BlackRock, el gigante financiero detrás de la operación multimillonaria

En una transacción valorada en casi 23.000 millones de dólares (21.500 millones de euros), el consorcio estadounidense BlackRock ha asumido el control de 43 puertos en 23 países, incluidos los estratégicos puertos de Balboa y Cristóbal, situados en los extremos del Canal de Panamá. Este movimiento refuerza la presencia de Estados Unidos en una de las rutas comerciales más importantes del mundo y representa un golpe a la influencia china en la región.

BlackRock, la firma detrás de esta compra, es una de las mayores empresas de gestión de inversiones del mundo. Fundada en 1988 y con sede en Nueva York, maneja más de 7 billones de dólares en activos y cuenta con una red global de clientes y proveedores en múltiples sectores. Su influencia en los mercados financieros y en la toma de decisiones estratégicas la convierte en un actor clave en la geopolítica económica mundial.

Un acuerdo con implicaciones globales

La compra de los puertos por parte de BlackRock incluye terminales en países como Australia, Egipto, Países Bajos y México, aunque no involucra ninguna infraestructura en China o Hong Kong, lo que refleja el trasfondo geopolítico de la operación.

El puerto de Balboa, operado desde 1997 por la empresa Panama Ports Company (PPC), bajo el control de CK Hutchison Holdings de Hong Kong, es una de las terminales más importantes de América Latina. En 2024, movilizó más de 2,3 millones de TEU (unidades equivalentes a contenedores de 20 pies) y cuenta con una capacidad anual de 5 millones de TEU. Su infraestructura incluye cinco muelles y 25 grúas pórticas, lo que lo convierte en un punto estratégico para el comercio marítimo.

Por su parte, el puerto de Cristóbal, aunque con menor volumen de contenedores, maneja 1,38 millones de TEU anuales y tiene capacidad para 2 millones de TEU. Su infraestructura cuenta con tres muelles y 13 grúas pórticas, desempeñando un papel clave en la distribución de mercancías hacia mercados internacionales.

Trump respalda la operación y desata la polémica en Panamá

El expresidente Donald Trump celebró la compra durante un discurso ante el Congreso, afirmando que su Administración está en proceso de «recuperar el Canal de Panamá». Sus palabras generaron una fuerte reacción en Panamá, donde el presidente José Raúl Mulino rechazó cualquier insinuación de pérdida de soberanía sobre el canal y sus puertos.

Mulino fue categórico al afirmar que «la soberanía de Panamá no está en juego», enfatizando que la compra es una transacción entre empresas privadas y que su gobierno «no permitirá ningún tipo de injerencia en la administración del canal o sus infraestructuras estratégicas».

El mandatario panameño también señaló que, si bien reconoce el impacto de la compra en el comercio global, Panamá «seguirá ejerciendo un control absoluto sobre el canal y garantizará que cualquier inversión extranjera respete la independencia del país».

Las declaraciones de Mulino reflejan la preocupación de ciertos sectores en Panamá, que ven con inquietud cómo Washington y Pekín disputan el dominio sobre una infraestructura fundamental para el comercio marítimo mundial.

Un golpe para China y una jugada estratégica para EE.UU.

La adquisición de estos puertos supone un revés para CK Hutchison Holdings, hasta ahora el mayor operador portuario privado del mundo. No obstante, el elevado precio de la compra impulsó sus acciones en más de 20% en la Bolsa de Hong Kong, reflejando el impacto financiero de la transacción.

Mientras Estados Unidos fortalece su presencia en Panamá, China sigue siendo un actor relevante en el comercio latinoamericano, con inversiones en infraestructura, telecomunicaciones y logística. Sin embargo, esta compra demuestra que Washington está decidido a recuperar el control sobre puntos estratégicos del comercio global.

El Canal de Panamá, por donde transita alrededor del 3% del comercio marítimo mundial, sigue siendo un campo de batalla geopolítico. Con esta compra, EE.UU. consolida su influencia, mientras China evalúa sus próximos movimientos en la región.