Trump redefine su estrategia arancelaria en un giro inesperado

En un dramático desarrollo de la política comercial estadounidense, el presidente Donald Trump ha modificado sustancialmente su enfoque arancelario, elevando los gravámenes sobre productos chinos hasta un histórico 125%, mientras simultáneamente otorga una pausa de 90 días para la imposición de aranceles más altos a otros socios comerciales.

Este miércoles, a través de un mensaje en su red social Truth Social, Trump anunció esta doble estrategia que intensifica específicamente la presión sobre China mientras reduce temporalmente la tensión con el resto del mundo comercial. «En algún momento, ojalá en un futuro cercano, China se dará cuenta de que la época en que estafaba a Estados Unidos y a otros países ya no es sostenible ni aceptable», declaró el mandatario estadounidense en su plataforma.

Detalles de la nueva política arancelaria

La revisión de la estrategia arancelaria de Trump establece varios componentes clave:

  • Un aumento inmediato de los aranceles a productos chinos del 104% anterior hasta un contundente 125%
  • Una pausa de 90 días en la implementación de aranceles más elevados para más de 60 países
  • La imposición de un arancel universal temporal del 10% para todos los países (excepto China, México y Canadá)
  • Mantenimiento de los aranceles previamente anunciados sobre automóviles, acero y aluminio que afectan a productos mexicanos y canadienses

Esta medida representa un cambio significativo respecto al plan inicial presentado la semana pasada, que había provocado turbulencias en los mercados globales y generado preocupación entre los socios comerciales de Estados Unidos.

Escalada de tensiones entre las dos potencias económicas

La confrontación comercial entre Estados Unidos y China ha alcanzado un nuevo nivel de intensidad. Antes del anuncio de Trump, China ya había activado represalias elevando sus propios aranceles contra productos estadounidenses hasta el 84%, una medida que el gobierno chino defendió afirmando tener «una voluntad firme» y «recursos abundantes» para responder «con determinación».

El intercambio de productos entre ambas potencias es significativo y afecta a sectores clave. En 2024, Estados Unidos exportó bienes a China por valor de US$ 143.500 millones, mientras que China envió productos a Estados Unidos por US$ 439.000 millones, creando un desequilibrio comercial que ha sido objeto de críticas constantes por parte de Trump.

«La escalada de aranceles de Estados Unidos sobre China es un error tras otro, que infringe gravemente los derechos e intereses legítimos de China y daña seriamente el sistema de comercio multilateral basado en reglas», declaró la Comisión Arancelaria del Consejo de Estado de China.

Impacto en sectores económicos clave

Esta guerra arancelaria afectará particularmente a importantes sectores exportadores de ambos países. Las principales exportaciones estadounidenses a China incluyen soja, aeronaves civiles, microchips, productos farmacéuticos, petróleo y automóviles. Por su parte, las importaciones desde China más vulnerables a los nuevos aranceles son la electrónica de consumo (teléfonos móviles, televisores, computadoras), electrodomésticos, juguetes y calzado.

El sector del calzado resulta especialmente vulnerable, considerando que el 99% de los zapatos vendidos en Estados Unidos son importados, con un 56% fabricados en China, según datos de la asociación Footwear Distributors & Retailers of America.

Reacciones del mercado y análisis económico

A pesar de la escalada con China, los mercados reaccionaron positivamente al anuncio de la pausa arancelaria para otros países. Los analistas sugieren que la venta masiva de bonos estadounidenses en los días previos y el aumento del costo de endeudamiento del gobierno de Washington fueron factores decisivos para que Trump modificara parcialmente su plan.

«Aunque el presidente Trump logró resistir la caída del mercado bursátil, una vez que el mercado de bonos también comenzó a debilitarse, era solo cuestión de tiempo antes de que desistiera de sus exorbitantes aranceles», declaró Paul Ashworth, economista jefe para Norteamérica de Capital Economics.

Negociaciones en el horizonte

Trump ha enfatizado que este enfoque arancelario busca impulsar negociaciones comerciales más favorables para Estados Unidos. «Se llegará a un acuerdo con China, se llegará a un acuerdo con cada uno de ellos», aseguró el mandatario ante las cámaras, proyectando confianza en que eventualmente se alcanzarán acuerdos satisfactorios.

Según el secretario del Tesoro Scott Bessent, más de 75 países se han comunicado con el gobierno estadounidense para «negociar una solución a los asuntos que se discuten en referencia a comercio, barreras comerciales, aranceles, manipulación de divisas y aranceles no monetarios».

Perspectivas a futuro inmediato

La pausa de 90 días establece un período crítico para las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y sus socios. Sin embargo, los expertos advierten que las conversaciones con China podrían ser especialmente complicadas dada la magnitud del aumento arancelario y la firmeza de las posturas de ambas partes.

«Es difícil que alguna de las partes ceda en los próximos días», señaló Ashworth. «Pero sospechamos que las conversaciones finalmente se concretarán, aunque parece improbable una reducción total de todos los aranceles adicionales aplicados desde el día de la investidura».

La incertidumbre persiste sobre qué ocurrirá cuando finalice el período de 90 días. Mientras tanto, el mundo comercial observa con atención cómo se desarrolla esta renovada guerra arancelaria entre las dos economías más grandes del planeta, que tiene el potencial de reconfigurar significativamente el panorama económico global.