La Organización Mundial del Comercio ha revisado drásticamente sus previsiones para el comercio internacional, anticipando una fuerte desaceleración en 2026 como consecuencia del impacto diferido de la política arancelaria estadounidense, pese al sorprendente repunte registrado en la primera mitad de 2025.

Un 2025 más resistente de lo esperado, pero con fecha de caducidad

El volumen del comercio mundial de mercancías experimentó un crecimiento del 4,9% interanual en el primer semestre de 2025, superando ampliamente las expectativas más pesimistas de la OMC. Esta resistencia inesperada ha llevado a la organización a revisar al alza su pronóstico para el año completo, situándolo en 2,4%, muy por encima del 0,9% proyectado en agosto y alejándose del sombrío -0,2% que vaticinaba en abril, en pleno apogeo de la incertidumbre arancelaria.

Sin embargo, esta aparente fortaleza esconde una realidad más compleja. Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la OMC, atribuyó este desempeño a «la respuesta mesurada de los países a los cambios arancelarios en general, el potencial de crecimiento de la inteligencia artificial, así como el aumento del comercio entre las economías emergentes». La funcionaria advirtió que no es momento de «palmaditas en la espalda», expresando su preocupación por las turbulencias que se avecinan.

2026: el año en que llegarán los efectos reales de los aranceles

La verdadera magnitud del impacto de la política comercial de la administración Trump se manifestará en 2026, cuando la OMC proyecta un crecimiento del comercio de mercancías de apenas 0,5%, una caída dramática respecto al 1,8% que se anticipaba en las previsiones de agosto. Esta desaceleración representa una reducción de más de cuatro quintas partes del crecimiento esperado.

El informe de Perspectivas del Comercio Mundial, publicado el martes 7 de octubre, señala que los aranceles más altos que entraron en vigor en agosto, junto con los nuevos gravámenes sobre productos farmacéuticos impuestos el 1 de octubre, tardarán cierto tiempo en hacer efecto pleno sobre los flujos comerciales. La acumulación de inventarios y las compras anticipadas realizadas durante el primer semestre de 2025 habrán agotado su impulso, dejando paso al lastre de las barreras comerciales.

Cuando se observan combinados ambos años, la perspectiva resulta reveladora: en abril, 2025 y 2026 juntos sumaban un crecimiento del comercio del 2,3%, mientras que ahora, seis meses después, la cifra alcanza el 2,9%, apenas seis décimas más. Esta comparación evidencia que la mejora global ha sido modesta, incluso considerando que el punto de partida era el momento de máxima incertidumbre.

El factor de las compras anticipadas y el boom de la inteligencia artificial

Tres elementos clave explican el inesperado repunte del primer semestre de 2025. En primer lugar, las empresas estadounidenses adelantaron masivamente sus compras en el primer trimestre para esquivar las tarifas anunciadas. En segundo lugar, las condiciones macroeconómicas favorables —incluyendo el descenso de la inflación, el crecimiento en países emergentes y la buena salud de los mercados laborales— proporcionaron un contexto propicio.

No obstante, el tercer factor ha sido el verdadero motor del crecimiento: la revolución de la inteligencia artificial. «Los bienes relacionados con la IA se convirtieron en el principal impulsor del crecimiento del comercio mundial en el primer semestre de 2025», afirma contundentemente la OMC. Estos productos experimentaron un incremento de más de 20% interanual, pasando de 1,61 billones de dólares en el primer semestre de 2024 a 1,92 billones en el mismo período de 2025.

El ecosistema de la inteligencia artificial ha generado una demanda masiva de semiconductores, procesadores, servidores, equipos de telecomunicaciones y hasta 100 líneas de productos distintos necesarios para su funcionamiento. Este segmento impulsó casi la mitad del crecimiento global del comercio de bienes en el primer semestre, pese a representar solamente el 15% del total. Empresas estadounidenses lideran tanto el lado comprador como vendedor, con excepciones notables como la taiwanesa TSMC y la holandesa ASML.

América del Norte, la gran perdedora de la guerra arancelaria

Estados Unidos tiene pocos motivos para celebrar. Según las nuevas proyecciones, América del Norte será la región más afectada por la política arancelaria implementada por Trump. Para 2025, se prevé una contracción de las exportaciones del -3,1%, mientras que para 2026 la caída se moderará ligeramente al -1%, tras haber registrado un desplome inicial.

En el lado de las importaciones, el panorama es aún más preocupante: América del Norte encabezará las caídas en 2026 con un -5,8%, la mayor contracción de todas las regiones. El informe de 38 páginas elaborado por los analistas de la OMC constata que «a pesar de un sólido primer semestre de 2025, se prevé que los flujos comerciales de América del Norte contribuyan negativamente al crecimiento del comercio mundial de mercancías durante todo 2025 y 2026».

Esta situación contrasta marcadamente con otras regiones. Asia y África registrarán el mayor crecimiento exportador en 2025, con un 5,3%, aunque para 2026 ambas experimentarán un estancamiento en 0%. América del Sur, América Central y el Caribe crecerán 2,4% en 2025, Oriente Medio un 2,0% y Europa un 0,7%.

