Análisis económico revela un incremento del déficit de 2,4 billones de dólares y la pérdida de cobertura sanitaria para millones de estadounidenses
La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó por un estrecho margen el ambicioso paquete presupuestario del presidente Donald Trump, denominado «El Gran y Hermoso Proyecto de Ley», que plantea un escenario fiscal complejo con implicaciones significativas para la economía estadounidense y millones de ciudadanos. La propuesta, que busca extender los recortes fiscales de 2017 e implementar nuevas medidas de austeridad, ha generado un intenso debate sobre sus consecuencias económicas y sociales.
Impacto fiscal proyectado genera alarma en el Congreso
Según el análisis de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), organismo no partidista que durante cinco décadas ha fungido como árbitro presupuestario, el proyecto de ley añadiría 2,4 billones de dólares al déficit federal durante la próxima década. Esta cifra surge de la disparidad entre los recortes de gasto proyectados de 1,3 billones de dólares y la pérdida de ingresos fiscales estimada en 3,75 billones de dólares.
La administración Trump había solicitado inicialmente 163 mil millones de dólares en recortes al gasto federal, con una reducción del 22,6% en gastos no destinados a defensa, llevándolos a su nivel más bajo desde 2017. Paralelamente, el presupuesto de defensa experimentaría un incremento del 13%, mientras que los gastos de seguridad nacional aumentarían un 65%, enfocándose en medidas contra la inmigración irregular.
Controversia sobre los métodos de cálculo presupuestario
La Casa Blanca y los líderes republicanos han cuestionado la metodología de la CBO, argumentando que sus proyecciones históricamente han sido imprecisas. Russ Vought, director del presupuesto de la Casa Blanca, sostiene que si se ajustan las proyecciones considerando la política fiscal vigente, el paquete no incrementaría el déficit, sino que lo reduciría en 1,4 billones de dólares.
Esta postura ha sido calificada como «contabilidad creativa» por demócratas y algunos republicanos, quienes consideran que oculta el verdadero impacto fiscal de las medidas propuestas. La controversia se centra en si los recortes fiscales existentes, que vencen en diciembre si no se renuevan, deben considerarse como gastos nuevos o como parte de la política fiscal establecida.
Consecuencias sociales: millones sin cobertura sanitaria
El análisis de la CBO proyecta que 10,9 millones de personas perderían su seguro de salud para 2034, incluyendo 1,4 millones de inmigrantes sin estatus legal que actualmente acceden a programas estatales. Los recortes a Medicaid, programa de seguro médico para personas de bajos ingresos, son particularmente severos en un país que es la única economía avanzada sin cobertura sanitaria universal.
Estados Unidos destina más de 4,5 mil millones de dólares anuales a atención médica, siendo el mayor componente del gasto de los consumidores en servicios. Los programas de red de seguridad como Medicaid actualmente sacan de la línea de pobreza al 45% de los estadounidenses, por lo que los recortes propuestos tendrían un impacto desproporcionado en las familias más vulnerables.
Redistribución de la carga fiscal beneficia a los más ricos
Las estimaciones del Yale Budget Lab revelan un patrón claro de redistribución regresiva de la riqueza. Los hogares del quintil inferior verían reducidos sus ingresos después de impuestos y transferencias en un 5%, mientras que el segundo quintil experimentaría una disminución del 1,4%. En contraste, los hogares del cuarto quintil y el quintil superior verían incrementos del 1,4% y 2,5% respectivamente.
Estas cifras se suman a la reducción estimada del 2,8% en el ingreso familiar medio debido a los aranceles de Trump, creando un efecto acumulativo que afectaría desproporcionadamente a las clases media y trabajadora. El Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas considera que estas estimaciones podrían ser conservadoras, ya que no incluyen recortes adicionales supervisados por el Comité de Educación y Fuerza Laboral.
Medidas específicas y nuevos requisitos
El proyecto de ley incluye disposiciones controvertidas como la imposición de nuevos requisitos laborales para beneficiarios de Medicaid y del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) de hasta 65 años, a partir de diciembre de 2026. Estas medidas podrían privar a aproximadamente 4 millones de personas de cupones de alimentos mensuales y afectar significativamente el acceso a servicios básicos de salud.
