El Banco Central del Paraguay (BCP) ratificó este miércoles que la inflación mensual de junio se mantuvo en 0%, replicando el resultado de mayo en un escenario caracterizado por comportamientos divergentes en el índice de precios al consumidor. La estabilidad nominal encubre, sin embargo, presiones inflacionarias persistentes que mantienen el costo de vida en niveles elevados para los consumidores paraguayos.
El resultado mensual neutro contrasta con una inflación interanual que escaló al 4,0%, superando el 3,6% registrado en mayo, mientras que la variación acumulada del primer semestre alcanzó el 3,0%. Estas cifras evidencian que, pese a la aparente calma en los precios mensuales, las presiones de costos continúan operando en la economía doméstica.
Dinámicas compensatorias definen el panorama de precios
El fenómeno de inflación cero en junio respondió a un equilibrio precario entre sectores con alzas y bajas de precios. Los incrementos registrados en combustibles, indumentaria y servicios fueron neutralizados por reducciones en alimentos básicos, particularmente carnes, frutas y verduras, además de bienes durables importados.
La autoridad monetaria enfatizó que esta reducción no implica un retorno a niveles de precios bajos, manteniendo su postura cautelosa respecto a la evolución del costo de vida. «Esta reducción no implica que los precios estén en nivel bajo. Si bien mostró un retroceso, no implica que los precios estén en niveles bajos», precisaron desde el BCP.
Sector alimentario: alivio temporal tras festividades patrias
El segmento alimentario experimentó una deflación del 1% en junio, aunque acumula una variación del 5,4% en el primer semestre del año. Las carnes vacunas y porcinas lideraron las reducciones, concentrándose particularmente en cortes tradicionales para asado. Los comerciantes atribuyen este comportamiento a la normalización de la demanda tras la conclusión de las celebraciones patrias.
Acompañaron esta tendencia bajista las frutas y verduras, que registraron la mayor variación negativa del sector con -4,8% mensual, junto con huevos, harinas, arroz y pescados. No obstante, el alivio fue parcial: las frutas y verduras acumulan una inflación del 12,3% en el año, reflejando la volatilidad estructural de estos productos.
En el extremo opuesto, las bebidas no alcohólicas, dulces, postres, aderezos, comidas semielaboradas y productos lácteos mantuvieron presión alcista. Los lácteos, incluyendo leche líquida, en polvo, yogures y quesos, registraron incrementos que contribuyeron a sostener la inflación sectorial acumulada.
Combustibles: principal vector de presión inflacionaria
Los derivados del petróleo constituyeron el factor de mayor incidencia alcista en el resultado general. El gasoil común y aditivado, las naftas común y súper, además del gas licuado doméstico, experimentaron incrementos que reflejaron las tensiones en los mercados energéticos internacionales.
Esta dinámica en el sector energético trasciende el impacto directo en el consumo doméstico, generando efectos de segundo orden en los costos de transporte y producción que eventualmente se trasladan a otros sectores de la economía.
Servicios mantienen trayectoria alcista sostenida
El sector servicios registró una variación mensual del 0,1%, acumulando 1,8% en el primer semestre. Los incrementos se concentraron en cuidado personal, transporte interurbano, alquileres, gastronomía, limpieza, servicios financieros, telefonía móvil y cuidado de mascotas.
Esta tendencia alcista en servicios refleja presiones estructurales vinculadas a costos laborales y energéticos, así como ajustes tarifarios en sectores regulados. La persistencia de estos aumentos sugiere una inflación de servicios más resistente a la baja que la observada en bienes.
Bienes durables: beneficio del tipo de cambio
Los bienes durables, incluyendo automóviles, camionetas, motocicletas y electrodomésticos, experimentaron reducciones de precios vinculadas a la evolución favorable del tipo de cambio del guaraní frente al dólar estadounidense. Esta dinámica beneficia particularmente a productos importados, ofreciendo alivio a segmentos específicos del consumo.
Inflación núcleo evidencia presiones subyacentes
La inflación núcleo, que excluye alimentos y energía, cerró junio en 0,2% mensual y 2,4% acumulado, alcanzando 4% en términos interanuales. Esta medida, considerada más representativa de las tendencias inflacionarias de mediano plazo, sugiere que las presiones de precios permanecen activas en la economía paraguaya.
Perspectivas: equilibrio frágil en un contexto complejo
Los resultados de junio confirman un equilibrio temporal en los precios al consumidor, sustentado en compensaciones entre sectores más que en una desaceleración generalizada de la inflación. La autoridad monetaria enfrenta el desafío de mantener la estabilidad de precios en un contexto donde factores externos, como los costos energéticos, y dinámicas internas, como las presiones en servicios, continúan operando.
La evolución futura dependerá crucialmente de la capacidad de la economía paraguaya para absorber choques externos y de la efectividad de las políticas monetarias para anclar expectativas inflacionarias. El segundo semestre presentará nuevos desafíos, particularmente si las presiones en combustibles y servicios se intensifican o si factores climáticos afectan la producción alimentaria local.
Para los consumidores paraguayos, la inflación cero mensual ofrece un respiro temporal, aunque el nivel general de precios permanece significativamente por encima de períodos anteriores, manteniendo la presión sobre el poder adquisitivo de los hogares.