El sector ganadero estadounidense ha intensificado su presión sobre la administración de Donald Trump para que revierta la autorización de importación de carne paraguaya, alegando riesgos sanitarios vinculados a la fiebre aftosa. La organización R-CALF USA, que agrupa a productores de ganado, sostiene que esta medida pone en peligro la seguridad del sector cárnico local y ha solicitado que se prohíba el ingreso del producto paraguayo.
Desde la perspectiva económica, esta iniciativa se enmarca en una estrategia más amplia de proteccionismo comercial impulsada por grupos de productores estadounidenses, que buscan reducir la competencia extranjera. R-CALF USA también ha propuesto la aplicación de aranceles y restricciones a importaciones cárnicas de países como Brasil, Canadá y Australia, con el argumento de que generan déficits comerciales desfavorables para la ganadería nacional.
El rechazo a la carne paraguaya no es un tema nuevo. En 2023, el Senado de EE.UU. aprobó una resolución para bloquear su ingreso, pero la falta de tratamiento en la Cámara de Representantes permitió que la normativa original siguiera en vigor. No obstante, los productores estadounidenses insisten en la necesidad de revertir la medida y proteger su mercado interno.
Para Paraguay, EE.UU. representa un mercado clave en su estrategia de diversificación de exportaciones cárnicas. En enero de 2025, el país norteamericano se posicionó como el cuarto mayor destino de la carne paraguaya, con exportaciones que alcanzaron los USD 9,1 millones en 2024. Una restricción sobre este comercio impactaría directamente en la industria local, que ha trabajado en los últimos años para mejorar estándares sanitarios y abrir nuevos mercados.
Frente a esta coyuntura, el sector cárnico paraguayo enfrenta el desafío de sostener su acceso a mercados estratégicos y defender la calidad de sus productos frente a medidas proteccionistas externas. En un contexto global donde la competencia en la industria alimentaria es cada vez más intensa, la diversificación de destinos comerciales se presenta como una estrategia clave para mitigar riesgos y garantizar la estabilidad del sector ganadero del país.