La carrera por dominar el futuro de la movilidad ha llevado a los principales fabricantes de automóviles a mirar hacia el cielo. Toyota, Honda y Geely están destinando cientos de millones de dólares a proyectos aeroespaciales con el objetivo de fortalecer la infraestructura de conectividad para sus vehículos y asegurar su competitividad en la era de los automóviles inteligentes y autónomos.

La nueva frontera automotriz: inversiones estratégicas en el espacio

Los gigantes de la industria automotriz han comenzado a invertir significativamente en tecnología espacial como parte de una estrategia integral para mejorar los sistemas de navegación, mapeo y asistencia a la conducción de sus vehículos. Toyota, a través de su subsidiaria de software de movilidad «Woven by Toyota», anunció en enero una inversión de 44 millones de dólares (aproximadamente 42,6 millones de euros) en la empresa japonesa de cohetes Interstellar Technologies.

Honda, por su parte, no se ha quedado atrás y desde 2019 desarrolla un cohete reutilizable destinado a lanzar satélites a la órbita terrestre baja. Mientras tanto, el conglomerado chino Geely Holding Group, competidor directo de Tesla, ha invertido 326 millones de dólares para fabricar sus propios satélites.

Estas inversiones reflejan una tendencia creciente en la industria, donde otras compañías automotrices como Ford y Mercedes-Benz también han explorado asociaciones con empresas espaciales ya establecidas para mejorar la cobertura de internet en regiones remotas y el monitoreo de vehículos en tiempo real.

La alianza Toyota-Interstellar: transformando la producción de cohetes

La colaboración entre Toyota e Interstellar Technologies va más allá de una simple inversión financiera. Woven by Toyota liderará la Serie F de inversión en Interstellar con una aportación inicial de aproximadamente 7.000 millones de yenes, a la que se sumarán nuevas inversiones en una segunda fase. Además, Toyota contribuirá con un director para fortalecer la gobernanza corporativa de la empresa espacial.

Esta alianza representa un hito importante para la industria espacial japonesa, que busca aumentar su capacidad de lanzamientos. Frente a los 116 lanzamientos realizados por Estados Unidos y los 63 de China en 2023, Japón sólo completó tres. El gobierno japonés tiene como objetivo incrementar esta capacidad a 30 lanzamientos anuales para principios de la próxima década.

Takahiro Inagawa, CEO de Interstellar Technologies, destacó la importancia de la colaboración: «Esta alianza nos permitirá evolucionar desde una fabricación artesanal a una cadena de suministro escalable, acercándonos a nuestra visión de un futuro donde todos puedan acceder al espacio.»

Desde 2020, ambas empresas han trabajado juntas mediante el intercambio de personal, con la participación de 11 empleados del Grupo Toyota en proyectos clave de Interstellar. El objetivo ahora es avanzar hacia la producción en masa de cohetes mediante la reducción de costos, acortamiento de tiempos y fortalecimiento de la cadena de suministro.

El impacto de la conectividad satelital en los vehículos modernos

Los automóviles actuales dependen cada vez más de la tecnología satelital para funciones esenciales como geolocalización, actualizaciones de software y servicios de entretenimiento. A medida que la industria avanza hacia modelos de vehículos conectados y autónomos, la necesidad de infraestructura tecnológica propia se vuelve más apremiante.

Micah Walter-Range, presidente de la consultora Caelus Partners, explicó que los satélites desarrollados por estas empresas automotrices tienen aplicaciones cruciales para mejorar la navegación de los automóviles, proporcionar mapas de alta resolución y ofrecer datos en tiempo real que contribuyen al desarrollo de vehículos autónomos. La información recolectada desde el espacio permite una mayor conciencia situacional en las carreteras.

Otra aplicación clave es la comunicación entre vehículos y la infraestructura vial. Los sistemas de transporte inteligentes requieren una conectividad constante para optimizar el tráfico, reducir accidentes y mejorar la eficiencia del transporte público y privado, soluciones fundamentales para la expansión de las ciudades inteligentes y la movilidad sostenible.