Adicionalmente, la propuesta contempla un impuesto del 3,5% a las remesas, que afectaría a unos 40 millones de personas, incluyendo titulares de tarjetas de residencia, trabajadores temporales y migrantes en situación irregular. Esta medida podría reducir las remesas enviadas a través de canales formales y empujar a algunos usuarios hacia métodos informales menos seguros.
Tensiones políticas y oposición interna
La aprobación del proyecto en la Cámara de Representantes por un solo voto el 22 de mayo refleja las divisiones internas dentro del Partido Republicano. Los republicanos moderados expresan preocupación por los recortes de 1,5 billones de dólares, mientras que los halcones fiscales consideran la propuesta como una «bomba de tiempo» para la deuda nacional.
El senador Ron Johnson, uno de los republicanos opositores, declaró que existe suficiente oposición para detener el proceso hasta que se tomen en serio la reducción del gasto y del déficit. Esta resistencia interna complica la estrategia de la administración Trump de lograr la aprobación antes del 4 de julio.
Críticas de Elon Musk agravan las tensiones
La oposición más sorprendente provino de Elon Musk, ex asesor de Trump, quien calificó el proyecto como una «abominación repugnante» y advirtió que incrementaría masivamente el déficit a 2,5 billones de dólares. Las declaraciones de Musk, realizadas tras su salida de la Casa Blanca, representan una fractura significativa en el círculo de apoyo del presidente.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, minimizó el impacto de estas declaraciones, pero la crítica pública de una figura tan prominente añade complejidad política a la tramitación del proyecto en el Senado.
Componentes fiscales y nuevas deducciones
Más allá de la extensión de los recortes fiscales de 2017, el proyecto incluye nuevas deducciones como la exención de impuestos sobre propinas y horas extra, promesas centrales de la campaña electoral de Trump. También contempla 350.000 millones de dólares destinados a seguridad fronteriza, deportaciones y defensa nacional, así como la eliminación de créditos fiscales para energías limpias establecidos durante la presidencia de Joe Biden.
El paquete requiere además un aumento de 4 billones de dólares al techo de la deuda nacional, actualmente fijado en 36 billones de dólares. El Departamento del Tesoro ha advertido que esta expansión será necesaria durante el verano para evitar el impago de obligaciones ya asumidas por el Estado.
Desafíos legislativos a corto y largo plazo
El proyecto de 1.116 páginas ahora enfrenta el escrutinio del Senado, donde los republicanos mantienen una estrecha mayoría de tres votos. Los senadores moderados expresan preocupación particular por los cambios propuestos en la financiación de ayuda alimentaria y los recortes a Medicaid, programas con amplio apoyo público según las encuestas.
La Oficina Presupuestaria del Congreso, fundada en 1974 para devolver al Congreso el control del proceso presupuestario, continúa siendo el centro de la controversia. Dirigida por Phillip Swagel, ex funcionario del Tesoro durante la presidencia de George W. Bush, la institución enfrenta cuestionamientos sin precedentes sobre su metodología y neutralidad política.
Probable impacto económico integral
El proyecto de ley de Trump representa uno de los cambios fiscales más ambiciosos de las últimas décadas, con implicaciones que trascienden el ámbito presupuestario. La combinación de recortes fiscales regresivos, reducciones drásticas en programas sociales y aumentos en gasto de seguridad configura un nuevo paradigma económico que privilegia a los sectores de mayor renta a expensas de las clases trabajadoras.
Los análisis independientes coinciden en que, incluso considerando el crecimiento económico potencial, el proyecto añadirá entre 2,5 y 3,1 billones de dólares a los déficits de la próxima década. Esta proyección, junto con la pérdida de cobertura sanitaria para millones de estadounidenses y la reducción de programas de asistencia alimentaria, plantea interrogantes fundamentales sobre la sostenibilidad fiscal y social del modelo propuesto.
El debate sobre este «gran y hermoso proyecto de ley» no solo define las prioridades del segundo mandato de Trump, sino que también establece precedentes para el futuro de la política fiscal estadounidense en un contexto de creciente desigualdad económica y polarización política.