La octava edición de la cumbre empresarial «Choose France» culminó este lunes con un anuncio sin precedentes: compromisos de inversión extranjera por valor de €37.000 millones (US$41.400 millones), según confirmó el presidente francés Emmanuel Macron. Este evento anual, celebrado en el emblemático Palacio de Versalles, ha establecido un nuevo récord desde su inauguración en 2018, subrayando los esfuerzos continuados de Francia por posicionarse como destino privilegiado para el capital internacional.

Cifras históricas en un contexto desafiante

Del monto total anunciado, aproximadamente €17.000 millones corresponden a proyectos previamente confirmados durante una cumbre sobre inteligencia artificial celebrada en febrero. Los €20.800 millones restantes representan nuevos compromisos, superando en €5.800 millones las cifras del año anterior y estableciendo un máximo histórico para el evento.

«Se trata del monto más elevado jamás alcanzado en una edición del ‘Choose France’. Es un voto de confianza en el modelo económico francés y en la estabilidad que ofrecemos a largo plazo», declaró Macron durante su intervención en Versalles.

El ministro de Finanzas, Eric Lombard, destacó la importancia de estos compromisos: «Esto forma parte del redesarrollo, de la redistribución del poderío industrial francés», aunque reconoció que todavía no se ha contabilizado con precisión el número de empleos que estas inversiones generarían. «Pensamos que con estas inversiones podremos reemprender la ofensiva sobre el empleo», añadió en declaraciones a la emisora RTL.

Proyectos emblemáticos que lideran la inversión

Entre los anuncios más destacados figura el compromiso de la naviera suiza MSC Croisières, que destinará €3.500 millones para la construcción de dos cruceros en los astilleros de Brest, con entregas previstas para 2029 y 2030. Este proyecto representa uno de los principales impulsos para la industria naval francesa.

La empresa española Cellnex, especializada en infraestructuras de telecomunicaciones, ha prometido invertir €2.500 millones en diversos proyectos dentro de su cartera de expansión europea, aunque aún no se han detallado los calendarios específicos de implementación.

Empresas estadounidenses también presentaron planes ambiciosos, incluyendo al grupo Prologis, que invertirá €6.400 millones en centros de datos e instalaciones logísticas, mientras que Amazon prevé destinar €300 millones para expandir su presencia en el país.

Otras compañías que han anunciado inversiones significativas incluyen al banco digital británico Revolut (€1.000 millones), la británica Less Common Metals Limited (especializada en tierras raras), la portuguesa Tekever (fabricante de drones), y MGX de Emiratos Árabes Unidos (enfocada en inteligencia artificial).

Francia lidera en un contexto europeo declinante

Los resultados de la cumbre adquieren mayor relevancia considerando el panorama general europeo. Según datos recientes de la consultora Ernst & Young (EY), la inversión extranjera en Europa continúa en descenso, con una caída del 4% en 2023 respecto al año anterior, prolongando una tendencia negativa que se ha intensificado desde la pandemia.

A pesar de este contexto adverso, Francia ha conseguido mantener su posición de liderazgo como primer destino europeo para proyectos de inversión extranjera, aunque la consultora advierte que estos proyectos están generando menos empleos que en años anteriores.

Obstáculos persistentes para la economía francesa

El éxito diplomático y comercial de la cumbre contrasta con los desafíos estructurales que enfrenta la economía francesa. El país registra un déficit público proyectado superior al 5% del PIB, un crecimiento económico estancado en torno al 0,6% para 2025, y una tasa de desempleo persistente alrededor del 7,4%.

Este último indicador representa un obstáculo significativo para la ambición de Macron de alcanzar el pleno empleo antes del final de su segundo mandato en 2027, objetivo que los analistas consideran cada vez más improbable.

Tensiones comerciales globales como telón de fondo

La cumbre «Choose France» se desarrolló bajo la sombra de potenciales conflictos comerciales internacionales. Los aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump a productos europeos, aunque temporalmente suspendidos, continúan generando incertidumbre en los pronósticos económicos del continente.

Esta «guerra de aranceles» representa una amenaza adicional para las exportaciones francesas y europeas, en un momento en que la competencia global por la atracción de inversiones se intensifica, con países asiáticos y del Golfo Pérsico ofreciendo incentivos fiscales más agresivos y marcos regulatorios menos exigentes.

Perspectivas futuras: entre el optimismo y la cautela

El volumen récord de compromisos de inversión representa un respiro para el gobierno de Macron, que puede presentar estos resultados como evidencia del atractivo persistente de Francia como destino de negocio, a pesar de los problemas económicos subyacentes.

Sin embargo, los analistas advierten que la materialización efectiva de estos proyectos dependerá de múltiples factores, incluyendo la evolución del entorno macroeconómico global, la resolución de las tensiones comerciales con Estados Unidos, y la capacidad del gobierno francés para implementar las reformas necesarias para reducir el déficit sin comprometer el crecimiento.

La «situación no es ideal en Europa», que enfrenta una «competencia ardua» de economías asiáticas con normativas de producción menos exigentes pero condiciones más atractivas para la inversión.

La carrera por atraer y retener capital extranjero continuará siendo un desafío central para Francia y Europa en los próximos años, en un contexto global caracterizado por la polarización geopolítica y la creciente competencia entre bloques económicos.