con episodios históricos de gasto masivo en infraestructura. La única referencia superior es la fiebre del ferrocarril en Estados Unidos a finales del siglo XIX, cuando la inversión en infraestructuras alcanzó el 6% del PIB.
Sin embargo, existen diferencias fundamentales. A diferencia del ferrocarril, cuya infraestructura perduró y revolucionó el transporte, los centros de datos de IA tienen una vida útil relativamente corta y costos de mantenimiento elevados. Las GPU en las que se basan deben renovarse cada pocos años, planteando interrogantes sobre su rentabilidad a largo plazo.
Perspectivas futuras: entre el optimismo y la cautela
Brian Mulberry, gestor de carteras de Zacks Investment Management, mostró optimismo sobre el desempeño del sector: «Los grandes han vuelto. Esto simplemente demuestra que los Siete Magníficos siguen siendo magníficos en este momento».
Josh Gilbert, analista de mercado de eToro, coincidió en esta evaluación positiva: «Es el tipo de resultado que acalla rápidamente cualquier duda sobre la nube o la demanda por IA. Microsoft está justificando con creces su gasto».
Sin embargo, persisten interrogantes sobre si este motor tecnológico será suficiente para sostener el crecimiento económico mientras otros sectores muestran signos de enfriamiento. Un dato revelador: si no fuera por la inversión masiva en IA, el PIB de Estados Unidos podría haberse contraído un 2,1% en el primer trimestre de 2025.
La pregunta fundamental que enfrentan los mercados es si la inteligencia artificial cumplirá las expectativas generadas por esta inversión histórica, o si estamos presenciando la formación de una nueva burbuja tecnológica. Lo que resulta indiscutible es que la IA se ha convertido en el principal catalizador del crecimiento económico estadounidense, con implicaciones que trascienden el sector tecnológico y se extienden a toda la economía nacional.