China reajusta sus cadenas de suministro y mantiene el crecimiento

Uno de los flujos comerciales más importantes, el que mantienen China y Estados Unidos, está experimentando un profundo redimensionamiento debido a los aranceles. Sin embargo, la OMC constata que la caída de las exportaciones directas desde el gigante asiático hacia Estados Unidos se ha visto compensada por incrementos de los envíos a otras economías asiáticas y Alemania.

Esta capacidad de adaptación ha resultado en un crecimiento del 6% de las exportaciones chinas, demostrando la habilidad de Pekín para reinventar sus cadenas de suministro y encontrar nuevos mercados ante las barreras estadounidenses. Esta flexibilidad contrasta con la rigidez que muestran los flujos comerciales norteamericanos.

Los servicios mantienen una trayectoria más estable

A diferencia de las mercancías, el comercio de servicios presenta un panorama más estable y menos volátil. La OMC prevé que las exportaciones mundiales de servicios alcancen un crecimiento de 4,6% en 2025 y 4,4% en 2026, representando una desaceleración moderada respecto al 6,8% registrado en 2024, pero manteniendo cifras robustas.

Asia liderará este segmento con un alza proyectada de 4,6% en 2025 y 5,5% en 2026, mientras Europa superará el promedio global. América del Norte registrará un crecimiento más modesto pero estable de 2,4% en ambos años. Los servicios digitales continuarán como uno de los motores más dinámicos, con incrementos superiores al 6%, mientras que el transporte y los viajes resentirán la desaceleración de la economía mundial.

El impacto escalonado de los aranceles de Trump

Las decisiones arancelarias implementadas desde que Donald Trump inició su administración en enero de 2025 han sacudido los mercados globales, generando oleadas de incertidumbre en la economía mundial. A partir del 7 de agosto, los aranceles de importación aumentaron para decenas de países, afectando particularmente a socios comerciales como Suiza, Brasil e India, que continúan buscando mejores acuerdos.

La Unión Europea logró negociar un acuerdo que estableció los aranceles en 15% para la mayoría de las importaciones, mientras que otros países enfrentan tasas aún más elevadas. La imposición de nuevos gravámenes sobre productos farmacéuticos el 1 de octubre añadió otra capa de complejidad a un panorama comercial ya turbulento.

Señales de debilidad en las economías desarrolladas

El informe de la OMC identifica posibles signos de debilidad en el comercio y la producción manufacturera de las economías desarrolladas. Entre estos indicadores preocupantes se encuentran una menor confianza de las empresas y los consumidores, así como un crecimiento más lento del empleo y los ingresos.

«Con la imposición de aranceles más elevados y una política comercial aún muy incierta, se espera que la distribución anticipada de las compras se reduzca a medida que se agoten las existencias acumuladas y se ralentice el crecimiento del PIB», advierte el documento. Esta perspectiva sugiere que el segundo semestre de 2025 y todo 2026 serán períodos de ajuste doloroso para el comercio internacional.

Proyecciones regionales para 2026: un mapa fragmentado

El panorama para 2026 muestra una fragmentación significativa en el desempeño comercial por regiones. En términos de exportaciones, Europa crecerá 2%, la Comunidad de Estados Independientes alcanzará 3,5% y el Medio Oriente registrará una caída de -0,9%. En importaciones, Asia crecerá 2,7% y Europa 0,8%, mientras que el Medio Oriente caerá -3,2%, África mantendrá un alza moderada de 5,4% y América del Sur se estabilizará en -0,6%.

Estas proyecciones confirman que el impulso excepcional de 2025 se disipará por completo y que el impacto pleno de los aranceles se concentrará en 2026, afectando de manera desigual a diferentes regiones del planeta.

Volatilidad e incertidumbre: la nueva normalidad del comercio global

La experiencia de 2025, caracterizada por constantes bandazos en las predicciones, invita a la cautela respecto a cualquier pronóstico. La OMC ha tenido que revisar sus estimaciones de manera dramática en múltiples ocasiones: del -0,2% de abril al 0,9% de agosto y finalmente al 2,4% actual para 2025, mientras que simultáneamente reducía la previsión para 2026 del 1,8% al 0,5%.

Esta volatilidad refleja la dificultad de hacer predicciones económicas, incluso a corto plazo, en el contexto actual de políticas comerciales impredecibles y tensiones geopolíticas. No son descartables nuevas sorpresas, tanto positivas como negativas, en los meses venideros, aunque el porvenir del comercio global, visto desde el prisma de la OMC, no parece el más halagüeño a medio plazo.

La falta de represalias comerciales significativas como respuesta a Trump ha evitado un mal mayor hasta el momento, pero las turbulencias no desaparecen, simplemente se aplazan. El verdadero test para la economía global llegará en 2026, cuando los efectos acumulados de las barreras comerciales y el agotamiento de los inventarios anticipados pongan a prueba la resiliencia del sistema de comercio internacional.