El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de un arancel del 25% a todos los automóviles fabricados fuera del país, en un esfuerzo por impulsar la manufactura nacional y reducir el déficit comercial. La medida, que entrará en vigor el 2 de abril de 2025, amplía la guerra comercial de su administración y podría generar consecuencias significativas para el sector automotriz y la economía global.
Una medida que sacude los mercados financieros
Trump calificó la medida de “muy modesta”, pero los mercados reaccionaron con preocupación. Tras el anuncio, el índice S&P 500 cayó un 1,1%, el Nasdaq 100 se desplomó un 1,8%, el Dow Jones perdió un 0,3% y un indicador Bloomberg de megacaps retrocedió un 3%. El Russell 2000 también cayó un 1%. Los inversionistas temen que los aranceles puedan afectar negativamente a la industria automotriz y agravar las tensiones comerciales con socios estratégicos.
Detalles de los aranceles y su posible expansión
La medida anunciada se enmarca en una política más amplia de “aranceles recíprocos”, con la cual Estados Unidos pretende contrarrestar las barreras comerciales impuestas por otros países. Según Trump, algunos socios comerciales podrían recibir exenciones o reducciones, pero advirtió que también podría imponer gravámenes adicionales a productos como la madera, los semiconductores y los medicamentos.
La aplicación de estos aranceles afectaría a fabricantes de países como Japón, Alemania y Corea del Sur, cuyos automóviles representan una gran parte de las importaciones estadounidenses. En 2024, Estados Unidos importó más de 240.000 millones de dólares en automóviles y camiones ligeros, por lo que el impacto económico de la medida podría ser significativo.
Efecto en la industria automotriz y los consumidores
El sector automotriz norteamericano depende de una cadena de producción altamente integrada entre Estados Unidos, México y Canadá. Estos nuevos aranceles podrían aumentar los costos de fabricación y encarecer los vehículos en el mercado estadounidense.
Según un estudio reciente, los aranceles a Canadá, México y China incrementarían el costo de producción de un crossover en aproximadamente 4.000 dólares, mientras que el de un vehículo eléctrico fabricado en EE.UU. podría aumentar hasta en 12.000 dólares. Esto repercutiría directamente en los consumidores, quienes enfrentarían precios más altos y menor oferta de modelos.
Trump defiende su estrategia arancelaria
El presidente Trump sostiene que los aranceles traerán beneficios a largo plazo para la industria estadounidense. Ha enfatizado que su estrategia ya está dando resultados y, como prueba de ello, destacó el plan de expansión en EE.UU. de Hyundai Motor Co., valorado en 21.000 millones de dólares.
«Es una clara demostración de que los aranceles funcionan con mucha fuerza», declaró Trump tras recibir a ejecutivos de la compañía surcoreana en la Casa Blanca.
Preocupación de expertos
La imposición de un arancel del 25% a los vehículos importados marca un giro drástico en la política comercial de Estados Unidos. Mientras la administración Trump argumenta que fortalecerá la manufactura nacional y generará empleos, los expertos advierten sobre el encarecimiento de los automóviles, la posible reducción de oferta y las crecientes tensiones comerciales con aliados clave.
Con un nuevo paquete de aranceles en el horizonte, la economía global se mantiene en vilo ante las repercusiones de estas medidas y las posibles represalias de otros países.