Un mercado multimillonario en expansión

Las inversiones en tecnología espacial por parte de los fabricantes de automóviles también responden a proyecciones económicas prometedoras. Un informe citado por CNBC estima que los automóviles conectados podrían generar un mercado de 742 mil millones de dólares anuales para 2030. Los fabricantes buscan ampliar sus fuentes de ingresos mediante servicios adicionales que se pueden ofrecer después de la venta del vehículo.

Walter-Range señaló que, en el sector tecnológico, empresas como Apple han pasado de vender dispositivos a generar ingresos por servicios continuos, y un modelo similar podría aplicarse a la industria automotriz. Entre los nuevos modelos de negocio destaca la suscripción a sistemas de asistencia avanzada al conductor.

General Motors (GM) ha desarrollado Super Cruise, un sistema que utiliza cámaras, sensores y datos en tiempo real de satélites GPS para funciones como el centrado de carril automatizado. La compañía espera que Super Cruise genere ingresos anuales de 2 mil millones de dólares dentro de los próximos cinco años, según su informe financiero del cuarto trimestre.

Además de GM, Tesla y BMW han desarrollado sistemas similares que dependen en gran medida de datos de satélites y redes de telecomunicaciones avanzadas. Los fabricantes buscan ofrecer paquetes de suscripción que permitan a los conductores acceder a funcionalidades avanzadas sin la necesidad de comprar un nuevo vehículo.

Competencia global en la carrera espacial automotriz

La expansión de la industria satelital ha impulsado también el desarrollo de sistemas de posicionamiento global alternativos. China ha invertido en la mejora de su sistema Beidou, mientras que la Unión Europea ha fortalecido su red Galileo. Estas iniciativas buscan reducir la dependencia del sistema GPS de Estados Unidos y mejorar la cobertura y precisión para los servicios vehiculares y de telecomunicaciones.

Las empresas tecnológicas también han ingresado en este mercado. SpaceX, fundada por Elon Musk, ha desplegado miles de satélites Starlink para proporcionar internet de alta velocidad, una tecnología que podría aplicarse a vehículos conectados. Amazon, con su proyecto Kuiper, planea ofrecer servicios similares.

Otras empresas como OneWeb han establecido alianzas con gobiernos y empresas privadas para expandir la cobertura de internet satelital, un servicio clave en regiones rurales y en zonas con infraestructura terrestre limitada.

Más allá de los satélites: Toyota y el Lunar Cruiser

La visión de Toyota para el futuro de la movilidad va más allá de los satélites. La compañía está trabajando en el desarrollo del Lunar Cruiser, un vehículo lunar en colaboración con JAXA, la agencia espacial japonesa. Este vehículo tiene como objetivo transportar astronautas a la superficie lunar y se espera que sea presentado en 2029.

Akio Toyoda, CEO de Toyota, ha afirmado que «el futuro de la movilidad no debería limitarse solo a la Tierra o a una sola empresa automovilística», subrayando la visión de Toyota de un acceso universal al espacio. Con estas iniciativas, la compañía no solo busca expandir su influencia en el sector automotriz, sino también en la exploración espacial, un campo que promete revolucionar la forma en que entendemos la movilidad.

Hacia un futuro interconectado

La creciente demanda de conectividad vehicular ha llevado a los fabricantes a buscar soluciones que les permitan mantener el control sobre sus ecosistemas tecnológicos. Invertir en infraestructura satelital y cohetes es una estrategia que les permite garantizar la disponibilidad de datos en tiempo real, mejorar la experiencia de los usuarios y diversificar sus fuentes de ingresos.

Hajime Kumabe, CEO de Woven by Toyota, resumió la visión de estas inversiones: «Estamos emocionados de colaborar con Interstellar en la producción masiva de cohetes. Este esfuerzo combina nuestras capacidades en fabricación con la visión de Interstellar para avanzar en la exploración espacial y la movilidad sostenible.»

Con estas inversiones, los gigantes automotrices están trazando un nuevo rumbo en la industria, donde la carretera y el espacio se encuentran para definir el futuro de la movilidad global. La integración de tecnologías terrestres y espaciales promete transformar no solo la forma en que nos desplazamos, sino también cómo interactuamos con el mundo que nos rodea.