El gigante energético ruso Gazprom ha dado un paso decisivo en su estrategia de reorientación comercial hacia Asia al firmar un memorando legalmente vinculante para la construcción del gasoducto Power of Siberia 2, que transportará gas natural desde los campos árticos de Yamal hasta China a través de Mongolia. Este acuerdo, anunciado durante la cumbre trilateral celebrada en Beijing entre los presidentes Vladimir Putin, Xi Jinping y el primer ministro mongol Ukhnaa Khurelsukh, representa uno de los proyectos de infraestructura energética más ambiciosos a nivel mundial.

Un proyecto de magnitud sin precedentes en el sector gasístico mundial

Según declaraciones del director ejecutivo de Gazprom, Alexéi Miller, el nuevo gasoducto tendrá una capacidad de suministro de hasta 50.000 millones de metros cúbicos anuales durante un período de 30 años. Miller enfatizó que la construcción del Power of Siberia 2, junto con el gasoducto Soyuz Vostok y las infraestructuras necesarias en territorio chino, se convertirá en «el proyecto más ambicioso, de mayor envergadura y con mayor inversión de capital en la industria gasística a nivel mundial».

El memorando firmado establece las bases para una infraestructura que conectará los ricos yacimientos gasíferos de la península de Yamal con el mercado chino del norte, atravesando Siberia y territorio mongol. Esta nueva ruta complementará el gasoducto Power of Siberia 1, que opera desde 2019 conectando Siberia oriental con China.

Expansión de la capacidad existente y diversificación de rutas

Paralelamente al anuncio del Power of Siberia 2, Gazprom confirmó la ampliación de los suministros a través de la infraestructura existente. La empresa rusa suscribió un acuerdo con la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) para incrementar los volúmenes transportados por el Power of Siberia 1 de los actuales 38.000 millones a 42.000 millones de metros cúbicos anuales, con informes que sugieren un aumento hasta 44.000 millones.

Adicionalmente, los flujos a través del futuro enlace de Oriente con China, cuya puesta en marcha está prevista para 2027, también superarán los 10.000 millones de metros cúbicos anuales inicialmente planificados, según las fuentes oficiales consultadas.

Condiciones comerciales favorables para el mercado chino

Un aspecto significativo del acuerdo es la estructura de precios contemplada. Miller confirmó que el gas destinado a China será comercializado a tarifas inferiores a las que Gazprom cobra actualmente a sus clientes europeos. Esta decisión refleja tanto la distancia geográfica y complejidad logística del nuevo gasoducto como la estrategia competitiva de Rusia para asegurar su posición en el mercado energético asiático.

No obstante, los ejecutivos de Gazprom aclararon que aún deben definirse aspectos cruciales como el modelo específico de financiamiento del proyecto, las condiciones comerciales detalladas del suministro y el cronograma preciso de construcción.

Contexto geopolítico y estratégico del acuerdo

Este megaproyecto se enmarca en la estrategia rusa de diversificación de sus exportaciones energéticas tras la significativa reducción de suministros a Europa siguiente a la invasión de Ucrania. Para Gazprom, el Power of Siberia 2 representa una oportunidad crucial para compensar parcialmente la pérdida del mercado europeo y consolidar su posición como proveedor clave de gas por gasoducto a la segunda economía mundial.

La cumbre en Beijing, donde se formalizó el acuerdo, incluyó la firma de más de 20 convenios bilaterales en sectores como energía, industria aeroespacial, inteligencia artificial, agricultura, salud, investigación científica, educación y medios de comunicación. El presidente chino Xi Jinping subrayó la importancia de impulsar «grandes proyectos conjuntos» para profundizar la integración de intereses entre ambos países.

Mongolia: socio estratégico en el corredor energético

La participación de Mongolia en el proyecto resulta fundamental, dado que el gasoducto atravesará territorio mongol en su ruta hacia China. La inclusión del primer ministro Ukhnaa Khurelsukh en las negociaciones trilaterales subraya la importancia geopolítica de este país como corredor energético entre Rusia y China.

El gasoducto de tránsito Soyuz Vostok, que formará parte integral del sistema Power of Siberia 2, requerirá coordinación trilateral para su implementación y operación, lo que convierte a Mongolia en un socio estratégico clave para el éxito del proyecto.

Implicaciones económicas y desafíos pendientes

Pese al avance político significativo que representa la firma del memorando vinculante, persisten incertidumbres importantes sobre la viabilidad económica y los plazos de ejecución del proyecto. La ausencia de definición en aspectos como el precio específico del gas, el modelo de financiamiento y el cronograma de construcción sugiere que las negociaciones técnicas y comerciales continuarán durante los próximos meses.

La magnitud de las inversiones requeridas, descritas por Miller como las mayores en la historia del sector gasístico mundial, plantea desafíos significativos en términos de movilización de capital y coordinación internacional en un contexto de tensiones geopolíticas.

Cooperación bilateral en un contexto global complejo

El acuerdo energético se produce en un momento en que China mantiene su postura de no condenar abiertamente la invasión rusa de Ucrania, mientras enfrenta acusaciones de Kiev y sus aliados occidentales sobre su supuesto respaldo a la producción militar rusa. Como gesto de fortalecimiento de las relaciones bilaterales, China anunció la implementación de un régimen de exención de visado para ciudadanos rusos, vigente entre el 15 de septiembre de 2025 y el 14 de septiembre de 2026.

La Unión Europea, por su parte, evalúa la imposición de sanciones secundarias a países que contribuyan al financiamiento de las operaciones militares del Kremlin, lo que añade complejidad al contexto internacional en el que se desarrollará este megaproyecto energético.

El Power of Siberia 2 representa así no solo un proyecto de infraestructura energética, sino también un instrumento de reconfiguración geopolítica que podría redefinir los flujos comerciales de gas natural en Eurasia durante las próximas décadas.