Estacionar en cualquier sector de Asunción se volvió un verdadero calvario para los conductores, no solo por el elevado déficit de espacios existentes en la vía pública, sino por el alto costo que implica traer un vehículo y el pago diario que se debe hacer para acceder a un lugar en alguna playa privada, mientras uno cumple con sus compromisos.
El mercado está saturado de este tipo de negocios, los cuales se encuentran casi en cada cuadra, principalmente en la zona del microcentro asunceno.
Cualquiera sea la opción en los precios que tienen los automovilistas, tanto en las calles o los locales dedicados a este rubro, al final estos representan una pesada carga para su economía, sobre todo para la gran mayoría de empleados que perciben el salario mínimo legal, que actualmente asciende a G. 2.192.839.
Todo esto porque el inevitable gasto que implica tener un rodado, moverlo cada día y abonar por un espacio para estacionar, se suma al de la carga de combustible, alimentos, energía eléctrica, agua, abono de cuotas del colegio, eventualmente algún alquiler y otros.
El monto más generalizado que cobran los propietarios de playas en la capital es el de G. 10.000 por hora, lo que da una erogación por jornada de G. 80.000 para quien tiene una carga laboral de ocho horas, totalizando G. 400.000 en una sola semana.
Esta cifra es similar a la que exigen gran parte de los denominados cuidacoches, que están hasta en el último rincón de la ciudad. Son contados aquellos trabajadores informales que apelan a la voluntad de los conductores, donde solo reciben la ínfima entrega de G. 2.000.
Muchos de los dueños de estos sitios habilitados fuera de las arterias hacen un plan mensual a sus clientes, con un pago de G. 400.000, en una suma que representa el 18,2% del sueldo de la franja trabajadora mencionada anteriormente.
Existen otros estacionamientos que cuentan con mayor inversión en la infraestructura y tecnología moderna instaladas, como es el caso de la empresa Vector, que explota el subsuelo de la Plaza de la Democracia. Esta firma aplica actualmente un cobro de G. 480.000 por mes, lo que constituye el 21,8% del salario mínimo legal vigente en nuestro país.
La puesta en funcionamiento de una playa de estacionamiento de vehículos en la parte céntrica de Asunción es bastante pesada, según nos refiere Gaspar Peralta, quien cuenta con un negocio en O’Leary casi Haedo.
Peralta señala que solo en el arrendamiento del local se tiene un gasto de G. 6.500.000, a lo que se deben agregar el salario del personal, los servicios de energía y agua potable, la adecuación del local en cuanto a sistema de prevención contra incendio (PCI), exigido por la Comuna capitalina, y la documentación de patente y habilitación.
“A pesar de eso, como estamos un poco retirados de lo que es el centro mismo, tenemos que hacer precios a nuestros clientes. Sabemos que hay playas que cobran G. 12.000 o 10.000 por hora. Entonces debemos bajar ese monto a G. 7.000. O si es mensual hacerlo en G. 350.000, ya que otros cobran entre G. 400.000 y G. 480.000.
En el sector del puerto asunceno hay negocios que ni siquiera cuentan con la señalización exigida para su funcionamiento, que llevan franjas en negro y amarillo, lo cual advierte a los conductores de la existencia del espacio.
Sin embargo, en la intersección de Hernandarias y Oliva, existe una playa con una muralla blanca que solo cuenta con una precaria pintura en color rojo con la inscripción de estacionamiento.
ÚH