La automotriz japonesa enfrenta su peor momento financiero en décadas con pérdidas históricas de 4.080 millones de euros

Nissan Motor, el gigante automotriz japonés, ha confirmado este martes una drástica reestructuración que incluye el despido de aproximadamente 20.000 empleados —equivalente al 15% de su plantilla global— y el cierre de siete de sus 17 plantas de fabricación en todo el mundo hasta 2027. La compañía busca así hacer frente a una crisis financiera que la ha llevado a registrar pérdidas netas de 670.900 millones de yenes (unos 4.080 millones de euros) en su último ejercicio fiscal.

Un plan de ajuste mucho más severo de lo anunciado inicialmente

La cifra de despidos comunicada este martes duplica con creces los 9.000 recortes laborales que la compañía había anunciado en noviembre de 2024. El ajuste afectará a instalaciones tanto en Japón como en el extranjero, aunque por el momento no se ha especificado qué plantas cerrarán definitivamente. En España, donde Nissan mantiene un centro técnico en Barcelona e instalaciones productivas en Ávila y Cantabria, las delegaciones aún no han recibido comunicación oficial sobre posibles afectaciones.

Fuentes de la empresa han señalado que el plan es de carácter global y se implementará gradualmente hasta 2027, comunicando los detalles específicos por países conforme se vayan concretando. El recorte se ejecutará entre abril de ese año y marzo de 2028.

Resultados financieros devastadores y un mercado hostil

Los resultados financieros revelados este martes confirman la gravedad de la situación. Las pérdidas netas de 670.900 millones de yenes contrastan drásticamente con los beneficios de 426.600 millones de yenes (2.593 millones de euros) obtenidos el ejercicio anterior. El resultado operativo se desplomó un 87,7% hasta los 69.800 millones de yenes (424 millones de euros), mientras que la facturación se redujo ligeramente un 0,4%, situándose en 12,63 billones de yenes (76.800 millones de euros).

«El año fiscal 2024 ha sido un gran desafío para nosotros, y prevemos que estos desafíos continuarán en 2025», reconoció Jeremie Papin, director financiero de Nissan, durante la presentación de resultados.

Múltiples factores detrás de la crisis

La difícil situación de Nissan responde a una combinación de factores adversos:

  1. Caída de ventas en mercados clave: La compañía ha experimentado un descenso importante en sus ventas en Estados Unidos y China, dos de sus mercados principales.
  2. Aranceles de Trump: Aunque todavía no se refleja en sus cuentas actuales, la política arancelaria del presidente estadounidense Donald Trump ha agravado la situación. La subida del 25% en los aranceles a las importaciones de vehículos extranjeros sitúa el gravamen para las importaciones japonesas en un 27,5%, lo que podría tener un impacto negativo estimado en 450.000 millones de yenes (2.739 millones de euros) en el ejercicio en curso.
  3. Competencia de fabricantes chinos: El avance de compañías chinas como BYD y Geely en el segmento de vehículos eléctricos ha presionado adicionalmente a los fabricantes tradicionales como Nissan.

Medidas de reestructuración integral

El plan de recuperación de Nissan, encabezado por el recientemente nombrado presidente y consejero delegado Iván Espinosa, contempla varias medidas adicionales para mejorar el rendimiento y crear «un negocio más ágil y resiliente»:

  • Reducción de la capacidad productiva global: Del 40%, muy por encima del 20% planteado inicialmente.
  • Simplificación de plataformas: Pasará de 13 a 7 plataformas, reduciendo la «complejidad de piezas» en un 70%.
  • Cese de operaciones en Argentina: Consolidando la producción de camionetas en México.
  • Cancelación de nueva fábrica de baterías: Se descarta el proyecto previsto en Kitakyushu (Japón).
  • Reducción de costes laborales: Se pretende recortar el coste promedio por hora en un 20%.

En conjunto, estas medidas buscan ahorrar aproximadamente 3.000 millones de euros respecto a la base de costes actual.

Reacción del mercado y perspectivas futuras

A pesar de las difíciles noticias, las acciones de Nissan reaccionaron positivamente al anuncio de reestructuración, avanzando un 5,45% en la bolsa de Tokio tras conocerse los planes de ajuste, lo que sugiere que los inversores valoran las medidas drásticas para intentar revertir la situación.

El panorama, sin embargo, sigue siendo complejo para la automotriz japonesa. La dirección de la compañía ha definido la situación como «muy compleja» y ha destacado la necesidad de tomar medidas «urgentes». Los 4.080 millones de euros de pérdidas registradas constituyen uno de los peores resultados financieros en los 25 años de historia de la compañía, lo que da idea de la magnitud del desafío que enfrenta Nissan para recuperar su posición en el mercado global.