El presidente estadounidense Donald Trump respondió con una nueva amenaza arancelaria a las declaraciones de la XVII Cumbre de los BRICS, que condenó las políticas comerciales proteccionistas sin mencionar explícitamente a Estados Unidos. La escalada de tensiones comerciales se intensifica mientras Washington prepara el envío de cartas formales a gobiernos extranjeros sobre renegociación de acuerdos comerciales.

Estados Unidos impone ultimátum comercial al bloque emergente

La administración Trump elevó la presión sobre los países miembros de los BRICS tras las críticas emitidas durante su cumbre en Río de Janeiro. El mandatario estadounidense anunció a través de su plataforma Truth Social que «cualquier país que se alinee con las políticas antiamericanas de los BRICS deberá pagar un arancel adicional del 10%», advirtiendo que «no habrá excepciones a esta política».

Esta declaración constituye una respuesta directa al comunicado final de 126 puntos emitido por el bloque, donde expresaron «serias preocupaciones por el aumento de medidas arancelarias y no arancelarias unilaterales que distorsionan el comercio». Aunque los BRICS evitaron mencionar explícitamente a Trump, su crítica a las políticas proteccionistas estadounidenses fue interpretada como una confrontación directa.

La estrategia de máxima presión comercial entra en fase decisiva

La amenaza arancelaria se enmarca en una estrategia más amplia de renegociación comercial que Washington implementará a partir del lunes 7 de julio. Trump confirmó que las cartas sobre tarifas y acuerdos comerciales comenzarán a entregarse a las 12:00 p.m. (hora del Este) a diversos países, como parte de la presión para cerrar acuerdos antes del vencimiento del plazo de suspensión arancelaria el miércoles 9 de julio.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, aclaró que si no se alcanzan acuerdos en los próximos días, los gravámenes entrarán en vigor el 1 de agosto. «No es una nueva fecha límite. Estamos diciendo que es cuando ocurrirá», explicó Bessent, quien confirmó que la estrategia busca aplicar «máxima presión» para cerrar acuerdos favorables.

Entre 12 y 15 países recibirán estas cartas formales, según anticipó Trump. La administración ya ha alcanzado acuerdos con el Reino Unido y Vietnam, y pactó con China una reducción temporal de aranceles mutuamente impuestos. Sin embargo, otros países mantienen posturas cautelosas, como Japón, cuyo primer ministro Shigeru Ishiba advirtió que «no cederá fácilmente» en las negociaciones.

BRICS se posiciona como alternativa al orden comercial occidental

La XVII Cumbre de los BRICS en Río de Janeiro demostró la consolidación del bloque como plataforma de coordinación frente a las políticas estadounidenses. El grupo, que representa más del 40% del PIB global y más de la mitad de la población mundial, reúne actualmente a once países: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Egipto, Irán, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita e Indonesia.

Aunque el evento estuvo marcado por ausencias notables como las del presidente chino Xi Jinping y del ruso Vladimir Putin (quien participó por videoconferencia), los líderes presentes emitieron un mensaje coordinado contra las medidas proteccionistas. El comunicado subrayó la preocupación por «el uso de medidas coercitivas unilaterales contrarias al derecho internacional».

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la cumbre, denunció que el multilateralismo está «bajo ataque», mientras que el grupo reiteró la necesidad de reformar instituciones internacionales como la ONU, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Posiciones geopolíticas divergentes complican el panorama

Más allá de las tensiones comerciales, la cumbre evidenció divisiones internas en temas geopolíticos sensibles. En relación con el conflicto en Gaza, los BRICS pidieron un «cese del fuego inmediato, permanente e incondicional» y una «retirada completa de las fuerzas israelíes de la Franja de Gaza», apelando a la «solución de dos Estados».

Sin embargo, Irán, miembro del bloque desde 2023, expresó «reservas» sobre este punto, explicando su «posición histórica» que niega la existencia de Israel. Esta divergencia ilustra las complejidades de mantener una posición unificada en un grupo tan diverso ideológicamente.

El grupo también condenó «los ataques militares» contra Irán, refiriéndose a los bombardeos de junio por parte de Israel y Estados Unidos, aunque sin nombrar explícitamente a estos países. Esta posición refuerza el respaldo mutuo entre los miembros del bloque, pero también aumenta las tensiones con Washington.

Implicaciones económicas de la escalada arancelaria

La amenaza de aranceles adicionales del 10% a países alineados con los BRICS se suma a las tarifas ya anunciadas por Trump, que podrían alcanzar el 50% en algunos casos. Esta escalada proteccionista genera incertidumbre en los mercados globales y plantea desafíos para las cadenas de suministro internacionales.

El secretario de Comercio Howard Lutnick confirmó que las tarifas comenzarán a aplicarse desde el 1 de agosto, mientras que Trump anticipó tener «a la mayoría de países el 9 de julio, o bien una carta o bien un acuerdo». La presión temporal busca acelerar las negociaciones bilaterales, pero también aumenta el riesgo de represalias comerciales.

Los BRICS, por su parte, emitieron una declaración específica sobre Inteligencia Artificial que apoya «firmemente el derecho de todos los países de usufructuar» sus beneficios y «establecer sus propias estructuras regulatorias». Esta posición contrasta con el enfoque estadounidense de control tecnológico y sugiere una competencia creciente en sectores estratégicos.

Posibilidades de resolución en un escenario de confrontación

La escalada entre Estados Unidos y los BRICS se desarrolla en un contexto de reacomodamiento del orden económico mundial. Mientras Trump busca consolidar acuerdos bilaterales favorables y aislar diplomáticamente al bloque, los países emergentes intentan construir una alternativa al sistema occidental.

Las negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea continuarán en los próximos días, con el ministro de Finanzas de Francia expresando confianza en lograr un entendimiento, aunque sin resultados concretos anunciados. Bessent señaló que «la Unión Europea está avanzando bien, después de un comienzo lento».

La cumbre de los BRICS también abordará el lunes temas como cambio climático y cooperación sanitaria, consolidando su agenda como plataforma del Sur Global. Brasil, que acogerá la COP30 en Belém, busca liderar las discusiones ambientales dentro del bloque.

El desenlace de esta confrontación comercial definirá no solo las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y los países del bloque, sino también la configuración del sistema comercial internacional en los próximos años. La capacidad de los BRICS para mantener la cohesión frente a la presión estadounidense será crucial para el éxito de su estrategia de posicionamiento geopolítico.